Alta ruralidad en la Región de Ñuble
Los datos del Censo 2017 plantean a la nueva región un gran desafío para evitar que vivir en zonas rurales sea sinónimo de pobreza.
La última entrega de los antecedentes que arrojó el Censo 2017 no sólo reafirmó que la Región de Ñuble nacerá administrativamente con una población de 480.609 habitantes (la décima en el ránking de regiones con mayor número de habitantes después de Antofagasta), sino que pasará inmediatamente a ser la región del país con el mayor porcentaje (30,6%) de sus habitantes viviendo en la ruralidad, apenas por sobre La Araucanía (29,1%).
Lo anterior plantea lógicamente nuevos desafíos que será necesario abordar para que -tal como ocurre en la novena región- el vivir en zonas alejadas de la urbe no se convierta en sinónimo de pobreza o de menor calidad de vida. Hoy comunas como Ninhue o Trehuaco viven un éxodo debido a la falta de empleo, a las condiciones más difíciles para la vida en el campo y a las complicaciones propias de habitar en áreas donde es más difícil acceder a los servicios básicos y la falta de conectividad es una realidad cotidiana.
La falta de oportunidades laborales, como hoy ocurre en comunas como Cobquecura, han fomentado la partida de la población más joven, transformando a esta urbe en la más vieja de la Región de Ñuble, en términos etáreos. Sin duda un contrasentido para una zona que goza de aptitudes para impulsar fuertemente el turismo gracias a su atrayente zona costera.
Por tal motivo, la mirada de más largo plazo debe ir encaminada de manera urgente en generar la Estrategia Regional de Desarrollo para Ñuble, la hoja de ruta que permitirá planificar las áreas donde centrar la inversión pública para crear desarrollo, atraer la inversión y así generar desarrollo. En esa tarea ya estamos retrasados como región, por cuanto no es posible pretender que el trabajo evaluativo se desarrolle en los meses que restan para la puesta en marcha de esta nueva división administrativa. Pensar en un estudio para lograr una estrategia "light" es poco serio, irresponsable y es engañar a la comunidad, si se compara que el Pladeco de Chillán ha tomado más de un año en su elaboración.
El mayor acceso al agua potable y mejorar la conectividad con caminos pavimentados debiera ser la tarea a mediano plazo para ir generando condiciones de progreso en las comunas más apartadas. No obstante, en el corto plazo el gobierno deberá ser un aliado clave para incentivar el empleo juvenil, apoyar emprendimientos vinculados a la vocación de Ñuble como potencia agroalimentaria y asimismo asegurar la continuidad del programa de Zona de Rezago por medio de una ley que dé garantías de un trabajo que se prolongue en el tiempo, con metas y proyectos definidos, y un presupuesto acorde al nivel del desafío.