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Logran convertir CO2 en productos limpios y aprovechables

CIENCIA. Sistema catalítico funciona como transformador químico.
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Agencias

Científicos españoles lograron transformar el dióxido de carbono, principal responsable del cambio climático, en productos útiles y plenamente aprovechables, entre ellos acetona, éter o hidrocarburos oxigenados, fundamentales para el desarrollo de combustibles verdes.

Lo consiguieron y patentaron investigadores de la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia de España) liderados por el profesor Francisco Ivars-Barceló, quien subrayó a Efe que el sistema permitiría aprovechar y transformar algunos de los gases más dañinos -como el metano o el dióxido de carbono- en cantidades industriales, y explicó que la patente ya incluye experimentos demostrativos.

Se trata de un sistema catalítico que actúa como "transformador químico", y entre sus principales ventajas los científicos señalaron que produce esas sustancias nuevas y aprovechables sin emitir nuevos gases, ya que en lugar de utilizar métodos convencionales a partir de otras materias primas que requieren altos consumos energéticos, este funciona a temperaturas bajas (por debajo de 250 grados) y a presiones incluso por debajo de la atmosférica.

Los resultados del proyecto se publicaron en la revista Chemical Engineering Journal.

Cantidades industriales

Ivars-Barceló detalló que además de la acetona o del éter "dimelítico" -que se usa como refrigerante o para la fabricación de algunos plásticos- se puede obtener también etanol, propanol o isopropanol, que tienen volúmenes de demanda muy elevados a nivel mundial.

El etanol o el isopropanol se utilizan ya como aditivos de la gasolina para reducir el monóxido de carbono, y el "éter dimetil" como sustituto del diésel en algunos motores especiales, con lo que se obtiene la eliminación de partículas en las emisiones, explicó el investigador, que insistió en que la importancia del método que patentaron radica precisamente en la posibilidad de fabricarlos en cantidades industriales.

Ivars-Barceló informó que ya obtuvieron los primeros resultados a escala de laboratorio, pero que sería necesario todavía completar varias etapas hasta completar las fases de optimización, la construcción de una planta piloto y la posible comercialización.

"La investigación sigue avanzando para optimizar tanto los materiales como el proceso catalítico global, y los experimentos demostrativos asociados se realizan diariamente", manifestó y aseguró que ya hay varias empresas interesadas.

Ivars-Barceló observó que tanto el dióxido de carbono como el metano se emiten a la atmósfera porque son tratados como residuos sin ningún valor; el 90% del metano se quema para producir energía con la consecuente emisión de dióxido de carbono, y del 10% restante sólo el 1% de usa en procesos de transformación directa en compuestos de valor añadido.

El enfoque entonces es desarrollar procesos "rentables y eficientes" para transformarlos en compuestos de valor añadido, según el científico, para quien el éxito de esta tarea sería generar interés económico desde la industria por estos gases y que empezaran a ser vistos como materias primas valiosas "y no como algo para quemar o como un residuo del que deshacerse".

El investigador subrayó que "cuanto mayor sea el avance en la optimización, mayor será el interés que pueda despertar para la industria", pero "deben existir proyectos o etapas intermedias de colaboración entre los investigadores y las empresas, de forma que se garantice una transferencia tecnológica efectiva y completa", insistió.

Los Beneficios y riesgos de uso de las pantallas en niños y adolescentes es pequeño, según un estudio

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El tiempo que niños y adolescentes pasan interactuando con pantallas se asocia tanto a beneficios como a riesgos para el aprendizaje y la salud, pero estos efectos son pequeños y su influencia varía en función del dispositivo, contenido y contexto, según un estudio.

La exposición a las pantallas y sus efectos es un tema lleno de matices y el investigador en Ciencias de la Salud de la Universidad de Cádiz, España, Borja del Pozo, uno de los firmantes del artículo, indica a Efe que, en el actual momento de conocimiento, la actual alarma "no se justifica del todo".

Un equipo internacional encabezado por científicos australianos realizó un estudio sobre los resultados de 102 metaanálisis previos (método para sintetizar resultados de diferentes estudios) que incluían a casi dos millones de participantes y que publica Nature Human Behaviour.

Clave, la compañía

No puede darse "una respuesta tajante" sobre los beneficios y riesgos de la exposición a las pantallas (desde la televisión a los celulares o los videojuegos) porque -dice- es un tema "complejo" que dependen de muchos factores, como el contenido o, en el caso de los más pequeños, si los padres o cuidadores están presentes e interactúan con ellos.

Esta dualidad se ve en los videojuegos. Cuando son educativos se relacionan con una mejora del aprendizaje, pero a la vez tienen un efecto negativo, "aunque mínimo", en la salud corporal por el mayor sedentarismo.

De manera similar, el aprendizaje "se reduce ligeramente en los niños con un mayor uso de televisión, pero aumenta ligeramente cuando el niño mira la televisión junto a sus padres", señala el estudio.

En todo caso, los efectos detectados, tanto buenos como malos, son pequeños o moderados, indica Del Pozo.

Mayor uso, mayor riesgo

El investigador español destaca entre los efectos negativos el uso de pantallas vinculadas a las redes sociales, que se relacionan con mayor riesgo de depresión o de problemas de salud mental, sin indicios de posibles beneficios.

"Existe una evidencia moderada para esa combinación de contenido y tiempo de exposición al mismo", dice Del Pozo, quien agrega que no pudieron establecer un tiempo de uso para esos efectos, debido a los datos disponibles, pero cuanto más uso, mayor es el riesgo.

Otra relación negativa es la exposición a anuncios de comida chatarra, pues han podido comprobar que "tiene una asociación directa" con una peor salud física, mental y hábitos de vida poco saludables.

En el otro extremo, una categoría de exposición que "pareció asociarse sistemáticamente con beneficios" eran las intervenciones basadas en pantallas diseñadas para promover conductas de aprendizaje o de salud, escriben los investigadores.

Demonización

El debate sobre la necesidad o no de limitar la exposición a pantallas, en especial el uso de celulares entre niños y adolescentes, está presente en la sociedad, pero el científico no está de acuerdo con la "demonización", y considera que "primero hay que entenderlas y luego hacer un buen uso de ellas".

La clave, para Del Pozo, está en "lo que se ve, con quién se ve y en el uso racional y educado" de las mismas y "balanceando riesgos y beneficios".

Restringirlas a, por ejemplo, dos horas al días "es un poco difuso y genérico", pues dependerá de qué se ve y con quién. En todo caso, aún no hay datos para conocer la "dosis óptima de pantallas, aunque fueran exclusivamente de contenido educativo".

La investigación está hecha con una nueva interpretación de datos ya contenidos en otros análisis y el autor muestra algunas limitaciones, como que no se puede establecer una relación causa efecto concreta o que datos como el tiempo de exposición o contenidos eran facilitados por los participantes.

El equipo está ahora embarcado en un proyecto propio, con el uso de cámaras que llevan los niños y la ayuda de inteligencia artificial, que permitirá una recogida de datos más precisa y objetiva en el tiempo.