Saludamos a los chillanes (Chillán Viejo y Chillán) en este nuevo aniversario de su fundación, el 26 de junio de 1580, por el Capitán General y Gobernador Martín Ruiz de Gamboa.
Antes de la división en dos comunas independientes, la ciudad capital de la provincia de Ñuble debió enfrentarse a grandes catástrofes, especialmente terremotos, que obligaron a su reconstrucción o "refundación".
Poco se habla de otros momentos trágicos, como las inundaciones que asolaron el Fuerte San Bartolomé de Chillán, o su destrucción por incendio provocado por los indios originarios, allá por los comienzos del Siglo XVIII, en épocas de la llamada Guerra Patria.
Y tampoco se menciona que en aquella época de gran trasiego de soldados conquistadores hacia el sur, para someter a los indios, nuestra zona era un importante punto de descanso de las tropas, de avituallamiento y de su alimentación. Incluso, hay algunos historiadores que señalan curiosamente como punto central donde se desarrollaba este tipo de comercio, donde actualmente se encuentra el Mercado de Chillán.
Hasta allí llegaban los campesinos chiquillanes, trayendo sus artesanías y los productos frescos y de calidad de sus huertas, regadas por ríos y esteros que recorren la zona. Y también aquí llegaron los curas que trajeron su religión y sus viñedos, consiguiendo elaborar un vino de tanta calidad, que hasta hoy se admira y se desarrolla.
Estos pequeños apuntes históricos nos permiten explicarnos el por qué los chillanejos somos como somos. Nos hemos forjado en la adversidad de una naturaleza caprichosa, con eventos trágicos, en contradicción con sus paisajes de asombro. Y también en la mezcla de soldados hispanos, con leales originarios. La chispa y ambición de la Europa ya desarrollada, buscando riquezas; y el esfuerzo generoso y constante de la gente de aquí, tranquila e ingeniosa.
Hasta llegar al hoy de perspectivas enormes de crecimiento, con la marcha de Región nueva y esperanzas nobles de equidades olvidadas. Idea surgida de la sociedad misma, con amplia mirada superior y transversalidad a toda prueba, que obliga a los actuales a seguir ese ejemplo.
Sabremos enfrentar el desafío. Pero lo haremos entre todos, sin exclusiones, sin zancadillas, con mirada ancha de gente madura, anhelante de participar, de entregar sus iniciativas y de empujar la Región hacia las mejores condiciones de vida posibles, alcanzando la equidad que nos es escasa, y escalando en el progreso que nos merecemos.
Miguel Angel San Martín González Periodista.