Cambio de Gabinete
Con un giño evidente hacia los partidos más extremos de la Nueva Mayoría, la DC y el PC, no así hacia las regiones, la Presidenta Michelle Bachelet concretó la mañana de este lunes un masivo cambio de gabinete ministerial impulsado por los escándalos políticos que han sacudido al país con los casos Penta, Caval y SQM, como también a los bajos resultados en las encuestas de opinión pública que tienen al gobierno con una aprobación ciudadana de un 31%, según la última encuesta CEP.
Luego que la semana recién pasada, la Mandataria le pidiera la renuncia a todos sus ministros, dando una señal evidente de respuesta a una crisis institucional, finalmente se decidió cambiar a nueve titulares de carteras ministeriales, como son Interior, Defensa, Hacienda, Segpres, Segegob, Economía, Desarrollo Social, Justicia, Trabajo, Cultura. Por su parte, Bachelet mantuvo en sus cargos a los ministros de Relaciones Exteriores (Cancillería), Salud, Educación, Obras Públicas, Transporte, Vivienda, Bienes Nacionales, Agricultura, Minería, Energía, Sernam, Deportes y Medioambiente.
En estricto rigor, el cambio afectó a gran parte de los ministros políticos del gobierno, con miras a una reactivación de la agenda de reformas que impulsa el Ejecutivo y terminar con una "paralización" del trabajo legislativo, entremedio de los conflictos de intereses y judiciales.
La labor más intensa la asumirá un experimentado DC, como es Jorge Burgos, quien tendrá la responsabilidad de abrir las puertas del Ejecutivo al diálogo con todos los sectores políticos, en particular de la Nueva Mayoría, para sacar adelante los cambios propuestos en el programa de gobierno. Será también parte de esta tarea el ex diputado Jorge Inzunza, ahora a cargo de la Secretaría General de la Presidencia.
Pese a lo mediático del cambio de gabinete, para la oposición se trató más bien de una adecuación más bien conservadora. Pero a la vez incorpora en un trabajo más intenso a un partido que ha sido más crítico con el trabajo realizado en el primer año, como es la Democracia Cristiana.
En concreto, la presidenta ha dado señales de reforzar las reformas laborales, al incorporar a Ximena Rincón en el ministerio que tiene avanzada la tramitación legislativa; al mismo tiempo que refuerza con la ratificación de Nicolás Eyzaguirre en Educación el interés por seguir trabajando en la misma línea de cambios que inició en 2014. Se echa de menos, una vez más, la incorporación de las regiones en el gabinete. Quizás porque la agenda más retrasada es hoy la de descentralización, donde las críticas no se han hecho esperar.