Carabineros motiva el desarrollo de los Derechos Humanos aplicados a la función policial
La sección regional dedicada a la materia se preocupa de evitar abusos y garantizar que todas las personas sean tratadas con dignidad.
La Sección Regional de Derechos Humanos y Protección de la Familia de la Zona Ñuble de Carabineros realiza un importante trabajo reforzando el compromiso de la institución por proteger a las víctimas de violencia intrafamiliar, esto a través de monitoreo, asesoramiento y retroalimentación en casos de esta naturaleza.
La sección fue creada el 19 de octubre de 2020 y está a cargo del instructor en derechos humanos para la función policial, suboficial Mario Castro, y la sargento segundo, María Teresa Mellafe.
La unidad debe actuar en conformidad con las normativas de derechos humanos, evitando abusos y garantizando que todas las personas, sin distinción, sean tratadas con dignidad, lo cual, además, implica garantizar la seguridad y el orden público, respetando y protegiendo los derechos fundamentales de las personas.
De manera específica, la Sección Regional de Derechos Humanos y Protección de la Familia de la Zona Ñuble de Carabineros debe verificar la aplicación de los estándares antes mencionados en las actuaciones policiales, asegurando que se cumplan en la práctica. También, debe asesorar a la jefatura de la zona sobre el control y cumplimiento de los planes y programas en derechos humanos establecidos por la dirección de Carabineros.
Asimismo, debe coordinar e implementar estrategias, planes o programas dispuestos por la administración central o territorial, elaborando informes correspondientes. Otra de las funciones de la sección es presentar un plan de trabajo anual.
También, la sección actúa como enlace entre organismos de la sociedad civil y las autoridades locales de los Poderes del Estado en temas de derechos humanos; por otro lado se ejecutarán las funciones de las Secciones de Coordinación en Derechos Humanos y Desarrollo Normativo y Educacional dentro de su respectiva Zona Policial, conforme a las instrucciones del Jefe del Departamento.
Finalmente, se fomentará la integración de estándares internacionales de derechos humanos en los procesos institucionales de su respectiva jefatura de zona, mediante capacitaciones al personal operativo de Carabineros.
Entre los objetivos principales de la iniciativa se encuentran el monitoreo técnico de casos, la prevención y educación sobre violencia intrafamiliar, así como la coordinación interinstitucional con otras entidades gubernamentales y organizaciones no gubernamentales. Estas acciones buscan crear un entorno más seguro y accesible para las víctimas. Esto ha tenido acciones exitosas en contexto del desarrollo del plan de Niñez y Adolescencia, que busca prevenir la violencia escolar, trabajando directamente con las comunidades educativas, estudiantes y padres, para evitar que niños, niñas y adolescentes se vean involucrados en hechos violentos y vulneración de derechos.
Las oficinas de violencia intrafamiliar ofrecen atención directa, asesoría legal, psicológica y social a quienes han sufrido este tipo de violencia. Además, se realizan capacitaciones periódicas para el personal de Carabineros, enfocadas en el manejo adecuado de los casos y el respeto a los derechos humanos.
Sumado a lo anterior, las campañas de sensibilización han permitido un incremento en el número de denuncias, lo que refleja una mayor confianza en las instituciones encargadas de proteger a las víctimas. Las encuestas realizadas a las personas atendidas indican un alto nivel de satisfacción con respecto al apoyo recibido.
La Sección Regional de Derechos Humanos ha implementado un trabajo innovador en el área, el cual involucra a un carabinero honorario dentro de su labor de acercamiento a la comunidad. Un ejemplo el reconocimiento de un niño de 7 años, el cual admira a la institución uniformada e incorpora en sus terapias diarias ya que presenta discapacidad física.
Este acercamiento comunitario no solo busca construir la participación activa de los carabineros honorarios, algo clave para fomentar una cultura de respeto y protección de los derechos humanos.
Nuestra institución está construida en la base de su doctrina y disciplina, pero también en la firmeza de sus recuerdos, sus creencias y sus motivaciones.
Así como la vocación de servicio público es el primer motivo que nos llama a cumplir con nuestro deber, el recuerdo de nuestros mártires es, también, una fuerza interna que nos motiva a seguir adelante, con mayor ímpetu y convicción.
Hoy, cuando estamos cumpliendo 98 años de vida institucional, conmemoramos este importante hito recordando, especialmente, a nuestros "Héroes de Arauco". Nuestros tres camaradas cruel y violentamente asesinados hace un año en la comuna de Cañete.
Desde aquel momento no somos los mismos. La tristeza y la rabia calaron hondo en nuestros corazones y forjaron una manera distinta de ver la vida y comprender nuestra misión constitucional de proteger a la ciudadanía.
Hoy somos una institución distinta, más fuerte, más cohesionada y con una férrea convicción en que los buenos somos muchos más. Que nuestra presencia y nuestro trabajo equilibran la balanza con aquellos que buscan destruir la tranquilidad y la paz social.
Lejos de desmoronarnos, la resiliencia con la que hemos aprendido a convivir, nos permitió contenernos y levantarnos con más fuerza por aquellos que necesitan a Carabineros. Por esas miles de familias, es que nos levantamos con más fuerza cada día a cumplir con nuestro compromiso de ser "Del débil, el protector".
Nuestros "Héroes de Arauco" son el estandarte de este cumpleaños 98 de Carabineros de Chile, y los recordamos con honor y gloria. Enaltecimos su trabajo, su esfuerzo y sacrificio por hacer de Chile un lugar mejor.
Los suboficiales mayores Carlos Cisterna, Sergio Arévalo y Misael Vidal vistieron con orgullo su uniforme, demostrando que quien elige esta profesión es una persona de excepción, un líder nato y un ser valiente que dedica su tiempo, espíritu y fortaleza al bienestar social.
Como Carabineros de Chile, como ciudadanos, tenemos el deber de honrar a nuestros mártires no solo con palabras, sino con acciones. Siguiendo su ejemplo con integridad, compromiso y vocación de servicio. Porque mientras su recuerdo viva en nosotros, su sacrificio no habrá sido en vano.
Gracias por todo.