La avellana europea se está poniendo de moda en los campos de Ñuble. Y claro, si sus virtudes son inmensas y sus ventajas comparativas claramente superiores a otros cultivos tradicionalmente trabajados en las tierras de la provincia. Por si fuera poco, las condiciones que ofrecen las zonas agrícolas de Chile -y precisamente las locales-, han logrado que este fruto se produzca maravillosamente y con una calidad que lo sitúa paulatinamente en los mercados internacionales. Definitivamente, la avellana europea llegó y para quedarse.
En esta realidad hay que reconocer lo visionario que fue AGRICHILE al detectar la potencialidad de este fruto en tierras chilenas, pues originalmente partió afincándose en los campos del Maule y la Araucanía. Pero tal como lo explica el gerente de la mencionada firma, Eugenio Ulrici, decidieron realizar una fuerte inversión como empresa en Biobío -específicamente en San Carlos y San Gregorio- comprando terrenos para plantar esta especie oriunda de Europa y Asia. Según comenta, este empuje fue clave en el éxito logrado.
"Biobío es la región que tiene la tasa de crecimiento más fuerte registrada en los últimos dos años respecto a las plantaciones de avellano europeo. Aquí hay mucho potencial y muchos terrenos aptos, además que existe un fuerte interés por diversificar. Tenemos unas dos mil hectáreas plantadas, pero con una demanda muy fuerte", apunta el alto ejecutivo.
Ciertamente, el uso de la avellana europea no está muy desarrollado aún en Chile, salvo en el uso que se le da en pastelería y eso sí es amplio. Sin embargo, en AGRICHILE están empecinados en mostrar las bondades de este fruto a todo evento, por lo que comentan que han cerrado un acuerdo con el área agronómica y gastronómica de Inacap en zonas donde se desarrolla precisamente el avellano, de modo que se pueda dar a conocer más el uso que pueda tener este fruto combinado con otros alimentos. Incluso, participaron en el reciente torneo de pastelería que se desarrolló en Chillán, entregando la materia prima a los chefs participantes.
A toda esta explosión comercial provocada por la avellana, Chillán no queda ajeno. El propio Eugenio Ulrici comenta que en tierras ñublensinas "tenemos una planta de limpieza y secado. Si la avellana recién cosechada recibe este proceso, logra mantener la calidad necesaria para llegar a la planta de descascarado que inauguramos hace un año y medio en la Séptima Región. Precisamente, este año estamos agrandando esta planta porque tendremos un flujo muy importante que se va a generar con las nuevas plantaciones".
¿Diversificar con otros cultivos?, definitivamente aquello no está en la brújula de AGRICHILE. Actualmente, todos los esfuerzos apuntan a consolidar los buenos resultados de la avellana, donde este país tiene mucho que decir. Al respecto, el gerente general de la firma afincada en Curicó expone que "Chile es el único productor de este fruto confirmado en el hemisferio sur. Ningún otro país de la misma área geográfica pudo equiparar la producción chilena. Con todas las hectáreas plantadas en el país, Chile pasa a ser el tercer productor mundial de avellana europea. Estimamos que en 2020 superaremos las 30 mil hectáreas plantadas".
Cuestión de ventajas
"El avellano requiere de un mínimo de agua para lograr resultados de alta productividad. Asimismo, tiene una gran ventaja respecto a otros cultivos similares como las viñas por ejemplo, pues en situaciones de estrés resiste muy bien los períodos de sequía. Puedes obtener menos fruta, pero no perderás la plantación, cosa que no sucede con otros frutales. En esto, el avellano tiene ventajas comparativas".
Así tal cual lo presenta el ingeniero agrónomo Gabriel Aguilar, responsable del departamento técnico de AGRICHILE, se alzan poderosas las ventajas comparativas de la avellana, lo que sin duda ha sido un macizo argumento para que actualmente cuenten con 360 productores que los abastecen de este fruto. De ellos, 65 pertenecen a la Región del Biobío, donde la mayoría está en Ñuble.
Y si hablamos de números, la cosa es igual de motivante. Al respecto, Aguilar comenta que el número garantizado en el Biobío con un huerto bien manejado es de 3 mil kilos promedio por hectárea. "A un precio también garantizado de dos dólares, hablamos de 6 mil dólares de venta y con un buen proyecto manejando los costos directos, estamos en el rango de los 2 mil dólares. Esos son números que llaman mucho la atención, pues sólo hay que dedicarse a producir porque el proyecto funciona", finaliza el profesional dejando entrever que este fruto tiene gran potencial y que su aterrizaje será masivo en los campos ñublensinos.