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India busca soluciones al hundimiento de una ciudad en los Himalayas

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La aparición de profundas grietas en más de un centenar de viviendas han puesto en alerta a las autoridades de Indi, ante el hundimiento del suelo sobre el que se erige la ciudad de Joshimath, en el norte del país asiático y donde cientos de familias se han visto obligadas a ser evacuadas.

Pushkar Singh, jefe de Gobierno del estado de Uttarakhand, visitó este fin de semana la localidad afectada, donde comprobó de primera mano el gran número de grietas visibles en carreteras y viviendas, así como los casquetes que se hallaban repartidos por toda la ciudad, según imágenes de la televisión delhí NDTV.

Ubicada en las proximidades de los Himalayas a una altitud de 1.890 metros, Joshimath está construida sobre un terreno proclive a los deslizamientos de tierra, y que ha sufrido una gran erosión en los últimos años debido a las lluvias extremas.

Pero además de estos factores externos, la ausencia de planificación en el desarrollo urbano de la ciudad, donde actualmente se construyen varios túneles asociados a un proyecto hidroeléctrico, ha servido de caldo de cultivo para el hundimiento de su suelo, revelaron los expertos.

Así, el desarrollo de las grietas provocó el derrumbe de un templo de la localidad el viernes, mismo día en que las autoridades locales ordenaron la evacuación inmediata de más de 600 familias, además del despliegue de las fuerzas especializadas en la gestión de desastres naturales para tratar de solventar la situación.

"Salvar vidas es nuestra primera prioridad. Se ha pedido a los funcionarios que trasladen a unas 600 familias que viven en casas en peligro en Joshimath a lugares seguros", dijo ayer Singh durante una conferencia de prensa al finalizar una reunión con su gabinete.

Los vecinos protagonizaron numerosas protestas y bloquearon carreteras en los últimos días reclamando que se escuchen sus casos particulares, ya que el mal estado de muchas viviendas los obligó abandonarlas de manera repentina.

"Estamos viviendo con un hermano mío. Su casa tiene grietas, pero aún es habitable. No hay futuro para Joshimath", lamentó uno de los residentes a NDTV.

"El Gobierno sabía todo pero no tomó ninguna acción. Nuestro hotel tiene más de 20 años y está completamente dañado. El Gobierno no nos ha asegurado ninguna compensación pero ha dicho que verá lo que se puede hacer", agregó a modo de reclamo.

A pesar de que un informe advirtió en 1976 del hundimiento de la zona, la ciudad continuó levantando hoteles y otros edificios enfocados al turismo, ya que Joshimath representa un importante paso en la ruta de los peregrinos hacia santuarios hindúes y sijs de las proximidades.

1976 un informe advirtió del hundimiento de la zona en la ciudad de Joshimah, ubicada en India a 1.890 metros en los HImalayas.

La OIT pide mantener la flexibilidad global de horarios que trajo la pandemia

POSCOVID. Organismo entregó el primer informe sobre jornadas de trabajo y conciliación familiar, donde se destaca que más de la tercera parte de los empleados en el mundo aún trabaja más de 48 horas por semana, a pesar de la llegada de los modelos híbridos y del trabajo remoto.
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Efe

La pandemia obligó al mundo a flexibilizar jornadas laborales y generalizar el teletrabajo en muchos sectores, medidas que beneficiaron la productividad, la conciliación y hasta la salud de los empleados, por lo que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomienda que se mantengan.

Es una de las principales conclusiones del primer informe de la organización sobre jornadas de trabajo y conciliación familiar, publicado esta semana y en el que se subraya también que más de un tercio de los empleados globales (35,4%) aún trabaja más de 48 horas por semana y un quinto (20,3%) no llega a las 35.

Durante la crisis sanitaria se tomaron medidas como la reducción de horarios, que evitó muchas pérdidas de empleos, mientras que el teletrabajo, que ya había probado su eficacia en crisis como la del terremoto de Japón de 2011, "mostró que puede aplicarse a gran escala, cambiando la naturaleza del trabajo", recuerda la OIT.

Las medidas laborales de emergencia tomadas durante la pandemia "aportaron nuevas pruebas de que dar a los trabajadores más flexibilidad sobre cómo, dónde o cuando trabajar es positivo para ellos y para los negocios, mejorando por ejemplo la productividad", destaca el informe.

La pandemia, por otro lado, mostró la necesidad de flexibilizar los horarios y el lugar de trabajo de los empleados cuando tuvieron que hacerse cargo de familiares enfermos, subraya el documento.

El estudio de la OIT sin embargo advierte que la flexibilidad de horarios tiene costes como el desequilibrio por género en el mundo laboral, ya que las mujeres tienden más a reducir su jornada que los hombres.

La gran renuncia

El estudio de la OIT se publica en medio de una tendencia económica apodada la "Gran Dimisión", iniciada con la pandemia, en la que muchos trabajadores decidieron dejar voluntariamente sus puestos de trabajo alegando dificultades para conciliar su vida privada y el trabajo, o insatisfacción con sus sueldos y empleos.

Ese fenómeno "ha colocado en primer plano la importancia de la conciliación en el mundo pospandemia", subraya el coordinador del informe de la OIT, Jon Messenger, quien afirma que "aplicando algunas de las lecciones de la crisis de la covid se puede mejorar este aspecto y a la vez los resultados de las empresas".

El informe recomienda mantener leyes que establezcan un máximo de horas diarias (algo que la OIT recuerda que ya reivindicó en el primer documento que publicó tras su fundación en 1919) y promover políticas públicas de reducción de horarios como las que han puesto en marcha recientemente países como Islandia, España o Reino Unido.

El teletrabajo, añade en sus conclusiones, "ayuda a mantener el empleo y crea un nuevo espacio para la autonomía del empleado", pero necesita ser regulado para que, entre otras cosas, se incluya el "derecho a desconectar" del trabajador cuando está trabajando en su domicilio, subraya la OIT.

El informe subraya que los largos horarios -y también los que no pueden predecirse, como los "encargos de última hora"- están en general asociados a la baja productividad, que mejora a medida que hay reducciones de jornada y trabajos más predecibles.

Más horas, peor salud

Horarios excesivos también contribuyen a una peor salud del trabajador, al aumentar el riesgo de estrés, ansiedad, o insatisfacción laboral, con mayores porcentajes en estos trabajadores afectados por la depresión o el alcoholismo.

Aunque se considera que el horario estándar de trabajo semanal es el de 40 horas, la media mundial es de 43,9 horas, siendo los hombres quienes están más afectados por los largos horarios y las mujeres por los de corta duración.

La región con la jornada semanal promedio más prolongada es el sur de Asia (49 horas, o 51 si se contabiliza sólo a los hombres), seguida de Asia Oriental (48,8), mientras que en Europa y América ya está por debajo de las 40 horas.

El informe recoge en sus encuestas que 43% de los trabajadores no está satisfecho con las horas que trabaja, aunque son muchos más los que preferirían aumentar sus jornadas (36,6%) que los que quieren reducirlas, aunque ello significara menor sueldo (6,5%).

49 horas semanales en promedio se trabaja en el sur de Asia, la región con la jornada laboral más prolongada.

43% de los trabajadores encuestados preferiría aumentar sus jornadas, aunque ello significara un menor sueldo.