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Aumento de partos en los domicilios

Un informe nacional muestra alza de los nacimientos en casas luego de la pandemia, pero que también tiene detractores.
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Desde la pandemia se notó en el país un aumento de los partos realizados en domicilios. La antigua práctica regresó como opción a las familias, motivada en parte por el temor generalizado de concurrir a los hospitales o clínicas durante la emergencia sanitaria; pero también influida por nuevas tendencias culturales sobre el "parto respetado" y la creación de conciencia sobre violencia obstétrica y maltrato a las mujeres en algunos canales formales de atención. En esto cabe desde la negación de analgesia, los procedimientos no consentidos y los comentarios ofensivos, entre otras.

Si bien no hay cifras oficiales por parte del Ministerio de Salud, hace pocos días fue dada a conocer la investigación "Informe sobre parto en casa en Chile", realizado por la Asociación Gremial de Matronas, Maternas Chile, en el cual se analizó los alumbramientos domiciliarios en los últimos doce años. Las cifras muestran que ente 2010 y 2016 se registraron 370 partos en casa a nivel nacional; mientras que el número se triplicó entre 2017 y 2022, llegando a 984.

De acuerdo al estudio de Maternas, la mitad de las madres que eligió esta alternativa es profesional; un 33% tiene entre 30 y 34 años de edad; y todas llegan al momento del parto después de una inducción que incluye a las familias o personas significativas.

Los datos se concentran en la Región Metropolitana (60% de los casos) y en Valparaíso (29%).

Pese a esta tendencia que crece, la alternativa está lejos de ser mayoritaria, si se le compara con la cantidad total de nacimientos, que sólo en 2022 llegó a 198.583 niños y niñas inscritos en el Registro Civil. Además, tiene detractores, por las condiciones sanitarias en que se produce y por la capacidad de reacción ante posibles complicaciones y riesgos para la madre. Por lo mismo, el llamado es a informarse y tener siempre la asesoría de profesionales de la salud, tal como lo señaló el matrón Xavier Ponce en entrevista con soychile.cl.

IPC: una canasta para el Chile de hoy

Hay zonas donde una y otra vez los inescrupulosos van a botar basura, como los caminos rurales cercanos a la ciudad. En consecuencia, puede notar el lector que este proceso de actualización de la canasta tiene profundas implicancias para el manejo económico del país; Universidad Autónoma de Chile
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La actualización de la canasta de bienes y servicios para calcular el Índice de Precios al Consumidor (IPC) es un ejercicio fundamental y estratégico para la economía. En primer lugar, porque los hábitos de consumo de las familias varían en el tiempo -y como consecuencia de la irrupción de la tecnología lo hacen a una velocidad mayor-, y en segundo lugar, porque la variación del IPC (es decir, la inflación) es la variable sobre la cual el Banco Central define el objetivo de su política monetaria (hoy es lograr una inflación de 3% en el horizonte de política). Por cierto, las medidas subyacentes de la inflación también se construyen a partir del IPC.

El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) acaba de anunciar la entrada de la nueva canasta del IPC para enero de 2024. Este ejercicio de actualización de la canasta de consumo -que se lleva a cabo cada cinco años, de acuerdo al estándar definido por la OCDE- hace posible contar con una canasta de bienes y servicios que nos permite seguir la evolución de los precios en nuestra economía. Lo anterior hace posible medir la inflación en el país, lo cual, como se señaló más arriba, condicionará las decisiones de política monetaria del Banco Central. En consecuencia, puede notar el lector que este proceso de actualización de la canasta tiene profundas implicancias para el manejo económico del país; y no solo por los efectos que tiene la tasa de interés (TPM) sobre la actividad económica, lo que ya es bastante importante, sino también porque hoy muchos precios se ajustan en función de la Unidad de Fomento (la cual se reajusta en función de la inflación que hubo el mes pasado).

En este contexto, cabe destacar que la nueva canasta se ha construido a partir del levantamiento de información de hábitos de consumo de los hogares de las principales ciudades del país -aunque sin representatividad regional, por ende, no es posible contar con una medida de inflación regional-. Se debe consignar que este levantamiento de información se ha realizado entre los años 2021 y 2022, periodo en donde aún se siguieron sintiendo los efectos de la pandemia causada por el COVID-19, por lo que se podría pensar que de alguna manera esta nueva canasta estaría en algún grado "contaminada" por este evento. Lo anterior es delicado puesto que los hábitos de consumo han sido modificados por la pandemia, y ese efecto se ha ido diluyendo lentamente en el tiempo.

Así, probablemente sea prudente revisar esta canasta antes del periodo consignado por la OECD para una nueva actualización (en cinco años más), de manera que ésta no pierda representatividad, y que la variación del IPC siga constatando de la manera más certera posible cuál es la evolución del costo de la vida para las familias del país.

Rodrigo Montero,

Decano Facultad de Administración y Negocios