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Donación de órganos
Aunque en octubre se conmemora a nivel mundial la donación de órganos, fecha que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó para incentivar a que cada persona manifieste su deseo de querer ser donantes, en nuestro país también se reconoce a aquellos que en un acto solidario son capaces de dar a otros la oportunidad de una nueva vida. Así, cada 27 de septiembre se conmemora el día de las y los donantes, en reconocimiento al noble gesto de Pamela Toledo Ortiz, una pequeña de tan solo 12 años que poco antes de fallecer pidió a su familia ser donante. Deseo que fue respetado.
En nuestro país el trasplante de órganos es una realidad exitosa para algunos y muy dramática para otros, ya que, la escasez de donantes no permite responder adecuadamente a las necesidades. Lamentablemente, muchos pacientes fallecen antes de poder acceder a un trasplante.
El 2019 fue el año que más órganos se han trasplantado en Chile. A nivel nacional 300 donantes permitieron dar una nueva oportunidad de vida a 645 trasplantados. Esta cifra se compone de donantes vivos, que son capaces de comprometerse con la causa de quienes lo necesitan, y de órganos provenientes de personas fallecidas. Estos últimos, tuvieron un incremento del 58% respecto de 2018 según cifras entregadas por el Minsal en enero de este año.
Sin embargo, a pesar de lo esperanzador de este incremento, son cerca de 1.400 personas las que se encuentran en lista de espera de algún órgano. Y de este grupo, uno de cada tres pacientes muere sin poder acceder al trasplante.
Es necesario ser conscientes de la donación de órganos y dejar atrás los mitos. La lista de espera es única, nacional y transversal al sistema de salud público y privado, conteniendo la información necesaria de los receptores de cada órgano según criterios de compatibilidad establecidos, con el fin de asegurar el mayor porcentaje de éxito de cada trasplante en los programas actualmente activos en el país, como son corazón, pulmón, hígado, páncreas y riñón.
Tuve la experiencia de trabajar en unidades de diálisis con personas que esperaban por años un riñón mientras dependían de una máquina que tres veces por semana, y durante varias horas, les ayudaba a mantenerse con vida, aunque fuese una vida limitada en muchos aspectos. Recuerdo a mis pacientes con mucho cariño, recibí de ellos tanto afecto. Viví junto a unos pocos de ellos la experiencia del trasplante y como verdaderamente les cambió la vida.
Sin lugar a dudas, la decisión de donar nuestros órganos es una decisión de profundo amor, un amor desinteresado muchas veces, que permite en algunos casos mejorar la calidad de vida de las personas y en muchos otros es entregar la posibilidad de seguir con vida. La invitación es a conversar el tema, a informarnos de los alcances y beneficios de este acto.
Andrea Ortega Vilugrón, jefa de Carrera TNS en Enfermería. Instituto Profesional Virginio Gómez
Disminuir la letalidad del Coronavirus
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la Sociedad Japonesa de Hipertensión arterial y la Sociedad Italiana para el estudio de enfermedades cardiovasculares, han determinado que las personas que presentan obesidad o hipertensión arterial tienen 2,6 veces más riesgo de morir por COVID-19 en comparación con quienes no tienen comorbilidades, en consecuencia, es posible disminuir el número de muertos sólo corrigiendo estos factores de riesgo. Chile ostenta el triste récord de obesidad en la región, lo cual es una desgracia, pero también es una oportunidad, ya que cualquier medida que se tome para combatirla tendrá un gran impacto en la sobrevida al Coronavirus. Sabemos cómo lograrlo, existen los medios, sólo falta ponerlos en práctica, lo que consiste, en primerísimo lugar, en cambiar la actual dieta de los chilenos por una alimentación rica en frutas y verduras. Paradójicamente, Chile es un país productor de frutas y verduras, sin embargo consumimos en promedio menos de la mitad de lo que se recomienda para una canasta alimentaria de calidad y esto se debe, por una parte a la educación y por otra, al elevado costo de los alimentos frescos en el comercio establecido que los hace inalcanzables para gran parte de la población. Todos los esfuerzos por disminuir la obesidad y sus consecuencias de muerte por COVID-19 están destinados al fracaso si no se acompañan de un aumento en la oferta de alimentos frescos a bajo costo para todos quienes viven en Chile. Para alcanzar esta meta sugiero lo siguiente:1. Ferias libres. Aumentar el número de ferias libres y con horario de atención igual al comercio establecido.2. Distribución directa desde el productor al consumidor. Esto se podría lograr creando una plataforma y un marco regulatorio que aseguren el abastecimiento y la calidad de los alimentos para que lleguen directamente al domicilio de las personas.Las medidas anteriores pueden prevenir muchas muertes por coronavirus, son fáciles de implementar y de bajo costo para el Estado.
Jorge Villagra C. Nefrólogo infantil