Frases
"Debemos trabajar para aliviar la carga financiera de miles de familias de todo el país"
Gustavo Sanhueza ,
Diputado
"El aplazamiento de este cronograma de elecciones, era algo que se veía como inevitable"
Víctor Pérez Varela,
Senador
"Debemos trabajar para aliviar la carga financiera de miles de familias de todo el país"
Gustavo Sanhueza ,
Diputado
"El aplazamiento de este cronograma de elecciones, era algo que se veía como inevitable"
Víctor Pérez Varela,
Senador
Hace unos días observábamos la realidad de países como España e Italia y nos preguntábamos, ¿cuánto tiempo tardará en llegar esa tempestad a Chile? ¿Cómo vamos a hacer y cómo nos vamos a adaptar cuando nos llegue el confinamiento? Pues bien, ese día llegó. Acaba de ser declarada Catástrofe Nacional, lo que indica, entre otras cosas, que disminuyen casi al mínimo las posibilidades de desplazamiento.
En este escenario, el teletrabajo se convierte en la mejor opción. Tenemos la tecnología y herramientas sin costos extras que nos facilitan estar conectados, tener reuniones virtuales y otras ventajas que nos permiten mantener un desempeño casi idéntico al presencial. El desafío es grande y nos pone a prueba respecto de la buena utilización que le demos al tiempo de trabajo en conciencia. Pero estoy segura de que, si logramos organizarnos, abrirá una enorme ventana de oportunidades, que hará más eficiente y productivo el trabajo.
Es de esperar que las autoridades lo regulen prontamente. Porque una cosa es tomar medidas de flexibilidad, como lo estamos haciendo ahora, y otra muy diferente es el teletrabajo puro y duro, cuya definición aun no está recogida en nuestro Código del Trabajo.
Antes del estallido social, sólo un 1% de las personas trabajaba en un lugar distinto de la empresa. Después del 18 de octubre, debido a los problemas de transporte y la inseguridad para salir de las casas, un 48% de las empresas comenzó a impulsar el teletrabajo, según un estudio de la consultora Randstad.
Ahora bien, trabajar fuera de la empresa no siempre es viable. No todos los oficios, ni todos los puestos requieren del uso de telefonía, computador o internet. Por ejemplo, la presencia del empleado es necesaria cuando las labores se orientan a servicios como la limpieza, la hotelería, la reparación de automóviles, la construcción y el transporte, entre otros. Hoy, de hecho, a pesar de que tres de cada cuatro empresas ponen a disposición de sus empleados dispositivos con una conexión móvil, sólo un 4% de las personas tiene la opción de trabajar habitualmente desde fuera de su centro de trabajo (Euromonitor).
Carla Fuenzalida Flühmann Directora Ejecutiva Lukkap Chile
¿Hasta cuándo habrá que soportar las "fake news" o noticias falsas que, con tanto entusiasmo, difunden las redes sociales y, con el mismo entusiasmo, son acogidas por un mundo cada vez más propenso a creer en ellas?
La pregunta cobró actualidad en estos días de crisis, cuando, con motivo del coronavirus circularon imágenes de los canales de Venecia, las cuales destacaron supuesta aparición de cisnes y delfines en sus aguas y atribuyeron el fenómeno a la disminución de la presencia de gondoleros y turistas. Simultáneamente, se mostró a jabalíes alimentándose en jardines urbanos y a venados merodeando en las inmediaciones de una catedral francesa. Asimismo, a elefantes ebrios después de consumir licor de arroz en la provincia china de Yunnan.
Como siempre ocurre, fueron acogidas con millones de "likes" por gente propensa a creer en tonterías y aceptarlas como realidad. ¡Vivimos tiempos de falsedades!
No había cisnes ni delfines en Venecia, jabalíes en jardines ni venados en el ingreso a una iglesia. Tampoco elefantes borrachos. Todas eran imágenes trucadas, provenientes de puntos situados a centenares de kilómetros de distancia, lo que se descubrió rápidamente.
La Tierra está soportando hoy lo que, metafóricamente, algunos han descrito como la versión moderna de las siete plagas de Egipto. Para enfrentarlas, el mejor camino es aceptar la verdad y no aceptar como tal lo que cualquier ocioso esté dispuesto a difundir.
Como el momento actual es duro, los psicólogos sociales han advertido que la gente está particularmente interesada en recibir noticias que la inquieten o generen emociones positivas. Sin embargo, eso no significa crear mentiras y esperar que todos los acepten. Cuando sean descubiertas, resultarán particularmente amargas.
Una crisis no se enfrenta con aturdimiento, miedos, falsedades o mitos. En los últimos días se ha "informado" de todo por las redes sociales: la vitamina C actúa contra el coronavirus, beber mucho vino, también. Por ahí alguno señaló que había que consumir chocolate "para reforzar las defensas". Estoy seguro de que fueron los dueños de farmacias, botillerías o confiterías. Otros difundieron que las mascarillas eran la fórmula mágica: ¡Duran apenas cuatro horas! Después, la humedad y el uso las tornan inútiles.
Algunas fake news recomendaron, para no gastar en mascarillas, emplear pañuelos o bufandas gruesas. ¡Falso, pájaro tal cual!, como decía el profesor Rossa. El algodón, seda o lana de que están confeccionados no filtra virus alguno.
Las noticias falsas, por momentos, han desplazado las que difunden los medios de comunicación tradicionales. Lo que es peor: algunos diarios y canales de televisión se han hecho de ellas y han multiplicado su difusión. ¡Cuidado! ¡También son un virus!
Raúl Rojas
Periodista y académico
La valentía de muchos profesionales, técnicos y personas comunes y corrientes en estos días es imprescindible e impresionante; una enorme muestra de las mejores virtudes de los seres humanos.
Médicos y enfermeros, mujeres y hombres que arriesgan su vida minuto a minuto en una verdadera primera línea de batalla contra el COVID-19, para salvar las vidas de personas que ni siquiera conocen.
Uno de los sentidos más profundos de este desafío es la colaboración como eje estructural para el éxito de este desafío mayúsculo.
Pero son muchos otros también.
Allí están aquellos que atienden sus comercios, farmacias, los que producen el agua, la energía, los carabineros y tantos servicios fundamentales para el normal ejercicio de la sociedad. Ellos también tienen familias, temores, pero siguen adelante por ese compromiso con el otro.
Tal como hemos visto, ningún servicio relevante ha dejado de funcionar -salvo aquellos que la autoridad detuvo, como la educación y comercios no imprescindibles- y aquello es posible porque muchas coordinaciones de personas lo hacen posible.
La colaboración tanto como el respeto y amor por los pares no es una declaración poética, sino una convicción que debe conmovernos como personas. Cuando actuamos de esa manera, todo va mejor.
El auto cuidado significa empatía, dejar de lado el egoísmo que caracteriza a esta sociedad.
Así, por ejemplo, para la gran mayoría, las exigencias son mínimas: apenas quedarse en casa para reducir la posibilidad de más contagiados, en especial de adultos mayores. Es fundamental educar a los menores, pero con sentido, mostrando genuino respeto por la sociedad que nos rodea. Estas y tantas acciones pequeñas y grandes incidirán en el resultado que tengamos.
Si dejamos las pugnas pequeñas y nos concentramos en lo verdaderamente importante, las posibilidades de salir adelante con todo ello serán mayores.