El compromiso y la vocación se demuestran con acciones que se convierten en hechos tangibles cada día que salen a terreno uno de los 105 trabajadores que conforman el programa de atención domiciliaria Cuida, que activó el Servicio de Salud Ñuble en la región como una vía de asistencia directa a los pacientes que requieren la presencia de un equipo médico asistencial en su hogar, sin necesidad de exponerse y ni exponer a los pacientes con coronavirus.
Andrea Torres es la profesional de la medicina egresada de la Universidad de San Sebastián que está al frente de este batallón de personal de la salud y quien asumió como médico la coordinación asistencial del Programa Cuida del Servicio de Salud Ñuble. Con horizontes plenamente claros, sabe que el camino que transita es por voluntad propia, que escogió como profesión trabajar para salvar vidas y que el trabajo diario no es un desafío, sino una responsabilidad.
- ¿Qué se siente ir, de manera metafórica, a la guerra todos los días?
- El riesgo mayor es el epidemiológico, ante que cualquier otro, pero como integrantes del programa Cuida teníamos claro a lo que nos íbamos a enfrentar. Lo esencial de nuestro equipo es el compromiso y el coraje más que nada para salir a atender a los pacientes. Nos capacitamos mucho, porque nosotros en el fondo también podríamos ser un posible riesgo, pero aplicamos al máximo los protocolos de protección para evitar contagiarnos y así proteger a nuestros pacientes.
- ¿Por qué asumir este compromiso?
- Es un bonito desafío que requiere harto trabajo, pero que podemos transcender tanto en la salud chilena, sobre todo en esta pandemia, que vale la pena salir a diario.
- ¿Quiénes van a la calle en Cuida?
- Está conformado por 4 funcionarios, un médico, un enfermero, un kinesiólogo y un técnico en enfermería.
- ¿Ustedes asisten a pacientes con o sin covid?
- A todos, con o sin covid, nuestra primera salida fue el 8 de mayo, después del lanzamiento oficial del programa tenemos mayor demanda y de hecho ya hemos realizado, hasta el miércoles pasado, un total de 764 visitas domiciliarias.
- ¿En promedio, cuántos domicilios visitan por día?
- En promedio entre 5 y 6, durante la jornada laboral que inicia con protocolos muy estandarizados, que parten a las 8:00, y de allí se despliegan a las distintas comunas de la región.
- ¿Hasta dónde llega el trabajo?
- No sólo hacemos las visitas domiciliarias, sino que también, vamos a hacer seguimiento a las residencias sanitarias, estamos ayudando a la Seremi de Salud con las tomas de los hisopeados para las pruebas de PCR. Vamos a las 21 comunas, estamos por toda la región.
- Actualmente ¿cuántas personas integran el programa?
- Ahora son 105 trabajadores asistenciales.
- ¿Hay algún momento de esta pandemia que siempre vaya a recordar?
- La enfermedad del covid genera mucha angustia en los pacientes. Tal vez, algunos, no requieran tantos requerimientos médicos como tal, pero si están como acongojados, tristes, igual el equipo ayuda mucho en eso. Porque todo el momento genera mucha incertidumbre, mucho miedo a lo que pueda pasar. Para mí eso es lo que más impacta.
- ¿Se ha cuestionado en este tiempo ser médico?
- A mí eso de héroes sin capas, la verdad que no,estamos haciendo nuestro trabajo y para eso estudiamos, esa es la finalidad, y por algo elegimos la carrera, entonces en estos tiempos es cuando se ve la real vocación.
- ¿Es igual la realidad de los pacientes en la ciudad en las zonas rurales?
- En los lugares más rurales es otra la realidad. A algunos grupos les ha tocado ver abuelitos que no tienen qué comer, entonces dentro del grupo, nosotros generamos algún tipo de ayuda, para poder llegar con eso también.
- ¿Qué le pide a la gente, además de cumplir con las medidas sanitarias?
- A la gente adulto mayor le pido que se quedé en su casa y a los más jóvenes que salgan sólo cuando sea necesario y con todas las medidas. Para mí que la gente tiene que ser empática con en esta pandemia y se dé cuenta que hay gente que está muriendo por covid, que es una enfermedad que es muy impredecible, y nos tocó, por mala suerte, en invierno.