Estado subsidiario
Durante estas semanas, ha resurgido el debate de antaño del rol del Estado y, por consiguiente, del principio de subsidiariedad. Sin embargo, frente a interpretaciones poco honestas y proyecciones poco técnicas, es que es necesario volver al sentido más genuino de la subsidiariedad o colaboración social mediante un ejemplo.
Cuando pequeños nos tocó leer -o que nos leyeran- el cuento infantil de Oscar Wilde, "El gigante egoísta", cuento que servirá para usar de analogía el rol de la sociedad política con los ciudadanos, donde el gigante representa al Estado, el jardín a la vida en sociedad y los niños a las personas. Para lo anterior, se puede reconocer que los fines particulares de los niños es que se diviertan o jueguen y, como consecuencia de aquello, produce un hermoseamiento del jardín, que puede ser interpretado como una armonía social que consigue el bien común general.
Así también, cuando los niños no pueden divertirse o jugar en el jardín, el gigante -aplicando el principio de subsidiariedad- los deja o ayuda a subir a los árboles y jugar en el jardín. Entonces, el gigante (Estado) ahora interviene, porque lo esencial es que los niños (los particulares) hagan las actividades para sus fines específicos. Luego, el gigante, al ver que su jardín no produce los efectos deseados y los niños no se están divirtiendo, pone a disposición de ellos (los niños) todos los medios posibles para que logren alcanzar ese fin específico.
Pero no intenta suplir a los niños en conseguir la armonía del jardín por la entretención (actividades) de los niños (cuerpos intermedios), pues sabe que sin la participación de los niños en el jardín, el invierno y el otoño logran aparecer por pura y única participación inoficiosa del gigante (Estado).
En definitiva, el principio de subsidiaridad no sólo garantiza la libertad de las personas, sino que también logra un tejido social cohesionado, permitiendo que todos los miembros de la sociedad política contribuyan al bien común. Dejarle lo anterior al Estado sería dejar a las personas al margen.
Alonso Rivera
Equidad laboral: tareas pendientes en el Mes de la Mujer
Según las últimas cifras de la ONU nos demoraremos 300 años en alcanzar la plena igualdad y 140 años en tener una representatividad equitativa en posiciones de liderazgo. Es necesario analizar cómo podemos generar ciertas acciones que fomenten culturas más equitativas y libres de violencia en contra de la mujer. Esto es algo de lo cual debemos hablar durante todo el año, y no sólo el 8 de marzo.
Un objetivo de gran relevancia es erradicar la "violencia simbólica" que afecta a mujeres en todo ámbito de sus vidas.
No obstante, es pertinente destacar que existe una evolución, que se está hablando de estas temáticas y que, incluso hoy, las organizaciones reconocen dicho elemento como pieza clave para elaborar sus estrategias ESG.
Los desafíos son diversos, pero la piedra angular de este año es preparar espacios y culturas organizacionales que fomenten el desarrollo, crecimiento y toma de conciencia de manera equitativa e igualitaria.
Catalina Fernández Correa
Más mujeres líderes en industria energética
En el contexto de la conmemoración del 8M, el Gobierno anunció una serie de iniciativas. Entre ellas, un programa para fortalecer las capacidades adaptativas de las mujeres en el desempeño de sus funciones profesionales a lo largo del país, con foco en elevar sus competencias para asumir posiciones de liderazgo y directivas, proporcionando a la industria energética.
El sector energía presenta brechas de género significativas a nivel global. Bajo este escenario es fundamental contar con planes de acción que integren una colaboración público-privada que permita acelerar y promover la participación de más mujeres en la industria energética a través del cierre de brechas como por ejemplo en equidad salarial y con un enfoque en la representación del liderazgo.
Por otra parte, es crucial contar con los conocimientos y capacidades necesarios para abordar los desafíos de la transición energética. Este gran desafío requiere considerar la educación de niñas y jóvenes desde edades tempranas y fomentar su participación en carreras STEM, así como también los cambios necesarios en la industria para aumentar la participación de las mujeres en el sector energía y especialmente en roles de liderazgo.
Romina Reyes, directora Sostenibilidad U. Andrés Bello