Recordando
En enero de 2001 los socialistas empezaron sigilosas conversaciones con el PC para "apoyarse mutuamente" en las elecciones parlamentarias de ese año. A fines de julio, aprovechando la débil posición en que quedó la DC luego del escándalo provocado por la errónea inscripción de sus candidatos -salvada con una ley corta tramitada en nueve horas, con generosidad política de la derecha: "Las elecciones se ganan o se pierden en las urnas, pero no por secretaría"-, el PS hizo público dicho respaldo, no exento de serias complicaciones dentro de esa entonces des-Concertación allendista reinante. Por esos días, el ex Presidente Patricio Aylwin asumía la conducción de la DC y declaraba: "Esto lesiona las confianzas y afecta la gobernabilidad". Por su parte, Eduardo Frei, a la sazón senador vitalicio -"herencia de la dictadura"-, manifestaba: "El que una colectividad integrante de la Concertación haya intentado pactar fuera de la coalición con quienes normalmente han estado en la oposición, destruye las confianzas, las credibilidades y el mutuo respeto. ¿Para qué? ¿Para ganar uno o más parlamentarios, por sólo cálculo electoral?". De otra parte, amén de la indignación del entonces Presidente Ricardo Lagos (PS) por esa nueva crisis política, José Miguel Insulza (PS), entonces ministro del Interior, decía que el PS "debía retractarse. Una cosa es que piense eliminar las marginaciones (el bullado sistema electoral binominal) y otra es que esté llamando a votar por otros candidatos" (que no eran de la Concertación).
En febrero de 2002, nuestra recordada compañera Gladys Marín (q.e.p.d.) advertía: "Si no se le da al país la solución que Lagos prometió, entonces nosotros (el PC) vamos a impulsar el estallido social". En diciembre de 2005, ante la posibilidad o peligro de que Michelle Bachelet perdiera la segunda vuelta y aprovechando el desastre electoral que tuvo la DC en las elecciones parlamentarias de ese año, por mucho que se tildaran de que no eran tales, bienvenidas fueron las negociaciones y los pactos con los comunistas, por su apetecible 5,22%, que en definitiva favoreció a nuestra histórica primera Presidenta de la República. Eco: "Cuando la izquierda sale a las calles, la derecha tiembla". Qué admirable poder convocatorio y de movilización tiene, como lo demostró durante todo el gobierno de Piñera. Hoy el PC, para seguir medrando, como que amenaza con sacar el pie que tiene adentro de esta administración "bis" de Bachelet, marcada con profundas diferencias internas y tumbos varios, porque: "Cada día puede ser peor".
Jorge Saavedra Moena
Día del trabajador
Decía un amigo, Silvio Canese (QEPD), que la pobreza se combate desde la rabia, no desde la pena. Y rabia es lo que siente un gran sector de la sociedad al escuchar, ahora que se acerca el día del trabajador, frases como "el trabajo dignifica al hombre", "el empleo es el motor de la movilidad social" y "creando más empleos superaremos la pobreza". Rabia porque quienes pronuncian con total demagogia esas frases están totalmente ajenos a la realidad que viven las familias más vulnerables del país.
A modo de ejemplo, el 90% de los jefes de hogar de las familias de campamento tienen trabajo (dependiente o independiente). Sin embargo, el 60% de ellos gana menos del sueldo mínimo. Es más, en nuestra región del Biobío, el 59% de los hogares percibe un ingreso mensual menor al sueldo mínimo. ¿Es, entonces, aumentar el empleo la forma de superar la pobreza? La respuesta es que, por lo menos por sí solo, no. Tener un pleno empleo, pagando el sueldo mínimo miserable que se paga en Chile, sólo aumentará la segregación profunda afecta a nuestra sociedad. Y esto genera rabia.
Rabia genera que se hable de que "no hay plata para subir los sueldos", "que debemos crecer primero" y que "aumentar el sueldo mínimo va a frenar la economía". Holanda, en el año 1987 poseía el mismo PIB per cápita (PIB PC) que Chile y el sueldo mínimo era 3,4 veces mayor. En Japón, mismo año y mismo PIB PC, era 1,6 veces mayor. Chile tiene una de las razones sueldo mínimo/PIB PC más bajas de la OCDE y, entre los países de la OCDE con PIB PC similar, Chile posee la mediana de sueldo más baja.
En el día internacional del trabajador, no saludamos, no felicitamos, no celebramos, sino que destacamos la fuerza de los trabajadores chilenos y especialmente de la región del Biobío. De ese 70% de los trabajadores de nuestra región que gana menos de $350.000, de aquellos que además de tener que arreglárselas con los bajos sueldos, deben soportar vivir en un campamento, con ausencia de servicios básicos, con malos accesos y cargados de estigmas. Por sobre todo, destacamos a quienes se inventan tiempo para ejercer el trabajo no remunerado de ser dirigentes sociales. Esperemos que, en un futuro no muy lejano, el día del trabajador pueda ser de verdad un día de fiesta, donde celebremos que el trabajo está aportando efectivamente a la movilidad social y a la calidad de vida de las familias. Mientras tanto, no hay nada que celebrar.
Nicolás Villanueva, Director TECHO-Chile, Región del Biobío
Política
Pepe "Auth" del PPD...
Luis Enrique Soler Milla