Desde el 1 de julio de 2022 hasta el momento de redacción de estas líneas, Conaf registra en su portal digital un total de 5.350 incendios los cuales han afectado a 437.074,85 hectáreas a lo largo de Chile, la mayoría de ellas ubicadas en las regiones de La Araucanía, Bío - Bío y Ñuble, cifra que podría aumentar porque aún quedan días de verano.
Las consecuencias van desde irreparables pérdidas de vidas humanas pasando por casas de domicilios, infraestructuras agrícolas y forestales hasta llegar al arrase total de sembradíos, viñas y cosechas, sin dejar de un lado todos los efectos e impactos mentales y psicológicos.
Sin bien, algunos de los estragos que han causado los incendios en esta temporada estival pueden ser cuantificables, las atenciones más inmediatas han estado vinculadas al apoyo derivado desde las instancias de los gobiernos municipales, regionales y el Estado.
Ahora, se están llevando a cabo distintas acciones para iniciar la reconstrucción de los espacios y lugares donde esta catástrofe sin precedentes en el país hizo daños. En este sentido resulta muy importante la jornada de trabajo que sostuvieron los gobernadores de las regiones de Ñuble, Bío- Bío y La Araucanía en días pasados a objeto de coordinar como se enfrentará todo el proceso de reconstrucción de los sectores afectados.
Otra señal positiva fue la reunión que encabezó el ministro de Hacienda, Mario Marcel, junto a la directora de Presupuestos, Javiera Martínez con el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio a la cual asistió el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción donde se abordaron varios temas que apuntan a la atención de las zonas devastadas.
Bajo este alero surge desde el Ministerio de Hacienda en voz del titular de esta cartera una propuesta que permite transformar las donaciones de especies de personas naturales o jurídicas en parte de pago de impuestos, con el fin de atender y dar respuestas en un plazo perentorio a las necesidades más inmediatas que se han diagnosticado en las regiones afectadas por el fuego.
Este mecanismo de poder usar las donaciones en primer lugar como un crédito contra el impuesto en un 50% de lo donado, y que el otro 50% se permita su imputación como gasto es un muy buen estímulo para que las empresas se incentiven a realizar estas donaciones por cuanto y a modo de ejemplo: si una empresa dona $10.000.000 recupera en forma directa el 63,5%; $5.000.000 como crédito al impuesto y $1.350.000 por menor impuesto, por cuanto los $5.000.000 que imputa como gasto le permite rebajar su base imponible ($5.000.000 x 27% = $ 1.350.000) teniendo un desembolso financiero real de sólo $ 3.650.000.
Ahora es tiempo de esperar que esta iniciativa prospere y que finalmente las necesidades sean atendidas por esta vía de excepción o por cualquier otra que surja desde las políticas económicas del Estado.
José Luis Franco Montaña,
rector Santo Tomás Chillán