El 20% de los chillanejos tiene deudas con el retail y la banca
ECONOMÍA. Morosidad promedio es de $1,5 millones. Adultos mayores encabezan la lista, principalmente por el uso de tarjetas para la compra de medicamentos.
Dos de cada 10 habitantes de Chillán están considerados como morosos ante alguna de las cadenas de retail o entidades financieras que funcionan en la región. A ellos le siguen 1,2 habitantes del Bulnes y San Carlos, mientras que en el resto de las comunas entre el 9 y 10% de sus habitantes sobrepasa su capacidad de pago.
Estos datos fueron aportados por Javier Betancourt, personal contable de la Superintendencia de Insolvencia y Emprendimiento de la coordinación de Ñuble y respaldados por el informe de Dicom, y un estudio realizado por la Universidad San Sebastián.
El profesional de los números aclaró que la morosidad "es cuando la persona tiene una deuda impaga por más de 90 días, pero que aún puede pagar", mientras que el sobre endeudamiento es cuando se ha incumplido con un pago y no se pueden cumplir con los acreedores".
Ante esta realidad el Gobierno derogó la extinta Ley de Quiebras, que ofrecía solo soluciones a las personas jurídicas, y el 1 de abril de 2014 se promulga la Ley 20.720, que ofrece las figuras de liquidación o renegociación de las deudas, tanto para las personas naturales como para las jurídicas.
En cuanto a los adultos mayores, destacó que "ellos principalmente se endeudan para adquirir medicamentos. No es que hagan una compra alta, sino que mes a mes van pagando con las tarjetas, de acuerdo al límite que tengan, y cuando se dan cuentan deben desde $100 mil a $500 mil y no tienen condiciones de ingresos para pagar".
Verónica (quien se acogió a la figura del anonimato) relató que "yo he ido a la Superintendencia de Insolvencia, y si bien me han atendido, la realidad es que buscan toda la vuelta para que finalmente uno termine pagado la deuda y los empresarios recuperen su inversión. Realmente la ayuda es para los que tienen más dinero, no para uno, el que debe", aseveró.
Con muchos documentos en mano, contó "yo vivo endeudada, pero cómo hago, uso una tarjeta y otra para comprar comida, pagar gastos y para pagar mi casa. Solo pago y pago".
Cifuentes reconoce que hace uso del sistema económico que conoce, mientras que Betancourt recomienda no hacer uso de la llamada "bicicleta", que consiste en tomar dinero de una tarjeta para pagar otra, tapo un hoyo con otro y al final creo un hoyo más grande que no puedo tapar", explicó.
La ausencia de liquidez se presenta en la mayoría de los grupos etéreos de la región, donde el ingreso promedio mensual por trabajador son $400 mil, de acuerdo al último informe presentado por el Instituto Nacional de Estadísticas.
Ramón Guzmán ya había acudido a la Superintendencia de Endeudamiento y busca la manera legal que le permita dar solución al endeudamiento que presenta. "Ahora ando con el pago de las patentes del taller, porque tengo casa y taller y debo pagar unos $500 mil, que no tengo; me pagan $200 mil de pensión, no sé si lograré dar con alguna vía legal que me ampare", contó.
Una de las soluciones son las radiografías que realiza el equipo de especialistas en deudas de la Superintendencia, que ofrecen a las personas naturales la vía de la liquidación, "donde la persona deudora debe ser mayor de 18 años y que no haya emitido boletas de honorarios en los últimos 24 meses, no ser considerado empresa y estar dispuesto ir a un proceso de remate de sus bienes", detalló Betancourt.
Otro camino, antes de llegar al abismo económico, es renegociar la deuda, "donde tanto el deudor como los acreedores negocian los términos de pago", dijo Betancourt.
Cualquiera de las dos vías van a tener como solución inmediata la paralización de embargos y demandas judiciales, pero los daños colaterales consisten en una limpieza del historial crediticio ante el Dicom, se para la morosidad, se paraliza la deuda y la persona que acepta el proceso comienza con una nueva historia.