De Ñuble al mundo: arándanos y castañas en su viaje para llegar a mesas extranjeras
EXPORTACIONES. Estos productos agrícolas representan un porcentaje importante en la economía internacional de la región. El proceso se ha ido modernizando con el tiempo.
Después de casi un mes de viaje, los arándanos cosechados en el fundo Los Abedules, de Coihueco, arribaron a Holanda donde fueron recibidos por el packing propiedad de la misma empresa. Una vez ahí, este superalimento, fue envasado en distintas presentaciones para ser llevado a los consumidores finales en Europa, donde, el fruto es muy bien recibidos gracias a atributos como sabor, firmeza y una sanidad reconocida, lo que se valora en los mercados de destino.
Pero para llegar a los Países Bajos y al resto del mundo, los arándanos cosechados en Coihueco, al igual que las castañas producidas en El Carmen, así como el resto de las exportaciones frutícolas chilenas, deben realizar un periplo que nace en el huerto hasta su destino final en las mesas de los consumidores del mundo, lo que requiere un riguroso control de calidad y logística para permitir su arribo en condiciones óptimas.
Los números
Entre enero y diciembre del 2019, los arándanos ocuparon el cuarto lugar de las exportaciones de fruta nacional, con 112 mil toneladas por USD 564 millones FOB en exportaciones entre enero y diciembre 2019, las que se enviaron principalmente a EE.UU. (50% en valor), Holanda (14% en valor) y China (13% en valor), siendo sólo superados por cerezas, uvas y manzanas. Aunque es la cuarta en importancia respecto de las exportaciones nacionales, en la provincia de Ñuble es la especie más cultivada a nivel regional, según lo detalla el catastro frutícola realizado por Ciren en 2019, con 4023 hectáreas (22% de la superficie nacional).
Con el castaño, en tanto, de 1263 hectáreas reportadas por Ciren en el catastro Frutícola de 2019, 769 se encuentran en Ñuble, un 61% de la superficie nacional.
Ingrid Quezada, directora regional de Prochile, indicó que las exportaciones de Ñuble, según las cifras del año 2019, corresponden en un 85% al sector forestal y el 15% al sector agrícola. Los principales productos exportados de este último sector corresponden a harinas y almidones, frutos secos, arándanos, cerezas y manzanas frescas y rosa mosqueta, entre otros. Además de un primer proyecto financiado por el Gobierno Regional, enfocado a la internacionalización del vino, este año se levantó un segundo proyecto con empresarios y gremios, que beneficiará especialmente al agro, ya que "involucra desde capacitaciones, ferias, misiones internacionales para todo el rubro agro y forestal, que no estaba considerado en el primer proyecto", indicó la directiva, resaltando que hoy existe un alto potencial de crecimiento para las castañas por la gran cantidad de plantación que existe actualmente en la región y la demanda, principalmente del mercado europeo.
Arándanos
"Estamos entre el segundo o el tercer mayor productor de arándanos a nivel de país, con 520 hectáreas productivas", indicó Álvaro Prieto, gerente de operaciones de Carsol, con lo cual la empresa alcanza una producción que ronda 3 millones de toneladas, que sumado a las exportaciones de terceros, genera un volumen de 5 millones de toneladas para exportación en fresco. Hoy todo se exporta por vía marítima con destino a Asia, Estados Unidos y Europa, los principales destinos, ya que la masificación del cultivo y sus mayores volúmenes de producción contrajeron las ganancias del rubro. Eso inició también una adecuación de las variedades, que requerían cualidades viajeras para resistir viajes más largos. Esta adecuación también hizo variar el negocio, estableciendo las diferencias entre el fresco y congelado.
Cosecha y logística
La cosecha, que se inicia a mediados de noviembre, se planifica respecto a la cantidad de fruta en el huerto. "Al estimar los volúmenes que se van a cosechar, se define la cantidad de gente que va a requerir tomar la fruta en el campo y eso determina los volúmenes que van a llegar al packing, tanto propia más la de terceros", indica Prieto. Esto, para copar la capacidad del packing y tener eficiencia en los costos. Al mismo tiempo, la logística requiere que la cosecha se haga en el menor tiempo posible, desde que los cosecheros entran al campo hasta que la fruta llega al packing, para evitar la exposición al calor y la contaminación por tierra, que afectaría la calidad de la fruta en la poscosecha.
"Este año adquirimos una nueva máquina óptica, con la capacidad de calificar la fruta y entregarla por diferentes salidas de calidad, al medir calibre, peso, maduración y daño que pueda tener la fruta", explica Prieto.
Los controles de calidad entregan la información de la fruta; sus condiciones determinan su mercado de destino. Con el destino en vista, la fruta sale de la cámara, se lleva a la línea de proceso correspondiente y terminado, va a las cámaras de despacho donde quedan esperando el camión frigorífico para armar el conteiner.
Castaños
Desde mediados de los 90, y de la mano del investigador de INIA, Pablo Grau, se introdujeron en la zona variedades de castaño tipo marrón, muy apetecidas por la industria debido a la ausencia de tabique interior al ser monoembriónicos y la facilidad con que la piel interna se desprende de la pulpa, lo que facilita el proceso de pelado industrial. Por otro lado, el tener huertos establecidos, permite una trazabilidad que facilita la gestión comercial, a diferencia de las castañas silvestres, lo que sumado a la merma de la producción europea en los últimos años, ha permitido un aumento sostenido de la producción nacional con vistas a la exportación. Esta es la ventaja comparativa que aprovecharon ocho socios de la exportadora Chilean Marroni Farms, que en conjunto tienen aproximadamente 450 hectáreas plantadas.
Estos huertos, de alta densidad, se cultivan en su mayoría en la comuna de El Carmen, en suelos previamente trabajados, ya que el castaño es muy susceptible a los suelos anegados, lo que requiere un buen drenado, con subsolado previo y otros manejos. De los huertos, los más antiguos rondan los 10 años y los más recientes, 2.
La temporada de castañas va desde la primera semana de abril hasta fines de mayo, con recolección manual, en huertos hasta el tercer año; posterior a eso, los huertos entran a plena producción y el volumen de fruta aumenta, por lo que la recolección se realiza con una máquina adaptada del cultivo del avellano, que recolecta la fruta mediante barredoras. "Una ventaja de la producción de castañas es el bajo requerimiento de mano de obra. Previo a la cosecha, se realiza una limpieza del suelo con el objetivo de eliminar restos del año anterior que puedan mezclarse y contaminar la cosecha actual. Al caer el fruto, este no debe tardar más de 2 o 3 días en recogerse, ya que contrario a la creencia general la castaña no es fruto seco. Tiene un alto contenido de agua (50-60%) que lo hace muy susceptible a la deshidratación, por lo que debe entrar a una cadena de frío en el más breve plazo", explica Sebastián Keim, jefe de operaciones comerciales de la exportadora.
En la temporada 2019, Chilean Marroni Farms exportó alrededor de 300 toneladas de castañas marrón, las que se enviaron mayoritariamente a Europa en barco. Para controlar la carga, al interior de los contenedores sellados también viajan termógrafos que miden las variaciones de temperatura y humedad, los que se revisan tras una travesía que dura entre 25 y 28 días.