Tan sólo en la ciudad de Chillán, de acuerdo a cifras del Ministerio de Desarrollo Social, viven 157 personas en una precaria situación de calle, parte de ellas víctimas del flagelo del alcohol o las drogas. Pero detrás de esta cruda cifra, hay personas con testimonios de vida desgarradores, que han caído en el más profundo abandono emocional tras sufrir la pérdida o el rechazo de un ser querido. No son una portal del Chillán nocturno, que muchas veces evadimos cerrando la cortina de nuestros hogares, sino que de una deuda que mantiene la sociedad por reincorporarlos, no por la fuerza, sino con acciones de solidaridad y sincera preocupación.
Por tal motivo es que el plan de gobierno, iniciado hace una semana por la Seremi de Desarrollo Social y el Servicio de Salud de Ñuble, constituye una gran oportunidad para brindar acompañamiento a quienes hoy no tienen otro techo ni cama que el que les proporciona un cartón sobre la húmeda acera.
Esta iniciativa comenzó precisamente en una de las semanas más frías del año, con temperaturas bajo cero, para prevenir que "los patroncitos" -como con tanto cariño les llamaba el Padre Alberto Hurtado- puedan ser víctimas de la hipotermia o las enfermedades de base. Este año se contempló un presupuesto de $14 millones para desarrollar operativos nocturnos en cuatro comunas de las Región del Bío Bío (Bulnes y Chillán entre ellas) para coordinar una Ruta Médica y Social, que no sólo pueda atender las urgencias de salud que puedan presentar quienes duermen a la intemperie, sino que también puedan orientarles a acceder a alguna de las hospederías que están habilitadas en la ciudad como parte del Plan Noche Digna, para acogerlos con cama y comida.
El trabajo conformado por profesionales médico, paramédico, enfermera y asistente social, se ha encontrado con la sorpresa que sitios eriazos como el que ocupaba hasta antes el Grupo Escolar de Chillán son hoy espacios ocupados por personas en situación de calle. Lamentablemente, en la capital de Ñuble este número ha ido creciendo, lo que debiera movernos como sociedad. Afortunadamente, hay quienes han encontrado en las oportunidades laborales que les ofrece el Mercado y la Feria libre una motivación para cambiar esta dramática realidad. Ello nos habla de que si solidariamente extendemos una mano, podremos no sólo sacar a una persona de la calle, quizás además se habrá salvado una vida.