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Demagogia para hoy, votos para mañana.
Uno de los errores más graves a la hora de hacer política pública es no anticiparse a las repercusiones que esta puede generar tanto el largo plazo como en diferentes esferas de la sociedad. Y hoy, en el marco de la discusión por los retiros anticipados de las pensiones, vemos como esto se vuelve a replicar.
Tiempos desesperados requieren medidas inteligentes. Ahora más que nunca necesitamos prudencia y altura de miras para ofrecer soluciones efectivas a la clase media. Proactivas y sostenibles en el tiempo. Pero eso no vende.
En lugar de colaborar para perfeccionar la propuesta del Ejecutivo, sectores de oficialismo y oposición en el Congreso deciden que lo mejor es jugar con las pasiones y la crispación emocional de la población para hacer promesas que al final del día no buscan otra cosa sino echar abajo el sistema, sin importar a cuantos arrastren con él. Demagogia para hoy, votos para mañana.
Bárbara Haas, Fundación para el Progreso.
Resiliencia de la industria gastronómica
No me cabe duda alguna que, tras el fin de la crisis sanitaria actual, volveremos a la vida de la mano de esta industria de los sueños, como antes ya lo hicimos, y para eso debemos prepararnos. Por lo mismo los protocolos para el regreso deben estar desarrollados por gente que conoce dicho mercado, como -a modo de ejemplo- las Cámaras de Comercio y aquellas organizaciones vinculadas al turismo y la gastronomía.
Los actuales protocolos dejan con suerte un 40 % de capacidad para el ingreso de personas a un restaurante, bar o cafetería; lo anterior para mantener la distancia adecuada, pero generado como consecuencia el dejar a un 60% de personal sin trabajo. Entonces ¿no es lógico pensar en que debiéramos usar veredas o cerrar calles cerca de los restaurantes para permitirles ampliar el aforo cuando regresemos? De esta forma podremos convertir nuestros espacios públicos en lugares donde se reciba la esperanza, la libertad y al mismo tiempo se dignifique el trabajo para encontrar la alegría y los sueños que la pandemia jamás logrará arrebatarnos.
Joel Solorza, Director Escuela de Gastronomía UDLA.
¿Dilema técnico o político?
La reciente aprobación de la idea de legislar respecto al retiro de parte de los fondos de las AFP ha generado gran revuelo a nivel nacional levantándose una serie de preguntas relativas a su eventual materialización, desde puntos de vista técnicos y políticos.
En ese sentido, el objetivo de esta reflexión es analizar alguna de estas conjeturas y establecer su certeza o falsedad desde un punto de vista técnico. La primera de ellas dice relación con el hecho que los "fondos no existen" y que por eso las AFP se oponen a su retiro. En rigor, esto es falso, puesto que los fondos si existen, pero no físicamente, vale decir, las AFP (o los bancos) no tienen grandes bóvedas donde almacenan, cual Rico McPato, grandes sumas de efectivo. El dinero existe, pero está invertido en una serie de instrumentos de inversión, tales como acciones o bonos.
Lo anterior me lleva a la segunda pregunta ¿un eventual retiro de los fondos generará un colapso en el mercado?, la respuesta aquí es afirmativa, vale decir, si las AFP salieran a vender parte de sus inversiones, eso tendría un efecto real en el mercado, presionando a la baja los títulos, lo que finalmente se traduciría en una baja general de los fondos de pensión. En ese sentido, se deberían establecer plazos y topes, de tal manera de "suavizar" este efecto en el mercado. Pero pensar que el retiro será inocuo, es una ingenuidad.
En esa misma línea ¿a quién afectaran estas bajas en el mercado?, pues a los que están ad-portas de jubilar, los que podrían ver reducida su pensión drásticamente, no por el retiro propiamente tal, sino que por la devaluación general de los fondos. En la vereda contraria, los más jóvenes serán los menos afectados, puesto que tendrán más plazo para recuperarse y podrían verse beneficiados con el efecto rebote en los precios.
Siguiendo con el análisis, mucho se habla que esta medida es regresiva, vale decir, que beneficiará a los sectores más altos, considero que esto es correcto, dado que las personas de más altos ingresos podrán hacer retiros más altos y a pesar de esto, sus fondos seguirán siendo nominalmente importantes, por lo que el efecto en sus pensiones será marginal. En forma inversa, los sectores medios o medio-bajo serían los más afectados, puesto que la recuperación de los fondos será más lenta y eventualmente la recuperación nunca llegue. Lamentablemente, según datos de la Fundación Sol, el 90% de la población tiene fondos menores a 30 millones, lo que reafirma la idea que esta medida sea regresiva.
Finalmente, un tema pendiente dice relación con el pago de impuestos, puesto que las cotizaciones previsionales están exentas de impuesto a la renta cuando se generan, pero si están afectas al retirarlas vía pensión, por lo que técnicamente, estos retiros deberían pagar impuestos.
El tema es bastante profundo y tiene una gran cantidad de aristas y visiones, por lo que hay que estar atentos a las siguientes etapas del proceso legislativo y esperar que el componente técnico prime sobre otro tipo de intereses.
José Navarrete, director de Ingeniería en Administración de Empresas UNAB.