Promesa de políticos
Al escribir estas líneas me embarga una angustia que es difícil dimensionar. El motivo es el dolor que siento por la pérdida de mi amigo y confidente Fernando Chávez y lo primero que debo decir es que a pesar de los grandes discursos de algunos, refiriéndose a las grandes cualidades de este pequeño pero gran hombre, de asumir como un compromiso de recoger el gran legado de cómo debe ser un buen político al servicio de la gente, sin importar ideologías y creencias, sé que muchos de ellos no van a cumplir con hacer suya esta gran herencia y copiar por todos los que se dicen defensores y seguidores de una sociedad justa y transparente para todos. Esto jamás será así, ya que a muchos de ellos los conozco y les digo a todos aquellos que se comprometieron en la despedida de mi gran amigo, que estaré vigilante para enrrostrarles lo que dijeron en sus discursos y denunciaré a aquellos que no cumplan con la palabra comprometida.Por último, les pido a todos los señores políticos que de una vez por todas cumplan con el verdadero rol que por ética deberían tener, servir y no servirse, ser honestos y consecuentes, aprender a escuchar y cumplir con la palabra empeñada, entender que para lograr todo esto y cualquier otra meta en la vida, que las personas valen por lo que sin y eligen, y por cómo construyen su propio destino y el de sus familiar. No hay diferencia entre negros o amarillo, lo que valen son las personas y esa es la ley de la vida.
Ciro Contreras Bobadilla, Consejero de la Sociedad Civil de Chillán.
Chile, el otro Mar Muerto
La tecnología usada como instrumento para crear riqueza, no tiene piedad ni conciencias y su uso constituye el más grande de los abusos, creando la mayor tragedia al medio ambiente a la sociedad humana, vegetal y animal del futuro. El silencio de los gobiernos ante esta acción de las grandes empresas e industrias pesquera es asombroso, a sabiendas del daño que estas realizan, autorizan y apoyan el funcionamiento y la destrucción del medio ambiente, terminando con la flora, la fauna y los pequeños artesanos que viven de los productos del mar.
Se ha creado un Mar Muerto en Chile y las autoridades responsables de este caos no se inmutan ni se preocupan del Mar y de sus consecuencias futuras, más les importa recibir recursos y ganancias monetarias que muchas veces son ilegales y sin ninguna transparencia, ya que en la mayoría de los casos conocidos hasta hoy, queda todo en una nebulosa que guardan secretamente y hacen oídos sordos a las denuncias de los ciudadanos y de las organizaciones que defienden el medio ambiente sin siquiera presentar acciones legales en contra de los verdaderos culpables de esta tragedia a quienes bien conocen.
Ha llegado el momento de defender nuestro mar y sus recursos, por ello, se hace urgente la unidad y la toma de conciencia de los ciudadanos y enfrentar ahora al enemigo, de otra forma todo nuestro litoral se convertirá en un Mar muerto y también morirá la flora, la fauna y el medio ambiente con ello la propia existencia del ser humano.
Raúl Ferrada Varas.
Chiloé: tormenta perfecta
Lo que está ocurriendo en los archipiélagos y fiordos del sur de Chile, es la crónica de una muerte anunciada. Por décadas, comunidades de pescadores y mariscadores, organizaciones sociales, organismos públicos y académicos han señalado la explotación insustentable de la biodiversidad marina y terrestre en la región. Pese a ello, las advertencias fueron ignoradas por autoridades, transnacionales y empresarios nacionales.
Hoy, los ecosistemas marinos de Chiloé se enfrentan a un fenómeno denominado eutroficación, el cual se origina por el uso excesivo de fertilizantes industriales que se acumulan en el mar. El aumento de nitrógeno y fósforo en las capas superiores del agua incrementa las poblaciones de microalgas, entre ellas la marea roja que produce toxinas. Luego, al seguir incorporando fertilizantes, el oxígeno de las aguas más profundas disminuye en tal magnitud, que pueden originarse áreas donde la vida ya no es posible o el ecosistema se vuelve improductivo.
Si además agregamos al océano, los antibióticos y químicos que han sido incorporados por años a las jaulas de voraces salmones y las 5 mil toneladas de peces descompuestos e intoxicados que se desecharon en el mar el último mes, nos encontramos con las condiciones que formaron la tormenta perfecta en Chiloé.
¿Quién responde y se responsabiliza de esta bancarrota ecosistémica? La población de Chiloé está exigiendo con justa razón, que el gobierno y el país cumplan con el compromiso de promover la sustentabilidad ambiental. Las empresas contaminantes y las autoridades, que diseñan y otorgan los permisos de la concesión para la acuicultura, tienen la obligación de responder y asumir su negligencia.
Javier Figueroa Ortiz, Doctor en Biología. U. Central de Chile.