Contaminación intradomiciliaria
Como nunca había ocurrido en la historia, Chile vive un invierno con la gran mayoría de sus habitantes sin salir de sus hogares, estando expuestos durante largas horas del día a las emisiones que generan diversos métodos de calefacción por combustión.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año más de 4 millones de personas en el mundo mueren a causa de enfermedades relacionadas con la contaminación del aire en ambientes cerrados, como consecuencia del uso de combustibles sólidos para cocinar o calefaccionar, entre ellos la leña, comúnmente utilizada en distintos lugares del país.
Pero a nivel intradomiciliario no es la única preocupación, ya que una alta tasa de habitantes también utiliza otros métodos de calefacción por combustión, como por ejemplo el gas y la parafina, generadores de altos índices de Material Particulado Fino.
Para evitar estas potenciales fuentes de contaminación en ambientes cerrados, ha comenzado a surgir con fuerza la tendencia de utilizar sistemas de aire acondicionado, que no generan emisiones en el interior y que pueden ser una útil alternativa para todo el año, considerando la existencia de temperaturas cada vez más extremas en invierno y verano. Particularmente en los meses más fríos, realizar una ventilación adecuada de los hogares resulta fundamental.
Milena Santos Romay, Daikin
Teletrabajo e inclusión
El teletrabajo está cambiando radicalmente nuestra cultura organizacional, creando un espacio importante para que la inclusión laboral se profundice. En este formato, nadie queda afuera por discapacidad, rango etario u oficio.
Si esto funciona como debería, la recientemente promulgada ley de teletrabajo traerá beneficios a las personas que deseen entrar al mundo laboral, ya que todas y todos podrán optar a puestos de trabajo atractivos para realizar desde sus casas. Además de acceder a una remuneración mensual, mejor calidad de vida y posibilidad de desarrollo profesional.
Todos somos parte de este cambio y debemos reflexionar que el teletrabajo se basa en la confianza para desarrollar puentes únicos y de calidad con cada persona, pero sobretodo debemos tener la capacidad de entender y empatizar con los diferentes tipos de colaboradores y sus habilidades. Esto ayudará a que todas las personas también se sientan que son parte de una evolución laboral que nuestro país ya está viviendo.
Francisca Fuensalida, directora Programa Teletrabajo 2020
¿Y cómo recuperamos el 10%?
Es un hecho que el actual sistema de pensiones no está cumpliendo el objetivo para el cual fue creado. Hoy cerca de un millón doscientas mil personas reciben pensiones gracias al Pilar Solidario, o sea, para ese gran porcentaje de la población, las AFP no lograron cubrir una pensión mínimamente digna. En ese sentido, no es de extrañar que muchos prefieran retirar el 10% de sus fondos y al jubilarse, acogerse al beneficio que el Estado entrega.
El Chile actual sufre una evidente desafección respecto de este tema: cuesta entender que, pese a que los dineros en las AFP sean nuestros, no los podamos tocar hasta nuestra vejez, hecho que se suma a que gran parte de la ciudadanía no tiene visualizado en su horizonte la jubilación y, por último, casi nadie cree que va a acceder a una pensión digna; entonces evidentemente surge la pregunta de para qué estoy ahorrando.
Siendo así, pareciera lógico el retiro del 10% de nuestros fondos previsionales, pero la situación no es tan simple. Partamos por el hecho de que el Estado no está en condiciones de cubrir pensiones solidarias para toda la población, no fue el principio que inspiró dicha reforma legal; por lo mismo, si el acuerdo será retirar esos fondos, hay que establecer una fórmula para su reintegro, que requerirá de compromisos compartidos entre los cotizantes y el Estado.
No puede ser el afiliado quién asuma todo el costo por una situación completamente ajena a él, pero tampoco las arcas fiscales alcanzan para reintegrar onerosamente dichos fondos. Ante ello, y frente al escenario que se avecina, es momento de sincerar cómo recuperar ese 10%: una opción es incrementar la edad de jubilación en al menos dos años, otra diseñar un fondo solidario Estado/empleador o una especie de nuevo bono de reconocimiento. Lo claro es que, a diferencia del éxodo, acá el "maná" no caerá del cielo.
Felipe Vergara, Universidad Andrés Bello