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ENTREVISTA. Bettina Horst, directora de Políticas Públicas de Libertad y Desarrollo:

"La recuperación de la economía no va a llegar si se vuelve a instalar la violencia"

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Rosa Zamora Cabrera

Es necesario abocarse desde ya a elaborar un plan económico post pandemia porque "no podemos llegar a un punto en el cual recién cuando se pueda abrir la economía nos pongamos de acuerdo en las medidas para impulsar la reactivación", plantea enfática la directora de Políticas Públicas de Libertad y Desarrollo, Bettina Horst von Thadden.

Eso, dice la economista y también consejera del sistema de Alta Dirección Pública, "sería perder tiempo y significaría que se atrase cada vez más la recuperación económica que tanto se necesita", ya que cada mes que se retrase ese proceso "es un mes más de tasas altas de desempleo y de hogares sin ingresos para vivir".

-¿Qué opinión le merece el manejo económico de la crisis sanitaria por el Gobierno, que la oposición considera insuficiente?

- En lo sanitario, si bien esta semana (la pasada) hemos visto un aumento de personas diagnosticadas y contagiadas y que se traduce en un mayor número de hospitalizaciones, hasta el momento el Gobierno ha demostrado credibilidad, convencimiento y que tiene una hoja de ruta a partir de la cual ha abordado esta pandemia. Desde marzo se anticipaba que mayo iba a ser complicado. Tengo una evaluación positiva de lo que ha sido el manejo de la crisis sanitaria por parte del Gobierno. Ha podido posponer y aplanar en alguna medida la curva de contagio en cuanto ha sido capaz de aumentar su capacidad de respuesta frente a la mayor demanda por hospitalizaciones, mayor demanda por exámenes y atenciones médicas.

- ¿Y en el frente económico?

- También considero que ha tenido un buen manejo, que se enmarca dentro de las medidas que han tomado otros gobiernos y en los planteamientos del Banco Interamericano de Desarrollo sobre los ejes de apoyo hacia la economía. Hay que recordar los tres pilares en que se basa este respaldo. Uno es evitar la pérdida de empleos, un tema tremendamente importante al que quizás no se le ha dado la suficiente relevancia y que se centra en evitar que se rompa la relación laboral, suspendiéndola en algunos casos, de manera tal que se mantenga en el tiempo y no se pierda a partir de este shock. Por otro lado, el Gobierno está enfocado en la ayuda a los sectores de ingresos formales pero más vulnerables, y también reconoce que a través de este instrumento no se llega a los hogares cuyos ingresos provienen de trabajos del sector informal de la economía, por lo cual ya entregó una ayuda en abril en el marco del bono Covid-19 y ahora se aprobó la entrega de un Ingreso Familiar de Emergencia para los meses de mayo junio y julio. Ha sido distinto de lo que hemos visto en otros países, como Perú por ejemplo, donde se entregó ayuda un solo mes y no hay señales respecto de aportes futuros.

- El tercer pilar equivale a permitir que las empresas puedan seguir en la cadena de pago.

- Es lo que otorgan los programas de entrega de liquidez, como el Fondo de Garantía para Empresas de menor tamaño, hasta ventas anuales de UF un millón. Si bien hablábamos de proteger el empleo y poder pagar una parte del salario, la verdad es que hay muchos otros compromisos que forman parte de la cadena de pago y que también hay que mantener de alguna forma, como son los gastos en arriendo o pago a proveedores. Entonces, hoy día, como están estructurados los programas del Gobierno, más allá de algunos detalles que quizás nos gustan más o menos, en general los tres pilares en los que se apoya este respaldo me parece que apuntan en la dirección correcta.

-¿Cree que corresponde que las empresas que se acogen a la Ley de Protección al Empleo distribuyan utilidades al mismo tiempo?

- Es un tema que ha estado muy en el debate y al final del día una política pública que busca proteger el empleo -y evitar la ruptura de la relación laboral- pudiera terminar por no tener ese efecto porque a las empresas las obligan a no repartir dividendos. Yo creo que en parte esto fue mal comunicado porque la distribución de dividendos obedece a la necesidad de sus accionistas a responder también a sus obligaciones. La entrega de los dividendos permite igualmente el pago de créditos que se tomaron en su momento para activar el capital de una empresa, para invertir en nuevos puestos de trabajo ya sea en proyectos en Chile o en otros países.

- ¿Usted cree, como dice el ministro Briones, que la incompatibilidad entre acogerse a la Ley de Protección al Empleo y la distribución de utilidades es un incentivo al despido?

- Más que un incentivo al despido, lleva a que esas empresas lo piensen dos, tres o cuatro veces en cuanto a si se quieren acoger a una determinada ley, porque el hecho de hacerlo al parecer los pone en situación de ser juzgados en función de decisiones que en su momento no tenían nada que ver con la ley de protección del empleo. Entonces, las decisiones empresariales van a tener que ser debatidas en la arena política en el Congreso, por si se acogieron o no a un beneficio que buscaba mantener la relación laboral. El objetivo de la ley es proteger empleos, evitar los despidos masivos, no significa apoyar el patrimonio de los dueños de las empresas. De manera que habrá empresas que no van a utilizar este tipo de instrumentos, y ahí los que pierden son los trabajadores, no son los dueños de la empresa.

