Vertiente de Santa Elvira
Señor Director: Hace un tiempo, desconocidos sacaron de su lugar una de las gradas de piedra que constituía la escalinata original para bajar a sacar agua de la vertiente Santa Elvira y puesta a un lado, sobre un tubo que antiguamente conducía agua hacia la planta eléctrica y que es visible en ese lugar.
Lo concreto es que ahora no está. Pensé en el momento (sábado 13 del corriente) que había sido robada, pero la investigación posterior indica que fue arrojada al interior del agua y que por el sedimento y la proliferación de microalgas no se puede apreciar con claridad; sedimentos y microalgas que son efecto de los escombros y basuras que desconocidos arrojan a la afloración de agua.
Como usted sabrá, señor Director, la vertiente de Santa Elvira es un espacio de memoria y patrimonio de la ciudad de Chillán, baste mencionar la utilidad que prestó para el terremoto del 39. Es origen del icónico y pintoresco paisaje de las lavanderas de Santa Elvira y el disfrute de quienes hace un tiempo fuimos niños y nos solazábamos en sus aguas; incluso bebimos de ellas. Además, está pronto la ejecución de un proyecto de recuperación del mencionado espacio por medio de la Municipalidad de Chillán y su Unidad de Patrimonio, más otras instituciones que trabajan por el patrimonio y los vecinos del sector, en cuyo diseño el elemento pétreo es fundamental.
Por todo lo anterior, es una vergüenza que esto ocurra en nuestra ciudad y en un barrio que se precia de patrimonial e histórico.
Héctor Maureira Gatica.
Mejorar las bajas pensiones
Señor Director: Difícilmente la mayoría de las dos últimas generaciones de jubilados verán, en el corto plazo, mejoras substanciales en sus bajísimas pensiones, como tampoco los jóvenes de la actual fuerza laboral tomará conciencia de la importancia de sus imposiciones legales -en lo posible continuas- correspondientes a su sueldo real mensual, como del deber de hacerlas por cuenta propia por los meses en que se haya estado cesante, para evitar "lagunas" incidentes en, perjudiciales a la postre.
Igualmente difícil es que los jóvenes empiecen a destinar, aunque sea un monto mínimo de su sueldo, al ahorro personal, para enfrentar alguna emergencia o para satisfacer "algún gusto" -extra necesidades básicas- sin recurrir al ya habitual "crédito de consumo", como quien dice, en lugar de estar pagando en doce meses este crédito -con intereses y seguros, y multas en caso de mora-, ahorrar y comprar al contado el bien deseado.
Hoy, como medida para mejorar estas pensiones, se habla tanto a nivel gubernamental, como empresarial -AFPs-, de aumentar la tasa impositiva en un 4%. ¿Es realmente la solución para ahora ya? ¡Naca-la-pirisnaca!, ni a futuro. Así, pues, si vamos a hablar con la verdad, aunque duela o incomode, como dice una "Administradora" a través de los medios, "aportando su trabajo", háblese con la verdad. La responsabilidad es del trabajador, del empleador y del Estado, en cuanto al control que ejerce sobre la declaración y "pago" de impuestos de los empleadores pro devolución. ¿Están pagadas las imposiciones laborales? ¡Si!, entonces procédase a la devolución. ¡No!, reténgase hasta que estén pagadas. ¿Y de las AFPs? Las comisiones que cobran por administrar estos fondos, como si éstas fuesen sus únicas ganancias, porque de sus inversiones, más afuera que aquí, no es conveniente hablar con la verdad. ¿Pierden más de lo que ganan? ¿Reparten las ganancias entre sus afiliados?
Jorge Saavedra Moena.
Envejecimiento en Chile
Señor Director:En materia de envejecimiento, hay tres cosas que son básicas si queremos avanzar. Lo primero es romper con los estereotipos negativos de la vejez. En Chile, el 85,6% de las personas mayores son autovalentes, y no viven en situación de discapacidad, enfermedad o fragilidad. Entender esto es esencial para promover oportunidades y espacios de participación.
En segundo lugar, debemos generar las condiciones necesarias para retrasar lo más posible la dependencia física y mental, teniendo como objetivo que las personas mayores se mantengan activas, integradas a sus familias y a sus comunidades. Esto incluye también el acceso a empleos, servicios de salud y transporte, entre otros.
Lo tercero es otorgar un adecuado cuidado a quienes lo necesitan. En Chile, solo el 14,4% de las personas mayores de 60 años presenta algún nivel de dependencia, por lo que se hace necesario contar con dispositivos de atención que permitan darle a cada una el cuidado que requiere.
Lograr eso es tarea de todos. De cada uno de nosotros y de nuestras familias; de las organizaciones de la sociedad civil, dando respuesta a los problemas sociales, y de la empresa privada, que debe generar productos y servicios que contribuyan a mejorar la calidad de vida de este segmento.
Si todos nos comprometemos, el Estado podrá orientarse al rol que le compete, elaborando políticas públicas acordes con las necesidades reales de las personas mayores, y ser facilitador, fiscalizador y subsidiario.
Constanza Daniels, Gerenta general Fundación Oportunidad Mayor.