Derecho a la igualdad
Señor Director: Difícil ser breve, pero intentaré sistematizar y resumir mi visión respecto de la compleja situación que vive nuestra nación. Sólo se ha ganado el derecho a marchar por las calles de las ciudades y poner en alerta a quienes detentan el poder, hasta hoy incontrastable.
Lo primero, logrado no sin dolorosos y pesados costos, pérdidas de vidas a costa de la brutal represión, muertos y heridos a manos de las fuerzas represivas del Estado. Pero además, el grave costo de que las fuerzas democráticas multitudinarias hayan sido infiltradas por grupúsculos de dudosos existencia, ejercicio presente desde los tiempos de la dictadura, sumados a la nefasta presencia de violentistas, anarquistas que empañan y, por ratos, desvirtúan estas movilizaciones.
Lo segundo, recibir propuestas puntuales que, si bien algunas de éstas apuntan al nervio óptico de la problemática que ha inspirado las demandas, no hay luces de "meterle mano" al "quid" del asunto: el modelo. Pero quienes intentan hoy avalar estas propuestas son los mismos a los cuales la ciudadanía repudia y de quienes más desconfían los ciudadanos movilizados. Ni el gobierno ni los parlamentarios ni los partidos que aparecen "negociando" alternativas para una "Agenda Social", ninguno de ellos son interlocutores válidos para representar a este movimiento que tiene agenda propia y las reivindicaciones están en las calles.
El tema es cómo trasladar estas reivindicaciones a un espacio reconociblemente válido para la ciudadanía y cómo llevarlo a cabo. Una alternativa es una gran Asamblea Nacional Ciudadana, compuesta ésta por tres a cinco representantes de la ciudadanía de cada región, elegidas estas personas, "cabildos Regionales", representantes de organizaciones sociales, colegios profesionales e institucionales probadas, no corruptas ni alteradas por la pérdida de conductas éticas, morales y conductuales.
El derecho a marchar tiene un lado significativo, ha generado cierto grado de dignidad, pero ésta dignidad sólo será concretada con igualdad ante la ley, por ejemplo igualdad de los ciudadanos independientes para ser elegidos en todas y cada una de las elecciones desarrolladas en el país, libremente, sin requisitos ni exigencias especiales, sin diferencias respecto de los militantes de partidos políticos.
Juan Luis Castillo Moraga.
Reglas del INDH
Señor Director: Sería muy importante que se clarificara si los miembros del INDH (Instituto Nacional de Derechos Humanos), en su rol de árbitros observadores de las protestas callejeras para emitir sus denuncias por eventuales excesos y abusos, aplican las mismas reglas para carabineros y manifestantes, porque para muchos todo indicaría que hoy el INDH tendría estrictas reglas y durísimas penas por incumplirlas por el lado de carabineros; y es como debe ser y así lo mandata la ley, pero en el caso de los manifestantes como que estarían liberados de toda regla, algo así como que para ellos "Todo vale" .
Luis Enrique Soler Milla.
Cabildo con Jesús
Señor Director: Jesús y sus discípulos se fueron en barca a un lugar despoblado; pero, la multitud le siguió. Él se compadeció de ellos y se puso a enseñarles muchas cosas. Como eran cuatro mil personas, y ya era tarde, Jesús pensó, si los despido a casa, puede que desfallezcan por el camino, entonces preguntó a sus discípulos ¿cuántos panes tienen?, le respondieron siete y unos pescaditos. Este relato nos habla de la multiplicación de los panes, donde todos comieron quedando satisfechos, recogiéndose las sobras en siete canastas. Al compartir este texto en una jornada religiosa, se nos dijo que entre la multitud habrían algunos de buena situación, quienes al ver que Jesús bendecía los panes y pescaditos para servir a los congregados; estos, al momento, sacaron "bajo su poncho" los alimentos que tenían solo para ellos, compartiéndolo con los demás. En Chile, hay muchas necesidades y demandas no resueltas; entre ellas, que la población tenga libre acceso a riberas y playas. Ojalá que el nuevo Ministro de Bienes Nacionales, Julio Isamit, encuentre solución.
Derico Cofré Catril.
Decirlo fuerte o decirlo bien
Señor Director: En la plaza de un pueblo ficticio existía un solo faro de luz y durante cada noche se podía ver a dos sujetos. El primero de ellos gritaba fuerte una y otra vez sus ideas. Y a su lado, el segundo sujeto caminaba de lado a lado leyendo silente un libro de historia, aprovechando el umbral de luz del faro. Sucedió que un día ambos se vieron enfrentados ante su comunidad, a simple vista quien gritaba se hizo notar más que el silente, pero ese día no triunfaba el que se hacía notar, sino triunfaba el que lograba acuerdos para mejorar el pueblo. Está claro que el silente logró más acuerdo, pues con su sabiduría y capacidad conciliadora logró escuchar y representar de la mejor forma las necesidades de la comunidad. "Muchos te dirán 'Dilo fuerte', pero lo importante es 'decirlo bien'.
Matías Osses Muñoz.