"Chile necesita un centro que haga de bisagra y que reúna"
El escenario político chileno está en una suerte de reordenamiento, aunque en la práctica lo que la ciudadanía ve, a juicio de muchos, es un desorden en todo el espectro. La crisis interna en la Democracia Cristiana (DC) y en el Partido de la Gente (PDG) da cuenta de que la cohesión y la búsqueda de un objetivo común son un espejismo.
Al mismo tiempo, el oficialismo arma una alianza única entre Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático que permita dar un sustento más firme al Gobierno de Gabriel Boric, todavía tocado después del Plebiscito del 4 de septiembre; aunque está por ver los efectos de la irrupción de Transformar Chile, el nuevo experimento liderado por el alcalde de Valparaíso Jorge Sharp, desde posiciones de la izquierda más dura.
Madgalena Merbilháa -académica, periodista, historiadora y directora de Red Cultural-, estima que el actual contexto mundial, marcado por el retroceso de las democracias liberales, tiene como efecto la crisis de representatividad de los partidos políticos.
"La democratización y las redes sociales han dado a las personas una noción de participación como nunca antes y muchos creen que los partidos ya no se necesitan, pero son necesarios. El gran problema es algo permanente, muchas veces, como ya decía Maquiavelo, la moral y la política se separan. Muchos políticos buscan servirse ellos más que servir y eso tiene que ver con que el Estado, que es una invención humana, ha crecido más allá de lo conveniente y justo. Se ha convertido en un botín, que todos los sectores políticos ambicionan para repartírselo como un trofeo", plantea.
La esencialidad del centro político
- ¿Qué partido, de los que están en crisis como la DC o el PDG, está en posición de salir mejor de la crisis?
- La DC perdió su esencia, los valores que la definían, basados en la doctrina social de la iglesia. Ya no es muy democrática, ni menos cristiana. Es cierto que siempre tuvo presiones izquierdizantes, de ahí salió la Izquierda Cristiana y el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), pero se salieron del partido y éste sobrevivió en el centro. Lideró el retorno a la democracia y fue el gran pivote de la Concertación, pero la izquierda dura tomó cuenta del partido y lo fragmentó, le quitó su esencia y perdió el norte (...) El caso del PDG es muy distinto, no tiene convicciones, aglutina a personas muy diversas con ideas diversas y es lógico que en búsqueda de una identidad tenga estas crisis.
- En el caso de la DC, donde muchos de sus exmilitantes van para Amarillos por Chile o el Partido Demócrata, ¿qué necesita para recuperar su relevancia en escenario político?
- El centro es esencial para que un país funcione, Amarillos ha congregado a una fuerza intelectual interesante que les permitirá definirse y pensar futuro. Los DC que se han ido con ellos son coherentes ya que no abandonan sus principios, sino que los tienen claro. El centro político tiene la opción de ampliarse y estructurar una coalición más amplia, el trabajo por el Rechazo abrió esa opción: un centro amplio, más amplio que la Concertación que vaya desde la derecha, centro derecha, izquierda y centro izquierda. Básicamente los que creen en la democracia y entienden y valoran la diversidad y la conversación humana que llega a acuerdo. Quedarán fuera los antidemocráticos que usan la democracia para totalizarse en el poder y destruir todo lo que la democracia es.
- ¿Amarillos por Chile y el Partido Demócrata podrán hacerse con la representación del electorado de centro?
- Yo creo que pueden ser una fuerza aglutinadora de un centro mayor. Tienen una gran oportunidad y responsabilidad, Chile necesita un centro que haga de bisagra y que reúna a Chile, pero para eso deben ser dialogantes y negociar con varios sectores, abrirse no solo a la Izquierda, si no a la Derecha. El gran drama de la Izquierda totalitaria es que está dispuesta a silenciar y anular a la mitad de Chile, lo vimos en la Convención, anularon y les hicieron bullying literal a los de Derecha.
Pdg: una oportunidad para definirse
- En el caso del PDG y sus divisiones internas después de la elección de Vlado Mirosevic como presidente de la Cámara de Diputados, ¿es un síntoma de que adoptaron las prácticas de los partidos que suelen cuestionar?
