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"High Desert": duelo, drogas y redención en el desierto

Patricia Arquette protagoniza esta serie de Apple TV+ que entrega nuevos episodios cada semana. La historia de una antoheroína la produce Ben Stiller luego de la aclamada "Severance".
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Ya sea por extensión del buen cine o por gancho publicitario, las series -o al menos la camada que ha proliferado desde comienzos del milenio- han usado la figura del antihéroe para construir sus universos particulares. No siempre fue así. En Estados Unidos, la TV funcionó durante mucho tiempo como el espejo de los ideales de una sociedad moralizante. Brillaba como un cubo mágico ("la caja idiota" la llamaron sus detractores) que buscaba, por un lado, vender productos y, por otro, educar a la población mediante historias ejemplares en la que "los malos" siempre pierden. Habría que analizar si aquella dinámica no sigue acaso presente con otras formas y vuelcos (el protagonista de "Breaking Bad" no termina demasiado bien que digamos) en tiempos en que resulta casi inconcebible pensar en una serie contemporánea que no cuente con un protagonista afectado por sus sombras.

Lo primero que se puede elogiar de "High Desert", la nueva serie de Apple TV+ que suma un episodio cada semana, es que nos permite apreciar a la gran Patricia Arquette (esa actriz que ha brillado bajo las órdenes de cineastas independientes como Richard Linklater y David Lynch) interpretando a una anti-heroína graciosa y singular. Se trata de Peggy, mujer de un narcotraficante y ex adicta cuya casa es allanada por la policía en la primera escena. Diez años más tarde, en medio del desierto californiano, las circunstancias familiares la llevarán a buscar nuevas fuentes de ingresos económicos. Se convertirá en detective privada.

Este podría ser un sub-género: el de agentes accidentales. Recordemos a la gran Fanny Ardant como una secretaria que resuelve un crimen en "Vivamente el domingo" (1983), de Truffaut. O el detective fumón que interpreta Joaquin Phoenix en "Vicio propio" (2014), de Paul Thomas Anderson, un policial construido sobre brumas narcóticas.

Peggy también está marcada por la droga y la alienación, además del duelo, con la muerte pisando los talones de una comedia que se desenvuelve en los paisajes icónicos y desolados que la literatura, el cine y la fotografía estadounidenses nos han enseñado. Es un entorno árido con casinos, personajes turbios y mucho peyote. Un imaginario consolidado en la cultura popular.

Acompañan a Arquette grandes actores como Matt Dillon, Rupert Friend ("Homeland"), Bernardette Peters y Christine Taylor. Y produce Ben Stiller, quien también reclutó a la actriz protagónica en "Severance", escogida por muchos críticos como la mejor serie del año pasado.

Si esa fantasía distópica sobre empleados cuyas memorias son intervenidas por una corporación (¿Ficción? ¿Realidad? Ya nada asombra en la era de Elon Musk) parecía original, simétrica y meticulosa en su narrativa, "High Desert" se cuelga de un imaginario explotado con mayor desorden. Las intenciones de contarnos demasiado en poco tiempo, y la sensación de falta de rumbo, le juegan en contra. Lo que hace que la experiencia valga la pena es Patricia Arquette, una actriz que pareciera potenciarse con los años.

Patricia arquette interpreta a peggy, la esposa de un narcotraficante y ex adicta,


En resumen

"High Desert" estrena cada semana un nuevo capítulo en Apple Tv+

Por Andrés Nazarala R.

fotograma

Niños de otro tiempo

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1-¿Por qué les interesó el formato testimonio? -El testimonio permite relatar, expurgar, sanar procesos dolorosos o traumáticos. Sin embargo, se trata de recuerdos mediatizados por los adultos que somos hoy. En esta mediación, la realidad de esta mirada- memoria se acomoda, transmuta, selecciona. Pero, como dice Zurita "lo no dicho debe ser el cigüeñal del lenguaje", y por eso, quizás más importante que lo que dice es lo que se calla o no se dice y en estos textos hay silencios que desentrañar. La memoria nos hace resilientes. La historia fue tan brutal que podemos graficarla en esta imagen: Nos dormimos en un país y despertamos en otro.

2-¿Cómo invitaron a quienes entregaron sus testimonios? -El proceso tuvo dos fases. Por una parte, queríamos tener relatos que no sólo fueran interesantes y potentes en cuando a las historias narradas, sino además que fueran potentes e interesantes en el modo de ser narrados, en lo escritural. Por otra parte, queríamos también representar a los diversos territorios y realidades sociales de nuestro país, en donde las historias tuvieran la fuerza, y esa magia, de devolverse en el tiempo y escribir desde el niño, sin importar ya tanto el asunto del estilo. Se nos ocurrió hacer un llamado a través de los medios escritos y radiales que nos dieron la oportunidad.

3-¿Cómo marcó a los niños el 11 de septiembre de 1973? -No se puede generalizar, ya que hay niños, que por las ideas de sus padres, lo sintieron casi como una anécdota; otros en cambio, por las vivencias experimentadas sufrieron un shock, como es el caso de uno de los relatos en el que el autor pasó dos años sin hablar tras la tortura y muerte de su papá. Tomando en cuenta los relatos seleccionados, que no representan estadísticamente la realidad del país, hay una mezcla de miedo y rebeldía, de resiliencia, de aprender a callar y a actuar con sigilo. De uno u otro modo, la mayoría son niños que crecieron de golpe aunque extrañamente no dejaron de jugar.

Las periodistas Paola passig y ximena ceardi recogieron los testimonios.


En resumen

"Los niños del 73" (Bogavantes) compila diversos testimonios de adultos que fueron niños en 1973. El libro editado por las periodistas Paola Passig y Ximena Ceardi incluye imágenes de cada autor y el prólogo del psiquiatra Rodrigo Erazo y del escritor Marcelo Mellado.

3 preguntas

Paola Passig y Ximena Ceardi

Patricio Rudolffi