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Fuertes lluvias suspendieron partido de Barrios

TENIS. Un temporal en Río puso en pausa a los duelos del chileno y de Alcaraz.
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No era su día y el italiano Fognini estaba cada vez más cerca de quedarse finalmente con el partido. Tomás Barrios caía inapelablemente ante un europeo que no gana en singles oficialmente desde octubre, pero que ayer hizo todo para volver a sumar.

Sin embargo, cuando el italiano sacaba para quedarse con el partido, fuertes lluvias en Río de Janeiro obligado a suspender el partido entre ambos jugadores.

Parece irónico, pero es verdad. Hasta el momento de escribir esta nota, Fognini ya había ganado el primer set con un cómodo 6-2 y en la segunda manga, no solamente iba 5-2 arriba, sino que, además, tenía el triunfo cerrado al alcance de la mano, pero las condiciones climatológicas ya mencionadas dijeron otra cosa, y Barrios, que nunca se pudo encontrar del todo en la cancha del ATP de Río de Janeiro, aún no cae eliminado.

En todo caso, el chileno jamás pudo replicar el gran nivel que viene mostrando hace semanas, el mismo que le dio un gran triunfo en dos sets a Alejandro Tabilo en este mismo campeonato, que clasificó al chillanejo justamente para este partido contra Fognini en la arcilla del país de la caipirinha, la samba y el jogo bonito.

ALCARAZ TAMBIÉN

Cabe destacar que Tomás Barrios no es el único tenista que vio su partido suspendido por la lluvia.

En simultáneo se estaba jugando el partido entre Carlos Alcaraz y el dueño de casa Mateus Alves.

El marcador de dicho partido, similar al de Fognini contra Tomás Barrios, marchaba viento en popa para el español, que se había quedado con la primera manga por 6-4 y que, además, ganaba por 5-3 el segundo set.

Habrá que ver qué determinación se toma en cuanto a cuándo se dará el vamos nuevamente a ambos duelos.

La multigeneracional gesta del Padre Hurtado, campeón de basket

BASKETBALL. El pasado fin de semana, en Cobquecura, un equipo de 15 ex alumnos de todas las edades se coronó campeón en un torneo del balón anaranjado. "La clave es la unión", afirman.
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El mérito de mantener vivo a un equipo de basketball tras una pandemia es doble si además se considera la unión entre jugadores de distintas edades.

Es la realidad del ex Padre Hurtado, elenco de la zona que reúne entre sus filas a alumni de la institución que dediquen su pasión al baloncesto. El club viene de proclamarse campeón del emblemático torneo de Cobquecura, que no pudo realizarse, obviamente, durante la crisis del Covid-19.

Así cuenta la historia del club su capitán, Esteban Viveros, base y jugador de ex alumnos Padre Hurtado."El torneo de Cobquecura de básquetbol es mítico. Hace más de 20 años se juega, en la semana de la Candelaria. Este año se confirmó, era el primero después de la pandemia y costó hacerlo porque no habían tantos equipos. Se juntaron 6, nos invitaron, porque los últimos años también íbamos. Aceptamos ir de inmediato. Esto partió hace casi 3 semanas, en la última semana de enero, pero por los incendios se tuvo que suspender. Faltaba jugar las semifinales y se confirmó que todos estábamos complicados con ir a competir, por los cortes de ruta. Luego empezó el estado de emergencia y se confirmó la suspensión momentánea por la situación. Se jugó el fin de semana pasado y ganamos", parte contando, también dedicando palabras al esfuerzo que significa mantener vivo un club.

"Muchos clubes deportivos murieron durante y por la pandemia. Cuando terminó, había que reencantar a varios jugadores y que volvieran a entrenar. Ahora había que reinventarnos y nosotros teníamos una especie de facilidad de contactar a la gente, porque todos tenemos un vínculo especial con el club. Jugamos varios torneos por ahí y cuando se dio la oportunidad de ir a Cobquecura, no la pensamos. Fuimos campeones el 2019 y nos motivamos, fue muy bello juntarnos como amigos en un torneo de verano y haber jugado 4 partidos. Ganamos todos y eso es súper bueno para nosotros como club", afirmó.

También, Viveros dedicó palabras al ámbito multi generacional que tiene el club, considerando que entre sus filas hay jugadores que tienen desde 19 hasta 40 años.

"Tenemos varios que juegan en otro lado, el equipo de los ex alumnos somos muchos que nos juntamos a jugar, entonces dependemos mucho de que nos mantengamos activos. Yo y un par de compañeros jugamos en Municipal Chillán, otros amigos juegan en Concepción, entonces se dio que en estos 3 años sin basket algunos alumnos se hicieron en egresados. Eso fue bonito, esto de ir encantando a nuevas generaciones y que conozcan estos torneos es hermoso. En el basket se pasa muy bien, fue una gran experiencia en el deporte y en lo personal. Creo que en 2017 se dio que formalizamos el equipo de ex alumnos del basket del colegio. Ya se formó y para nosotros jugar con nuestros amigos de la infancia era hermoso. Era motivador jugar en el verano, por la fecha y la cercanía. Tenemos ex alumnos que son estudiantes y trabajadores que quizás no pueden todas las semanas pero sí pueden jugar alguna vez en la noche. Fue bueno eso, que todos pudieran participar. Fue muy entretenido y bueno para la unión de grupo. Es distinto ir a entrenar e irnos a la casa a quedarnos un par de días y generar esa cohesión de equipo. Nos sumó mucho en ese sentido fuera de la cancha", complementó el capitán.

Finalmente, el también jugador de Municipal Chillán esbozó que formar parte del club es algo sumamente gratificante para él y los más grandes que componen el ex Padre Hurtado. Al hecho de que portan con orgullo el nombre de su casa de estudios, se suma el hecho de que buscan ser mentores de los jóvenes.

"Los que llevamos más tiempo tratamos de convencer de lo lindo que son estas instancias. Está lo estresante más competitivo, pero también esto, donde se comparte más y se da esta conexión con generaciones. Ahí los que estamos de dirigentes y los mayores buscamos entenderlos, es importante generar estas instancias y nosotros pasar experiencia a los más nuevos. Algunos no saben, queremos que les vaya bien en sus carreras", cerró.

50 aproximadamente, son los jugadores

2017 que componen el ex Padre Hurtado. 15 de ellos fueron a Cobquecura.