Mujeres en alerta
Una vez terminada esta columna, y con mucha pena puedo decir que se han cometido 11 femicidios en Chile. Una cifra que tal vez aumente cuando este artículo sea publicado.
Y es que se trata de 11 mujeres que ya no están en este mundo, y que dolorosamente han perdido la vida en manos de sujetos que creyeron que ellas debían ser maltratadas física y psicológicamente, para luego darles muerte sólo por el hecho de catalogarlas como objeto de su pertenencia.
La realidad en nuestro país es que las mujeres están siendo asesinadas a golpes, a estocadas, en algunos casos muchas veces descuartizadas, es decir, un delito que, pese a esas características, continúa cometiéndose sin pavor alguno.
Así lo vimos en los noticieros de televisión durante los últimos días. Un crudo hecho quedó al descubierto en la Región de Valparaíso, donde Nancy Arenas Astudillo, de 60 años, fue asesinada por su esposo con un arma de fuego. El hombre se suicidó tras el crimen.
Las estadísticas no son para nada alentadoras. A los 45 femicidios registrados por el Sernam para el año 2015, ya van 11 en lo que va de este año.
Una situación que merece toda nuestra atención, ya que las medidas adoptadas, como campañas o políticas de género deben ser aún más eficaces, de modo que permita promover el respeto hacia la vida y nuestras mujeres.
Una labor que debe optimizarse y no puede seguir esperando, porque las mujeres de nuestro país y de Chillán se encuentran en un estado permanente de alerta y debemos adoptar decisiones que nos lleven a estar a la altura de ello.
Carolina Chavez Echeverria.
Casinos populares
Ante la ausencia de informe técnico sobre azar y destreza respecto a la proliferación ludopática de los casinos populares, que a lo largo de Chile están en tierra de nadie ante un parlamento que duerme, en nuestra ciudad donde proliferan por doquier, amparados en la ley, seguirán proliferando en tanto y cuanto tampoco las autoridades comunales se jueguen por reglar lo que no esta reglado. En el plano jurídico está la Constitución y las leyes, esta última con cuerpo y espíritu se aplica a criterio del Poder Judicial y sin interpretaciones. ¿Pero qué pasa en estos casos? En ciudades sin ley respecto a las máquinas de juegos, que pueden proliferar amparándose en la inexistencia de normativas claras respecto a su instalación. En los municipios existen las Ordenanzas Municipales que son cuerpos jurídicos que pueden complementar la ley sin transgredirla, pero también podrían generar un ordenamiento interno comunal respecto de tal o cual o actividad.
Sin ser jurista me atrevería a decir que quizás si en estos años de disputa entre la legalidad del azar y la destreza hubiesen autoridades comunales con la audacia de proceder en relación al tema quizás se habría zanjado una discusión que hoy se judicializa en perjuicio de su Alcalde y quizás de la ciudad. ¿Qué hubiera pasado si ante los primeros indicios de conflicto respecto de las máquinas de juegos se hubiese trabajado -Alcalde, Concejo y asesores jurídicos- en un Ordenanza respecto de llamados "casinos populares"? ¿No puede acaso el municipio delimitar por ejemplo su número como tiene la potestad respecto de las patentes de alcoholes? o ¿quizás delimitar un radio ubicación?.
Enrique Edis Jara Rivera.
No soy candidato
Junto con saludarles, me dirijo a ustedes con motivo de las continuas apariciones en prensa en donde vinculan mi nombre como posible candidato para las próximas elecciones municipales en la comuna de El Carmen, para lo cual debo aclarar que no existen tales intenciones, y no estoy dentro de las opciones en dicha comuna. Solo estoy abocado a mi actual cargo de Coordinador del Plan Comunal de Seguridad Pública de la comuna de Chillán y es ahí donde desempeñaré funciones durante este 2016.
Renán Cabezas Arroyo.
Matrimonios desechables
El Mercurio es el primer medio que aclara en una nota que las cifras de divorcios varían de acuerdo a la institución que mantenga el catastro. Según lo informado, los divorcios superarían por cerca de 10 mil a los matrimonios inscritos durante 2015. Agrega que, en el caso del Poder Judicial, las rupturas alcanzaron los 72.753 el año pasado, mientras que en el Registro Civil llegaron a cerca de 44 mil. La diferencia observada, concluye acertadamente la nota, es que este último organismo contabiliza los divorcios en la medida en que recibe las sentencias de los tribunales. En tal análisis los 72.753 procesos legales corresponden a divorcios y ceses de convivencia presentados a tramitación en el PJUD. Faltaría agregar los 49.580 ceses presentados en el Registro Civil, la mayoría de mutuo acuerdo, que no requieren de notificación judicial a uno de los cónyuges. Por tanto, los procesos de separación legal iniciados superaron por cerca de 60 mil a los matrimonios, lo que se traduce en que las parejas separándose legalmente duplican a las que se casan.
Ricardo Viteri Prado.