- Sin duda. Se sirvieron del poder, no tienen rumbo. El ser humano aprende del error y esto es una oportunidad de definirse. El PDG aglutina a personas muy diversas desilusionadas de la política, pero eso no basta para ser un partido, tienen que definir quiénes son para saber a dónde van. Si se definen contrarios al Gobierno no pueden aceptar darles más poder por conveniencia o beneficios personales, eso es precisamente lo que la gente odia de la política. Hay personas muy valiosas en el PDG que espero sean capaces de marcar el norte, de lo contrario no sobrevivirán como partido.
- ¿Qué rol debe jugar Franco Parisi, más allá de ser el líder del PDG?
- Franco Parisi tiene que ordenar a sus huestes y para eso tiene que estar en Chile, si no es imposible que sea una fuerza centrípeta. Tiene que tomar decisiones personales y pensar que quiere para el futuro para desde ahí proyectarlo a Chile. El PDG tiene que pensarse y entenderse, sino dará siempre palos de ciegos.
La alianza única oficialista
- En el caso de la apuesta por una alianza única de Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático, ¿podrán convivir definitivamente las "dos almas" del oficialismo?
- El Gobierno tiene dos almas pegadas como se dice en buen chileno con scotch y eso se va a quebrar, sin duda. La pregunta es ¿cuánto el socialismo democrático va a aguantar a los totalitarios? En los totalitarios hay dos mundos también, los expertos y disciplinados del PC y los soberbios e inexpertos del FA, entre ellos también hay tensiones. Si no se temperan de verdad, la coalición se quebrará más temprano que tarde. O se cree en la democracia y se trabaja por ella o no se cree en ella y se busca el poder total y el control de la vida de las personas, las dos cosas son incompatibles. Yo no los veo viables.
- El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, y exconvencionales de la Lista del Pueblo como Eric Chinga y Tania Madriaga anunciaron la formación del partido Transformar Chile. ¿Podría repetirse lo que ocurrió en su momento con la Lista del Pueblo o actualmente con el PDG, respecto de las crisis internas?
- En estos tres años la gente se educó y entendió que les vendían humo, la extrema izquierda perdió su opción. Las ideas refundacionales ya no caben en el panorama. Sharp y compañía representan eso. Valparaíso es un desastre. Se les apareció la realidad. Como decía Margaret Thatcher "el peor enemigo del socialismo, no es el capitalismo, es la realidad". A tres años del intento revolucionario del 18 de octubre todo Chile, menos los que se han servido del Estado, está peor. Ellos saben gastar el dinero ajeno, no producirlo. Son inviables.
- Ante este escenario, ¿qué lecciones puede sacar Chile Vamos y el Partido Republicano para no entrar en las mismas dinámicas de crisis que en otros partidos políticos?
- La primera lección es tener convicciones y defender ideas, representar a sectores reales. A mi juicio, el mayor drama es que los que se dicen de Derecha no saben lo que eso significa, no saben en qué creen, no saben qué es esencial de defender y en que se puede negociar. Se han comprado las ideas de la izquierda y se avergüenzan de ser quiénes son y creer lo que creen. Sin convicciones y claridad de ideas no van a llegar a ninguna parte.
La GESTIÓN DEL GOBIERNO
- ¿Cómo evalúa la gestión del Presidente Gabriel Boric, luego de ocho meses de gobierno?
- Creo que el Presidente lo ha hecho muy mal, carece de toda experiencia y tiene un dilema existencial. Él es mucho más extremo que lo que muestra, es inmensamente ideológico y hoy debe balancear su ruta refundacional con lo que la gente quiere y necesita. No quiere cambiar el rumbo, dice que irá más lento, no cambiar el rumbo. En la historia, a los de su sector ideológico nunca les importó los costos humanos, ni sociales de sus "transformaciones", la ideología es primero. La soberbia de ser quienes saben que es mejor para todos, los iluminados que instalarán el paraíso terrenal sobre la tierra, es su gran debilidad. La realidad se le aparece, por eso dice que otra cosa es con guitarra. "Entre la idea y la realidad está la sombra" como decía T.S. Eliot. 2
En estos tres años la gente se educó y entendió que les vendían humo, la extrema izquierda perdió su opción. Las ideas refundacionales ya no caben en el panorama. Sharp y compañía representan eso (...) Ellos saben gastar el dinero ajeno, no producirlo. Son inviables".
Francisco Meneses Vera
francisco.meneses@mercuriovalpo.cl
La académica es crítica con la gestión de Gabriel Boric y advierte que él tiene un dilema con lo que hace y lo que piensa.
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