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Para leer la "desconocida" mitad de Gabriela Mistral

La premio Nobel sigue inclasificable y sus archivos dando nuevas luces, como los "Recados completos": una mezcla de cartas, crónicas y poemas que la trae de regreso a los anaqueles.
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El recado es un apunte pequeño, una apostilla a la vida cotidiana, el "no olvides" tal cosa, así como un "te quiero mucho, recuérdalo siempre". Desde reflexiones sobre los conflictos mundiales, la poesía y la educación como estandartes de su vida, hasta una carta preguntando cuánto cuesta arrendar una casa en el campo, abarcan los "Recados completos" de Gabriela Mistral, escritos hace casi 90 años, que fueron reunidos en una antología de más 700 páginas realizada por el investigador chileno radicado en Francia Diego del Pozo, y publicados por La Pollera.

Pozo explica que la palabra "recado" es "un guiño a la oralidad". El exdelegado cultural de Finlandia en Chile agrega que estos mensajes fueron escritos "cuando ya Mistral tiene como 44 años, no hay nada de la joven poeta que está buscando su voz o algo así. 'Desolación' es un libro increíble, pero cuando ves sus poemas de la década del 10, no son todos increíbles: para llegar a 'Desolación' hay como 15 años de trabajo. En cambio, los 'Recados' ya son de una poeta que tiene clarísimo lo que está escribiendo, de una intelectual que lleva un tiempo afuera y está en contacto con sus pares de Latinoamérica y Europa, está consciente del lugar que ocupa, los conflictos más importantes de la humanidad los tiene en la palma de la mano, son puras luces" en una mezcla de cartas, crónicas y poemas.

La idea de reunir estas 114 piezas -que comenzaron a ser publicadas alrededor de 1920 en El Mercurio, y luego se dispersaron, como un formato nuevo, en diarios, revistas, bibliotecas y manuscritos de Chile, Estados Unidos, Argentina, Costa Rica, Venezuela, Colombia y Brasil-, comenzó con una conversación sobre "qué son los recados, su importancia en la obra de Mistral y por qué no son tan conocidos", cuenta Del Pozo, cuando la pareja de su editor preguntó "con esa inteligencia que solamente puede decir alguien que no tiene idea de lo que está diciendo '¿y por qué no se han publicado los recados completos?' Soy un poco obsesivo, entonces comencé a rastrear todo sin siquiera saber cuántos eran, cuánto me iba a demorar".

La voluminosa antología, asimismo, "se enmarca en una investigación mucho más grande que llevo haciendo sobre Gabriela Mistral, que comencé por 2003, cuando era ayudante en la universidad de Luis Vargas Saavedra, que hoy está retirado. Para mí fue una sorpresa, yo no entré a estudiar literatura y cine porque me encantara Mistral, de hecho, no sabía nada, pero cuando la leí, ya trabajando en la U, me sorprendió enormemente: ¿Quién es esta autora desconocida? ¿Por qué en Chile no la leemos y hablamos de ella todo el rato? Entonces tenía 22 años y fue muy sorprendente, sobre todo su prosa, porque su poesía, 'Tala' o 'Lagar', tiene cosas que me fascinan hasta hoy, pero su prosa es lo que hay detrás, junto con que es muy actual: leía cosas de 1930 y podrían haber sido escritas ahora. ¿Cómo no la estamos leyendo con todo lo que nos podría ayudar hoy?".

-La poeta cita un par de veces en sus recados a su secretaria y albacea, Doris Dana, quien falleció en 2006 y, tres años más tarde, se publicaron sus cartas con ella.

-Ese aspecto en particular nunca me ha interesado mucho. Obviamente que las vidas íntimas iluminan las obras en muchos lugares, pero el zanjar la sexualidad de Mistral siempre me ha parecido un poco erróneo sobre su propia vida íntima, porque creo que es estrecharla. Por ejemplo, decir que Mistral era lesbiana me parece que limita la lectura y es erróneo: tenía una visión mucho más diversa sobre la sexualidad que caracterizarla como heterosexual u homosexual, es más complejo que eso. Las personas que han hecho los trabajos más respetables sobre su biografía, como Elizabeth Horan ("Esta América nuestra: cartas de Gabriela Mistral con Victoria Ocampo"), tienen mucho más profundidad sobre esos temas que las meras cartas entre Doris y Gabriela, que al final, a mi juicio, las dejan como personajes muy descafeinados, muy lejos de las dos grandes intelectuales y tremendas mujeres que eran.

"Es como si agarraras el WhatsApp con mi mujer, ¿qué vamos a parecer?", se ríe el candidato a doctor en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Helsinki, Finlandia, porque cuando "aparece el legado y esas cartas, que son una parte ínfima de los 18.000 documentos, pasa que no tengo una referencia, probablemente en la historia de la literatura universal, de un autor, o autora en este caso, que, siendo tan conocido en vida, Premio Nobel de Literatura, 50 años después de su muerte (1957) aparece algo que nos obliga a releer toda su obra, y descubrir que casi la mitad no la conocíamos".

En los "Recados completos" se encuentran pasajes como "hablaba yo de Chile a los malagueños", anota Mistral desde su trabajo diplomático en España, sobre que "mi infancia es de la montaña; mis mocedades del mar, y vivo siempre partida entre dos ansias, la de subir cerros arriba, hasta donde ya no parecen llamada, casi laceada por mi madre la montaña, que me quie-

Monumento a gabriela mistral en montegrande, donde vivió durante parte de su infancia.