El embargo europeo al petróleo ruso suministrado por mar y el tope occidental a su precio que entraron en vigor ayer siembran incertidumbre en la economía de Rusia, altamente dependiente de los ingresos generados por este hidrocarburo, aunque Moscú confía en reorientar el producto a Asia y al mismo tiempo denuncia que ayer sufrió el mayor ataque en su territorio por parte de Ucrania.
Los ojos de Rusia, que sufre nuevas sanciones desde Occidente por su invasión a Ucrania, están puestos principalmente en China y la India, pero según el experto en el sector gasístico-petrolero ruso Mijaíl Krutijin, estos dos países no están en condiciones de aumentar sus importaciones de crudo desde Rusia: "China por problemas de transporte no puede comprar más petróleo del que compra actualmente. La India está siendo presionada por EEUU y la OPEP. Irak le ofrece descuentos y no creo que la India pueda absorber esos volúmenes".
Para finales de año el embargo afectará al 90% del volumen de las importaciones europeas de petróleo ruso previo al comienzo de la campaña militar de Rusia, es decir, unos 100 millones de toneladas o 730 millones de barriles, según adelantó la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen.
Precio máximo
Al embargo se sumó el veto de la Unión Europea, acordado con los países del G7 y Australia, al transporte del petróleo ruso vendido a un precio superior a 60 dólares el barril a cualquier país del mundo.
La medida prohíbe a los operadores europeos ofrecer servicios de seguro y reaseguro, intermediación u otros servicios financieros a todas las navieras que transporten crudo ruso por encima de ese tope.
La medida incluye un mecanismo de revisiones cada dos meses que permitirá ajustar a la baja los 60 dólares si el precio del petróleo en los mercados internacionales cae por debajo de esa cifra.
"No es medida seria"
En un día en que se supo de ataques explosivos en la región de Zaporiyia, donde está la mayor central nuclear de Ucrania, con dos muertos como resultado, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, afirmó que estas medidas económicas no son suficientes.
Para asestar un golpe real a la economía rusa, afirmó, el precio máximo del crudo ruso no debería superar los 30 dólares: "No se puede considerar seria la decisión de imponer una restricción absolutamente confortable para el presupuesto de Rusia".
Se refería a que el presupuesto de Rusia para el próximo año está calculado con un precio medio del Urals de 42 dólares.
Zelenski subrayó que el tope establecido muestra una "posición débil" de Occidente y que "solo será cuestión de tiempo cuando habrá que utilizar instrumentos más poderosos".
Invierno recién comienza
"No vamos a reconocer ningún tope", dijo el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, quien advirtió de que medidas restrictivas como estas conducen únicamente a la desestabilización del mercado mundial de la energía y no afectarán al financiamiento de la guerra en Ucrania.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, advirtió que Moscú no exportará petróleo a los países que se atengan al tope acordado por la UE y el G7, aunque ello suponga pérdidas de ingresos.
"Venderemos petróleo y derivados de crudo solo a los países que trabajen con nosotros de acuerdo a las leyes del mercado, incluso si nos vemos obligados reducir un tanto las extracciones", enfatizó el viceprimer ministro ruso Alexander Novak.
El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, advirtió a Europa y Estados Unidos, tras la entrada en vigor del tope a los precios del petróleo ruso, que "el invierno solo acaba de comenzar".
"Una cosa está clara. Esto no será bueno para el consumidor. Eso es seguro. Así que hagan acopio de aguardiente, mantas y calentadores de agua. Todo está por venir, el invierno sólo acaba de comenzar", dijo.
Ataque profundo
Horas más tarde, Rusia acusó a Ucrania de lanzar el ataque más profundo en su territorio al golpear dos aeródromos a varios cientos de kilómetros del frente, coincidiendo con la visita al presidente ruso, Vladimir Putin, al puente de Crimea, dañado hace dos meses por fuerzas ucranianas.
En represalia, el Ejército ruso lanzó un nuevo bombardeo masivo contra una veintena de objetivos de infraestructura civil y militar en regiones ucranianas.
Los supuestos objetivos ucranianos fueron dos aeródromos en la región de Riazán (Diaguilevo), a menos de 200 kilómetros de Moscú, y Sarátov (Enguels), a unos 700 kilómetros de la primera línea del frente.
Según el general Igor Konashénkov, portavoz de Defensa, los ataques fueron perpetrados por drones ucranianos de fabricación soviética.
"A consecuencia de la caída y la explosión de los fragmentos de los drones sobre los aeródromos, dos aviones sufrieron daños insignificantes. Tres militares rusos del servicio técnico que se encontraban en el aeródromo recibieron heridas mortales", añadió Konashénkov.