En los próximos meses, los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país elegiremos a la próxima o próximo Presidente de la República. Esta no será una elección más. Será, sin duda, una oportunidad única para decidir qué tipo de país queremos construir en los próximos cuatro años, y para la región de Ñuble, una oportunidad para levantar la voz, influir en las políticas públicas y ser parte activa de la hoja de ruta que marcará el futuro de Chile.
Desde la Cámara Chilena de la Construcción Ñuble valoramos el interés que han mostrado algunos candidatos por dialogar con nuestro gremio. En las últimas semanas hemos sostenido encuentros constructivos con figuras como Carolina Tohá, Johannes Kaiser y Franco Parisi. En los próximos días también recibiremos a Evelyn Matthei. A todos ellos durante nuestros encuentros, les hemos dicho: Chile puede y debe ir por más. Por más progreso social, por más crecimiento económico, por más oportunidades para todos y todas.
Hoy tenemos la obligación moral y política de enfrentar, sin rodeos, nuestros grandes dolores como país. El déficit habitacional es uno de ellos. Se necesitan 927.350 viviendas para cubrir el déficit habitacional actual, en Ñuble son 18.000. A 2035, el país requerirá 2,6 millones de viviendas nuevas para satisfacer la demanda por crecimiento y nuevos hogares; solo se construyen 50.000 viviendas subsidiadas al año, cifra que no alcanza ni de cerca las necesidades del país.
Una familia promedio necesita en Ñuble ahorrar durante 16 años para comprar una vivienda; 130.000 familias viven actualmente en campamentos; 22% de los hogares están compuestos por una sola persona; hoy, el hogar promedio en Chile tiene 2,8 personas y ninguna región del país supera los 3 habitantes por hogar. Estos números nos exigen actuar. No mañana, no en un próximo gobierno. Hoy.
Como gremio, hemos propuesto a los candidatos presidenciales un conjunto de medidas concretas y urgentes como la modernización del Estado y sus capacidades institucionales, especialmente en la planificación urbana, la gestión de permisos y la coordinación intersectorial. El Estado debe ser un facilitador del desarrollo, no un obstáculo.
Políticas claras y estables para la inversión privada, con reglas del juego predecibles, simplificación normativa y certeza jurídica. Sin inversión no hay crecimiento, y sin crecimiento no hay empleo.
Esta es una gran oportunidad para levantar un diálogo, que incluya a los gremios productivos a la comunidad general y al mundo público, pues se marcarían lineamientos claros para encontrar los acuerdos necesarios para el desarrollo de un país y de nuestra región.
Ñuble ha demostrado ser una región con potencial, con talento y con ganas de crecer. Pero para que eso ocurra, necesitamos que las decisiones nacionales también nos tengan en cuenta. Esta es la oportunidad de hacer oír nuestra voz y construir, juntos, un país más justo, más habitable y con más futuro.
Sebastián Godoy Bustos,
presidente CChC Ñuble