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Descubren en Escocia uno de los mayores tesoros de la Edad del Bronce jamás encontrados: objetos tienen unos 3.000 años

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Un tesoro de artefactos de la Edad del Bronce, compuesto por más de 500 piezas que habían permanecido ocultas durante 3.000 años, fue adquirido por los Museos Nacionales de Escocia (NMS) tras su descubrimiento en la frontera escocesa con Inglaterra en 2020.

Este hallazgo, conocido como el Tesoro de Peebles, fue descubierto por el detectorista de metales Mariusz Stepien, que informó a la Unidad Treasure Troved del hallazgo, lo que permitió a los expertos coordinar una extracción compleja del tesoro en un solo bloque de tierra.

Posteriormente fue escaneado mediante tomografía computarizada (CT) en la Universidad de Southampton, en Inglaterra, para preservar los detalles de su estructura original.

Desde su descubrimiento, el tesoro ha sido minuciosamente excavado, analizado y catalogado, revelando por primera vez una variedad de objetos raros.

"El tesoro de Peebles es excepcional, un descubrimiento absolutamente único que reescribe nuestra comprensión de las comunidades de la Edad de Bronce en Escocia y nuestras conexiones internacionales prehistóricas", dijo Matthew Knight, curador principal de prehistoria en el NMS.

La institución inició una campaña de recaudación de fondos para continuar con la investigación y la conservación del tesoro con el fin de evitar el deterioro de los fragmentos de materiales orgánicos frágiles y avanzar en el estudio.

LOS CoLGANTES

El Tesoro de Peebles contiene una amplia gama de materiales únicos, algunos sin paralelo en Europa occidental.

Los objetos más grandes y reconocibles destacan la posición de Escocia durante la Edad de Bronce como parte de una red internacional de comunidades en todo el Mar del Norte.

Entre ellos se encuentran dos colgantes sonoros de bronce, que podrían haber sido utilizados en caballos o vehículos de madera, emitiendo sonidos al moverse, y son los primeros de su tipo descubiertos en Escocia, aunque son más comunes en Dinamarca, Alemania y Polonia.

Además, el tesoro incluye una espada conservada en su vaina de madera y una serie de botones de bronce sujetos con cuerdas.

La Disminución de los insectos a causa de los "agroquímicos" amenaza la salud del planeta

AGRICULTURA. Estudio advierte sobre el uso de productos en la cadena alimentaria.
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Efe

Más de 1.000 productos químicos utilizados en la agricultura están provocando el declive de las poblaciones de insectos, animales imprescindibles para la salud del planeta por ser responsables de la polinización de muchas de las plantas y un eslabón fundamental de la cadena alimentaria.

Científicos del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) comprobaron cómo impactan más de 1.000 "agroquímicos", incluso en dosis que no llegan a ser letales, sobre las poblaciones de insectos y cómo afectan muy negativamente a su desarrollo y a su comportamiento, y ofrecen vías para mejorar la evaluación de la seguridad de los productos químicos, la protección ambiental, la seguridad alimentaria y la salud animal y humana.

El trabajo, que se publica en la revista Science, concluye que los efectos más dañinos de los agroquímicos (como herbicidas o pesticidas) se agravan cuando la temperatura ambiental aumenta y que la merma de las poblaciones de insectos se puede cifrar en una media de entre el 2 y el 3 por ciento cada año.

Los investigadores expusieron sistemáticamente larvas de mosca de la fruta a más de 1.000 moléculas contenidas en productos químicos, y descubrieron que el 57% de las sustancias químicas alteraban su comportamiento de una forma significativa, incluso en cantidades que no llegaban a ser mortales, y que los niveles más altos de sustancias químicas comprometían su supervivencia a largo plazo en los mismos tiempos de exposición.

Clave en el equilibrio

Los insectos desempeñan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas y a medida que disminuyen sus poblaciones lo hace también la diversidad genética, fundamental para que las especies se adapten a los cambios ambientales actuales y futuros.

El investigador Justin Crocker, jefe de grupo en el instituto que el EMBL tiene en Heidelberg (Alemania), observó que además de los agroquímicos hay otros factores "clave" que agravan la situación, y ha citado el cambio climático, la destrucción de hábitats o la perdida de biodiversidad.

"El aumento de las temperaturas incrementa la toxicidad de los pesticidas, mientras que la urbanización y la deforestación reducen los hábitats de los insectos, y la contaminación lumínica y la propagación de especies invasoras contribuyen aún más a la crisis", manifestó Crocker.

Aunque todos esos factores agravan la situación, el investigador argentino Lautaro Gandara -primer autor de este trabajo- subrayó que las medidas necesarias para contrarrestar y revertir el proceso deben dirigirse contra las causas del problema, no contra los factores secundarios.

Crocker observó que el declive de las poblaciones de insectos parecería ser más severo en aquellas regiones del mundo donde la agricultura es más intensiva, como Europa y Norteamérica, donde el uso de los agroquímicos es elevado y donde el fenómeno se ha estudiado con más detalle, pero ha asegurado que las regiones tropicales, muy ricas en biodiversidad de insectos, están también en peligro debido a la deforestación y a la expansión agrícola.

Y Lautaro explicó que en el norte de Europa continental y en el sur de Gran Bretaña se han reportado reducciones severas en la biomasa de insectos. "Sin embargo el fenómeno parece ser global, con ejemplos que provienen tanto de regiones industrializadas como áreas protegidas, y desde el Ártico hasta los trópicos".

No tan fácil

Pero a la pregunta de si sería fácil, y recomendable, prescindir de la mayoría de esos productos químicos, Justin Crocker responde que "no del todo", ya que algunos de esos pesticidas son fundamentales para la seguridad alimentaria.

"Sin embargo, existen alternativas seguras, como los controles biológicos y la gestión integrada de plagas, que son aconsejables. Una prohibición total puede perturbar la producción de alimentos, pero reducir el uso de productos químicos altamente tóxicos es posible y necesario", corroboró el investigador.

En este trabajo los científicos demostraron que es posible monitorear los efectos "subletales" de manera robusta, eficiente y económica, y el científico argentino ha explicado que la incorporación de ensayos similares al momento de testear el impacto ambiental de un agroquímico "permitirá discriminar con mayor rigurosidad a las moléculas que son seguras de aquellas que no lo son".

Aunque el problema es global, los científicos destacaron que las normas locales "pueden marcar la diferencia" y han citado como ejemplo cómo las restricciones europeas a un tipo de insecticidas (los neonicotinoides) han contribuido a la recuperación de los polinizadores, pero insistieron en que la coordinación mundial es esencial para evitar la contaminación transfronteriza y garantizar una protección generalizada.