Tataiana Aular Aguirre
Paulo Narváez hoy anda libre de batas, antiparras, escudos faciales, mascarillas, guantes y también de estar en resguardo en la habitación de un hotel. Este médico chillanejo, especialista en medicina interna y quien hace un par de semanas estaba en Santiago en plena etapa de formación como residente de la especialidad de cardiología, pertenece al grupo de médicos que fueron convocados por el Servicio Salud de Ñuble para reforzar los equipos médicos de atención ante la pandemia del covid-19 en la región. Él está en el área de hospitalización de los pacientes en el Hospital Herminda Martín.
Narváez, con 12 años de experiencia en el área de la salud, aseguró que es estos tiempos de emergencia sanitaria lo que le preocupa, si es que en algún momento se convierte en portador asintomático, es "enfermar a la gente que sí es de riesgo. La mayoría de nosotros pensamos en nuestro padres, abuelos, en algunos que tienen sus chicos, para ellos ha sido más complejo". Para él este es un sentimiento que es compartido por la mayoría de los compañeros con los que convive en las áreas de trabajo, donde solo se asiste a pacientes positivos a la covid-19.
Su familia y su pareja están en Ñuble, pero "sólo me he comunicado con ellos por teléfono y los he ido a ver por la ventana". Recordó que durante una de las visitas logró entrar a la casa "pero desde lejos, sin contacto físico, siendo sureños todos, muy dados a los abrazos y al contacto, tenemos que evitarlos por la contingencia".
Para el chillanejo, que por cuidar a su familia aceptó el programa de residencia en un hotel que ofrece el Servicio Salud Ñuble para aquellos médicos residentes de otras especialidades que fueron convocados para trabajar en su tierra, los temores que pueden tener cada día que les toca estar al frente de un paciente con covid positivo, son sensaciones lejanas.
"Nosotros, la verdad, los que estamos trabajando allí, no tenemos miedo por nosotros mismos, porque entendemos que no somos personal de riesgo, tomamos todas las medidas de resguardo que están validadas, en ese sentido el Hospital ha cumplido con entregarnos los implementos de seguridad".
Resaltó que al menos los servicios donde a él le ha tocado laborar, "actualmente están cumpliendo todas las normas de seguridad validadas. Entendemos el riesgo, porque estamos expuesto, pero si nos enfermamos, somos una población de bajo riesgo, porque todos los que estamos trabajando allí somos jóvenes menores de 40 años. Entonces si nos enfermamos no va ser mucho".
Casos graves
En medio de todos los escenarios, el médico que realiza guardias a llamados en área de medicina para atender a los pacientes con coronavirus positivo, compartió que "me tocó ver a uno de los primeros pacientes fallecidos, el que tenía colangitis. La mayoría de los fallecidos han tenido enfermedades basales".
Entre todos los casos que ha atendido en sala recordó "el de una señora que falleció, después de varios días de estar hospitalizada. Su familia llegó muy angustiada, pero ella logró hablar con esta a través de un teléfono. Porque siempre en sala y en UCI, en todo tiempo, se trata de mantener una relación muy estrecha con la familia de los pacientes".
La experiencia de comunicar un cuadro clínico de un paciente por teléfono, ha sido una de las situaciones que más han marcado su carrera, hasta ahora.
"Entregar la información por teléfono, se vuelve muy impersonal y en ese caso en particular, fue toda la familia a conversar con nosotros, porque estaban muy angustiados y es increíble cómo el manejo de la información con las personas, baja mucho más la angustia. Cuando estuvieron allí les pudimos explicar cara a cara que su mamá estaba muy grave y que no se beneficiaba del manejo en UCI, y que lamentablemente si fallecía, iban a tener que hacer un funeral completamente distinto a lo que estamos acostumbrados", recordó.
Describió que el hospital, ha tenido que crear como dos hospitales, dentro del mismo espacio, "se ha limitado la interacción entre los funcionarios, porque hay que evitar aglomeraciones de gente, además que el Hospital de Chillán tiende a ser como una gran familia, con mucho contacto, pero eso no es así ahora".
La pandemia tomó al planeta entero desprevenido, y aunque otros países puedan llevar ventajas, hay condiciones muy territoriales, por lo que lo que los equipos médicos de Chillán han tenido que ir resolviendo sobre la marcha. "Hemos tenido que ir creado protocolos adaptados a la realidad local, hemos tratado de crear equipos para diseñar protocolos lo más estrictos posibles, apegados a la vivencia de buena calidad", indicó.
Todo el personal dispuesto a atender
La Seremi de Salud en Ñuble, Marta Bravo, destacó, una vez más, que "en épocas de pandemia, todo el personal de salud está orientado básicamente a la contingencia, en este sentido en la red asistencial, dependiente del Servicio de Salud Ñuble, son 4.500 funcionarios, incluido el personal del Samu, y a la vez, esto implica también a la red primaria de salud, que tiene aproximadamente la misma cantidad de funcionarios". Reitero la autoridad sanitaria que "todos los funcionarios de la salud, están disponible".