- Si bien el Gobierno no aumentó el ingreso familiar de emergencia, sí lo extendió a más personas, suplementando el monto inicial con US$30 millones, aunque el ministro de Hacienda reitera que "no podemos quemar todos los cartuchos ahora".

- Yo creo que acá también ha habido un error desde la oposición de plantearlo en términos de que el Gobierno es egoísta o el Gobierno es mezquino al no querer entregar mayores recursos. Cuando uno ve el drama de las familias, todos los recursos son insuficientes y uno se puede cuestionar si los $260.000 es el monto adecuado o no, ya que siempre uno quisiera entregar más. A mí sí me parece razonable su propuesta, por cuanto se entrega un beneficio por tres meses con una rebaja paulatina, pero también sin duda monitoreando cómo evoluciona esta pandemia. No podemos partir ahora entregando beneficios que el día de mañana pudieran ser demasiado poco o que quizás no fueron necesarios tan adelantados en el tiempo. Pienso que la primera propuesta era acertada en momentos que la palabra incertidumbre aflora en todas las discusiones. No podemos quedarnos sin recursos para eventualidades futuras. Recordemos que de haberle hecho caso a muchos que planteaban después de octubre que había que gastárselo todo, hoy día no tendríamos los recursos necesarios para poder apoyar a los hogares más vulnerables en estos meses de pandemia. Estaríamos en un problema mucho mayor.

-Según la encuesta de LyD el 38% de las pymes estima que tendrá que cerrar en los próximos meses, a pesar de los programas de ayuda. ¿Qué más se puede hacer?

- Difícil pregunta qué más se puede hacer. Esa encuesta la tomamos hace una o dos semanas atrás y es de las pocas de ese momento, en que, al igual que hoy día, hay mucha incertidumbre. Lamentablemente este control de la pandemia nos sorprendió ya en un momento muy debilitados, sobre todo para las pymes que han visto azotado su negocio, sus fuentes de ingreso, por la violencia que se instaló en gran parte del país desde octubre a la fecha. Desafortunadamente, uno no puede evitar la quiebra de algunas empresas, sí como Estado y desde las políticas públicas lo que se debe hacer es velar por aquellas que una vez pasada la pandemia puedan volver a funcionar, sean viables a mediano plazo, y no que tengan que quebrar todas y después de ello tener que empezar de cero.

- Las proyecciones que hacen en materia de desempleo tampoco son muy alentadoras.

- Algunas entidades proyectan entre el 10% y el 14% de desempleo, lo que se traduce en un millón 100 mil a un millón y medio de personas, y claramente es un desafío importante. Por eso también la importancia de que el Estado cuente con los recursos para el día de mañana poder incentivar, crear y promover programas de ayuda a la creación de empleo, porque todos sabemos que una vez pasada esta pandemia, la única fuente de prosperidad y de progreso de las personas es el trabajo. Entonces, también como país nos tendremos que enfocar en cómo vamos creando más empleos formales. Lamentablemente, después de octubre y la violencia la informalidad del trabajo creció, hubo un menor incremento de los empleos formales y aumentó más la informalidad en el trabajo.

- ¿Y qué pasa con las pymes respecto del orden público que les permita operar tras la pandemia?

- La pregunta es ¿va a volver o no la violencia una vez controlada la pandemia, una vez que puedan ser levantadas o flexibilizadas algunas de las restricciones que hoy día tenemos? Tenemos toque de queda y la Región Metropolitana en cuarentena total, y así y todo uno observa cierto nivel de violencia latente que está en el ambiente. Yo considero que, si una vez levantadas algunas restricciones, una vez que se den las condiciones sanitarias para reabrir la economía y dar más libertades a las personas, se produce nuevamente la violencia que teníamos en los meses anteriores, la recuperación económica no va a llegar. O al menos no va a llegar en los tiempos que se requiere desde el punto de vista de la crisis social que vamos a empezar a vivir. Toda crisis económica conlleva un aumento de hogares que viven en condiciones de pobreza, por lo cual si volvemos a la violencia esto sólo va a perpetuar un porcentaje más alto de la población en esa situación.

- ¿Qué le parece el llamado del ministro Briones a lograr un pacto para impulsar la reactivación cuando se supere la crisis sanitaria, pensando en un set de medidas "que va a haber que consensuar", con acuerdos políticos y económicos?

- Es algo que hay que hacer. Lamentablemente la historia de la oposición en este país en los últimos dos años no permite pensar que están a la altura de los desafíos que se vienen a futuro. No podemos llegar a un punto en el cual recién cuando se pueda abrir la economía nos pongamos de acuerdo en lo económico y en lo político sobre las medidas para impulsar la reactivación. Eso sería perder tiempo y significaría que se atrase cada vez más la recuperación económica que tanto se necesita desde el punto de vista de generar nuevamente empleo e ingresos para los hogares. Y cada día, cada semana, cada mes que se atrase la reactivación económica es un mes más de tasas altas de desempleo y de hogares sin ingresos para vivir. Hay que anticiparse.