precarización laboral en el delivery
En los últimos meses hemos podido evidenciar claros conflictos entre los trabajadores de reparto y las compañías de delivery, generalmente basadas en la poca ayuda o en el poco apoyo que tienen los colaboradores en temas de seguridad, y por estabilidad laboral y cuidados en pandemia.
Creo que es oportuno, y el momento adecuado, para comentar que es necesario acelerar el proceso de eficiencia de este mercado a través de la tecnología y el apoyo a nuestros trabajadores.
La economía colaborativa tiene una capacidad gigantesca para generar fuentes de ingresos para independientes y emprendedores y, además, dar grandes experiencias para los usuarios. Pero, al mismo tiempo, veo que esto ha generado una situación en cuanto a cómo el trabajador de estos espera sentirse como empleado y cómo está siendo tratado en realidad.
Las condiciones de trabajo están muy extremadas. Por un lado, hablamos de estas plataformas como un completo anexo desconectado de los trabajadores pero, por otro, reconocemos que existe una condición de subordinación y dependencia y control por parte de las empresas hacia ellos.
Hay que encontrar el equilibrio. Nosotros como Rayo estamos jugando con las reglas desde el día uno y estamos orgullosos de que acá no exista la precarización laboral ni el desinterés por cuáles son las condiciones en las que trabajan nuestros repartidores y repartidoras. De hecho, no creemos en los repartidores asociados, y contamos con colaboradores contratados, lo que nos ha hecho no tener ningún problema con ellos.
Nos genera malestar ver el escenario competitivo donde las autoridades no parecen estar interesadas y, lo que es peor, muchas veces los clientes tampoco parecen estarlo.
Hago este llamado a un año del estallido social, y sin meternos en política sino en la necesidad que puede llegar a sentir una persona cuando trabaja, que todos debemos hacernos cargo: desde el cliente corporativo que contrata una empresa, quien brinda los servicios tecnológicos o se hace cargo de la logística y el mismo repartidor o repartidora que hace el trabajo final. Todos debemos estar y jugar con las mismas reglas.
Si no lo hacemos, y dejamos de pagar los impuestos asociados o las imposiciones a nuestros colaboradores, le estamos haciendo daño a nuestro país y a nuestro futuro, sobre todo si seguimos tratando a nuestros repartidores y repartidoras, mal llamados freelancers, con total abuso y con claras muestras de subcontratación y dependencia laboral y económica.
Quien se haga cargo, tiene la oportunidad de mejorar las condiciones de todos, tanto para los repartidores como para la sociedad como tal.
Ocupemos la economía colaborativa y la tecnología, pero hagámoslo bien. Hay una gran diferencia entre dar rienda suelta a la eficiencia del mercado y hacerlo como corresponde.
Juan Andrés Cabrera, co fundador de Rayo
Cómo potenciar un cambio tecnológico
xChile se ha caracterizado en los últimos años por tener un mercado TI maduro y con mayor penetración que sus pares regionales, siendo además considerado el país con mayor competitividad digital de Latinoamérica, ligeramente por delante de Brasil y México. Los segmentos de industria que han impulsado este liderazgo son, sin duda, la banca, seguros y el retail. Chile, además es el país, después de los nombrados anteriormente, donde se tiene mayor presencia de headquarters para América Latina o la región pacífico de compañías relacionadas al mundo digital, lo cual refuerza la madurez del mercado.
No obstante, si nos comparamos con países de la OCDE, aún nos queda mucho tramo por recorrer, ya que la brecha de digitalización, adopción e inversiones en tecnología como porcentaje de los presupuestos de ingresos o del PIB, es aún de los más bajos dentro de los países que componen esta organización.
Pero, ¿cómo potenciarlo? Para mí, es un muy buen ejercicio plantearse preguntas desde la gerencia como las descritas en el libro The Three Box Solution de Vijay Govindarajan: ¿cómo cumplo con los requisitos de rendimiento del negocio actual, que aún es rentable, mientras lo reinventamos drásticamente? o ¿Cómo preveo un cambio en el modelo actual de mi negocio antes de que una crisis nos obligue a abandonarlo?
Y es que sin duda, la resistencia al cambio, uno de los mayores desafíos desde la alta gerencia de una compañía al hacer una transformación digital. Hoy, es necesario lograr una evolución en la forma de pensar de los colaboradores, con foco en una cultura de innovación a través de todas las áreas, sin ese típico temor a equivocarse, promoviendo el cambio y, sobre todo, teniendo las ganas de cambiar. Este desafío se vuelve aún más retador si es que la compañía ha sido o es exitosa, dado que surgen cuestionamientos de por qué tienen que evolucionar si les ha ido tan bien haciéndolo así. Nada más retador y a la vez más peligroso que eso.
En estos tiempos de cambio, el foco de la alta gerencia debe estar puesto en las personas, en la cultura y en romper los paradigmas, promoviendo procesos de innovación rápida y dándoles las herramientas tecnológicas y los recursos para probar y errar.
Alberto Castañeda, gerente general regional de Orión