Mabel González / Agencias
Durante una conversación telefónica de una hora que sostuvieron ayer, los presidentes Donald Trump y Enrique Peña Nieto acordaron no hablar públicamente sobre el financiamiento del muro que el estadounidense ordenó construir en la frontera con México, con el fin de aliviar las tensiones entre ambos.
La Presidencia mexicana dijo en un comunicado que los mandatarios alcanzaron ese acuerdo durante una charla que describió como "constructiva y productiva".
Por su parte, Trump se refirió a la llamada como "muy amigable" y dijo que de ahora en adelante "vamos a trabajar en una relación justa, una relación nueva".
En una conferencia de prensa que ofreció junto a la primera ministra británica Theresa May, Trump señaló que ambas naciones renegociarán el acuerdo comercial que suscribieron con Canadá y otros aspectos de la relación bilateral que no especificó.
"Espero durante los próximos meses que negociemos y veremos qué pasa", indicó. "Pero EE.UU. no puede permitir seguir perdiendo gran cantidad de empresas y que millones y millones de personas sigan perdiendo sus empleos. Eso no ocurrirá conmigo", agregó.
La conversación telefónica con Peña Nieto ocurrió la misma mañana en que Trump utilizó por segundo día consecutivo su cuenta de Twitter para criticar a México, generando una tensión en la relación bilateral sin precedentes en años recientes.
"se ha aprovechado"
"México se ha aprovechado de EE.UU. demasiado tiempo. Déficit comercial gigante y escasa ayuda en la débil frontera debe cambiar AHORA", tuiteó el Jefe de Estado un día después de que Peña Nieto cancelara la reunión que tenían prevista para el 31 de enero.
Durante su primera semana en la Casa Blanca, Trump ordenó la construcción inmediata de un muro a lo largo de la frontera con México y analiza imponer un arancel de 20% a las importaciones de ese país para financiar su construcción, que según legisladores republicanos podría tener un costo de US$ 15 mil millones.
Peña Nieto suspendió su visita a la capital estadounidense después de que Trump tuiteara el jueves que "si México no está dispuesto a pagar el muro tan necesario, entonces sería mejor cancelar la próxima reunión".
Horas más tarde, Trump subió el tono al advertir que "a menos que México trate a EE.UU. justamente, con respeto, tal reunión sería inútil y quiero tomar otra ruta. No tengo opción".
Al culminar una visita de dos días a la capital estadounidense, el ministro de Relaciones Exteriores mexicano, Luis Videragay, respondió que "México pide respeto y ofrece respeto".
"Queremos construir acuerdos, pero hay temas que no son parte de una estrategia de negociación y son inaceptables", agregó el funcionario refiriéndose a la aspiración de Trump de que México asuma el costo de la construcción del muro.
Durante su campaña electoral Trump calificó de "criminales" y "violadores" a los inmigrantes mexicanos y puso en duda la capacidad de un juez federal debido a sus ancestros mexicanos.
EE.UU. y México comparten una extensa frontera y mantienen una compleja relación bilateral en temas diversos como migración, esfuerzos antinarcóticos y política ambiental.
El comercio transfronterizo bilateral asciende a US$ 1.600 millones diarios.
EE.UU. anuncia una nueva era en la ONU
EE.UU. prepara un giro radical a su política en la ONU, con un plan que pasa por demostrar su fuerza como máxima potencia, por actuar contra quienes no respalden sus posturas y por recortar todo aquello que considere innecesario en la organización. Así lo adelantó ayer la enviada de la Administración de Donald Trump, Nikki Haley, en sus primeras declaraciones en la sede de Naciones Unidas. "Hay un nuevo EE.UU. en la ONU. (...) Van a ver cambios en la forma en la que trabajamos", aseguró Haley.