El Gobierno y la Nueva Mayoría están enfrentando el debate por migración de manera inadecuada y desconectada del Chile real. Hay tres hechos irrefutables: El alza significativa de inmigrantes que han llegado a Chile en los últimos años; en torno a 500 mil extranjeros viven hoy en el país. Que el Gobierno congeló la iniciativa enviada al Congreso por el ex Presidente Piñera, que moderniza una legislación actual, que data de 1976 y está desfasada con la realidad de Chile. Y que a ocho meses de terminar su mandato, la Presidenta Bachelet se niega a enviar un proyecto, comprometido en reiteradas oportunidades pues puede convertirse en un corto plazo en un conflicto social de proporciones. O, bien, está apostando a la adhesión electoral de un sector de inmigrantes que teme el endurecimiento de condiciones en un próximo Gobierno de Chile Vamos.
Esa decisión política, generó una nueva baja, con la renuncia de Rodrigo Sandoval, Jefe del Departamento de Extranjería y Migración, que al salir del cargo dijo: "A mi modo de ver, la migración requiere un ejercicio de protección de los derechos migrantes, pero al mismo tiempo de dar señales adecuadas y coherentes sobre los ejercicios de gestión de la migración. Esa ponderación es la que yo sentía que, de un tiempo a esta parte, no se estaba dando con los énfasis necesarios".
Si ese es el criterio a partir del cual el Gobierno ya no envió durante este mandato un proyecto que moderniza la norma actual, que data de 1976, está al igual que en otros temas, desconectado de la realidad que enfrenta el país. De acuerdo a un sondeo de fines de 2016: 59% cree que los inmigrantes son un aporte al país, 73% cree que deben endurecerse los requisitos para los inmigrantes, 66% está de acuerdo con la expulsión de quienes permanecen sin permiso, 85% cree que un migrante debe ser expulsado cuando comete un delito, 91% está de acuerdo con que los hijos de los inmigrantes reciban atención de salud y educación en Chile.
La propuesta de Sebastián Piñera, congelada en el Congreso, recogió el trabajo con ONG especializadas, gremios, organizaciones internacionales, el INDH, además del análisis de legislaciones comparadas como la canadiense, australiana, británica, entre otras. Contempla los siguientes ejes: Principios y derechos, explicita principios orientadores y los derechos y deberes de los extranjeros. Política Migratoria, define subcategorías de residencia temporal: arraigo, residencia temporal, residencia definitiva. La nacionalidad consagra la igualdad de derechos entre el extranjero y el chileno. Amplio menú de visas. Facilitar la expulsión, cuando concurran las debidas causales. Revalidación de títulos profesionales. Concede al Ministerio de Educación la atribución de definir universidades o carreras determinadas, que podrán optar a un reconocimiento automático, para favorecer la incorporación de profesionales de las mejores instituciones educacionales del mundo, entre otras ideas.
Frank Sauerbaum Ex Diputado por Ñuble, Ingeniero Comercial-MBA.