Desde la mera formación de profesionales, las universidades han transitado hasta un escenario que incorpora nuevas áreas de responsabilidad: investigación, postgrado y vinculación, entre otras. En este estatus de instituciones complejas, la relación de reciprocidad y de colaboración con el territorio se reconoce como crucial, no sólo para los procesos de acreditación, sino también para construir la sociedad y país que necesitamos.
La Universidad de La Frontera reconoce los vínculos con el entorno como una función esencial de su quehacer y así queda de manifiesto, por ejemplo, en su Política de Vinculación con el Medio y más aun recientemente, con la instauración de un reconocimiento a iniciativas de esta institución en cuatro ámbitos: desarrollo económico y productivo; desarrollo público, sociedad y cultura; mundo estudiantil y desarrollo y bienestar humano.
En este último campo, fue reconocido el Programa Educacional para Niñas, Niños y Jóvenes con Talentos Académicos de la Universidad de La Frontera (PROENTA UFRO), resaltando su trayectoria de 20 años de vinculación con el sistema educativo público de La Araucanía y valorando su impacto en la vida de más de 2.000 niños, niñas y jóvenes y sus familias, así como el nexo con socios estratégicos externos e internos.
¿Cuál puede ser el camino para construir una ruta bidireccional? Parece esencial moverse continuamente entre el espacio universitario y el territorio regional, para detectar y consensuar necesidades y soluciones pertinentes; establecer relaciones de confianza recíproca; de diálogo fluido y honesto, para un abordaje constructivo de las diferencias y la mejora continua, sin perder de vista nuestra razón de ser.
La alianza entre creatividad, innovación y ética; la actualización permanente en una sociedad con múltiples desafíos en la convivencia y en el habitar con emergencias climáticas; el uso juicioso de nuevas tecnologías, el respeto y valoración de la diversidad de saberes y experiencias y, finalmente, una buena dosis de conciencia y voluntad, en la conciencia de que somos parte de la misma humanidad imperfecta y que, querámoslo o no, nos necesitamos para construir una sociedad mejor.
Mg. Helga Gudenschwager Grüebler,
coordinadora de Desarrollo del Talento
Académico Temprano, Universidad de La Frontera