La espera no termina: familias llevan más de 15 años en campamentos en Ñuble
VIVIENDA. Si bien TECHO-Chile indicó que hay una baja en la cantidad de asentamientos, desde la Seremi del ramo discreparon y detallaron algunos de los avances en la materia.
Felipe Placencia
En Ñuble, más de 200 familias continúan viviendo en campamentos, muchos de ellos instalados hace más de quince años. Así lo revela el Catastro Nacional de Campamentos 2024-2025 de TECHO-Chile, que identificó 17 asentamientos precarios en las comunas de Chillán, Bulnes, Coelemu y San Nicolás. Allí habitan 229 familias, incluyendo 109 niños, niñas y adolescentes, 88 adultos mayores y 43 personas con discapacidad.
Desde la seremi de Vivienda Ñuble, Antonio Marchant, advirtió que las cifras de la fundación no coinciden con los de Gobierno. "En la última actualización del Catastro de Campamentos del Minvu (2024), en Ñuble se identifican 24 campamentos y 462 familias. Sin embargo, nuestros registros a la fecha son menores: tenemos 20 campamentos vigentes, lo que equivale a 314 familias".
A paso lento
Según el catastro de TECHO-Chile, mostraría que Ñuble tuvo un descenso de 216 familias en campamentos respecto a la última medición. Un dato alentador, precisaron, porque la mayoría de los cierres en la región habrían sido producto de procesos de regularización y provisión de servicios básicos, lo que demostraría un uso más efectivo de las herramientas de la política habitacional en el territorio.
Sin embargo, Javiera Moncada, directora del Centro de Estudios de TECHO-Chile, hizo una advertencia. "No podemos hablar de superación de esta forma de exclusión mientras haya familias esperando por tanto tiempo".
De acuerdo al seremi de Vivienda Ñuble, Antonio Marchant, "en 2024 sumamos dos campamentos a nuestra base, pero aun así no coincidimos con los datos regionales del informe de TECHO-Chile. Tal catastro habla de que Chillán tiene cuatro, San Carlos uno, Portezuelo uno. Información errónea para nuestros registros".
Por ejemplo, Marchant recordó que en octubre del año pasado se erradicaron "todos los campamentos de Chillán y Chillán Viejo, los más antiguos, cuando entregamos Villa Iraira II, en donde le dimos solución definitiva a 32 familias de los campamentos Los Corregidores, Los Eucaliptus, Cabildo, Línea Férrea, Los Colihues y Oro Verde, ahí también recibieron su hogar familias del campamento José Campos Orellana de Quillón. En la próxima semana entregaremos las escrituras de este proyecto financiado por el Fondo Solidario (DS49)".
Propuestas
El panorama nacional de acuerdo a TECHO-Chile es complejo, ya que se alcanzó la cifra más alta de personas viviendo en campamentos desde 1996: 120.584 familias en 1.428 asentamientos. Un aumento del 10,6% respecto a la última medición. Entre 2023 y 2025 se sumaron al menos 6.000 nuevas familias a esta realidad. "La falta de herramientas y alternativas reales para salir de su condición mantiene a miles de familias estancadas en campamentos", explicó Gonzalo Rodríguez, director ejecutivo de TECHO-Chile.
A pesar de los esfuerzos públicos y privados, los campamentos son el único componente del déficit habitacional que no ha disminuido en los últimos cinco años. Un 35% de las familias lleva más de 14 años esperando una solución definitiva. Y aunque se han cerrado 346 campamentos en dos años, menos de un 30% corresponde a soluciones habitacionales reales. El resto, simplemente, fue desplazado, indicaron.
Es así como la organización propone una serie de orientaciones que apuntan a corregir el rumbo. En primer lugar, ajustar los programas de arriendo, cuyos montos actuales no permiten a las familias salir del campamento por los altos precios del mercado. Además, diversificar la oferta habitacional con viviendas de distintos tamaños, funcionalidades y costos que respondan a la realidad de migrantes, adultos mayores y hogares unipersonales, un grupo que crece año a año.
El informe también llama a dar continuidad al Plan de Emergencia Habitacional, pero con una asignación proporcional: si el 17% del déficit habitacional está compuesto por familias que viven en campamentos, se debe reflejar esa proporción en la política pública. Del mismo modo, urgen repensar el Programa de Asentamientos Precarios, cuya ejecución se ha visto gravemente afectada tras el escándalo del Caso Convenios, dejando a miles de familias sin diagnósticos ni obras de mejoramiento básicas.
Finalmente, TECHO-Chile enfatizó la necesidad de planificar proactivamente las ciudades. Esto implica identificar zonas que incentiven la construcción de viviendas sociales en los Planes Reguladores Comunales y recuperar suelo urbano disponible, apostando por proyectos de regeneración urbana y uso inteligente del territorio.