Patricio Vera Muñoz
Para fortalecer la gestión eficiente del agua y dar mayor seguridad hídrica al mundo agrícola de Ñuble, la Comisión Nacional de Riego (CNR) realizó el llamado Estudio Básico de Diagnóstico de la Recarga de Acuíferos a través de los canales del Río Diguillín, proceso que confirmó la efectividad de la infiltración del recurso al sistema de aguas subterráneas como alternativa de almacenamiento sustentable.
Al respecto, el representante de la Junta de Vigilancia del Río Diguillín, Francisco Saldías, señaló que "hace más de una década nos planteamos la idea de dejar en el valle una porción de agua que llegaba al mar para beneficio de toda la comunidad. Contamos con una red de canales que aún no se han revestido, por lo tanto nos planteamos convertir esta debilidad en un beneficio para la agricultura del territorio. Fue así como comenzamos a infiltrar agua al acuífero para subir el nivel de los pozos".
El también reconocido juez de aguas añadió que las conclusiones obtenidas en el estudio de la CNR coincidieron fielmente con la tesis planteada.
"Esta práctica de mantener agua en los canales durante el invierno está beneficiando a toda la comunidad, dado que también se están beneficiando los sistemas de Agua Potable Rural (APR). La empresa sanitaria Essbio nos ha señalado que en sectores bajos de Santa Clara, en Los Tilos y en El Roble, los pozos han ido recuperando sus niveles", concluyó.
En tanto, el coordinador zonal Biobío-Ñuble de la Comisión Nacional de Riego, Jorge Muñoz, destacó que este estudio es pionero a nivel nacional y viene a ratificar que es necesario replantearse la política de revestimiento de canales de las últimas décadas.
"Tan importante como es una eficiente conducción del recurso hídrico, lo es el poder cuidar los acuíferos que proveen de agua subterránea a miles de agricultores. Agradecemos a la Junta de Vigilancia del Río Diguillín por permitirnos desarrollar este estudio, cuya base radica en la positiva experiencia que han realizado los regantes desde hace más de diez años", sostuvo.
Base académica
Por su parte, el académico del Departamento de Recursos Hídricos de la Universidad de Concepción, José Luis Arumí, quien ha acompañado a los regantes en todo este proceso, señaló que la recarga artificial de aguas subterráneas es totalmente factible en Chile, mediante una experiencia territorial de bien común y trabajada de manera conjunta entre las organizaciones de usuarios de aguas, la comunidad y las empresas sanitarias.
"Lo que está realizando la Junta de Vigilancia del Río Diguillín es un ejemplo destacado, cuyos resultados pueden ser perfeccionables y para esto el estudio de la CNR nos ha dado grandes insumos, para seguir trabajando en beneficio de la agricultura y del medioambiente", puntualizó.
Conclusiones
Cabe destacar que, entre las principales conclusiones a las que llegó el estudio de la CNR dice relación con detectar que cuando la carga hidráulica sobre el fondo del canal es baja, en general menor a 20 cm, la recarga es baja (menor a 1%), pero a medida que la carga se incrementa sobre los 20 cm, esta se incrementa en forma importante hasta llegar a recargas del orden de un 10% con cargas de hasta 50 cm.
Lo anterior queda claramente explicado por la colmatación del fondo del canal, lo que implica que cuando la carga es baja, la zona del canal por la cual se produce la recarga está por la parte baja de las paredes. En cambio, cuando la carga es alta, comienza a actuar en sectores más altos de las paredes del canal sin colmatación, por donde se produce mayor recarga.
Otra conclusión importante del estudio fue verificar que el proceso de recarga (tanto predial como en canales), no generó cambios en la calidad química o biológica del agua subterránea, ya que no agrega agua de origen externo y solo hace que el agua que ya está disponible superficialmente, ingrese al sistema subterráneo en otra forma, velocidad y cantidad.
Es relevante de destacar que este estudio corona un trabajo desarrollado por 11 años en la JJVV del Río Diguillín para evitar la pérdida de aguas invernales.
"La eficiencia en la conducción hídrica es tan importante como cuidar los acuíferos que proveen al mundo agrícola de agua subterránea"
Jorge Muñoz, Coordinador Zonal CNR
Los duros números de la sequía
Más de 17 millones de personas han sido afectadas en Latinoamérica por la sequía entre los años 2000 y 2019.
El 72% de la superficie territorial de Chile sufre la sequía en algún grado.
De las 345 comunas existentes en el país, al menos 156 presentan un riesgo real de desertificación a futuro.
Una amenaza real de aridez en Chile afectaría a más de 6 millones de personas, o sea, al 38% de la población nacional.