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Bryan Cranston coquetea otra vez con el mal en "Your Honor"

TELEVISIÓN. Su primera serie tras la inolvidable "Breaking Bad".
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Bryan Cranston vuelve a hacer malabares entre el bien y el mal en "Your Honor", su primera serie tras la inolvidable "Breaking Bad" (2008-2013), donde interpreta a un juez que para salvar a su hijo tendrá que ignorar la ley.

"Seamos conscientes o no, creo que a todos nos atraen y nos identificamos con los personajes que tienen defectos porque nosotros somos imperfectos también", dijo el actor en un encuentro virtual con los medios.

"Si leo (el guion de) un personaje que tiene todas las respuestas, que toma las decisiones correctas, que es amable con todo el mundo, me aburre: no quiero interpretar ese papel. Pero alguien que tiene defectos e intenta ser una persona mejor, creo que todo el mundo puede identificarse con eso", añadió.

En esa búsqueda de personajes "complejos, en conflicto e interesantes" Cranston se topó con el juez Michael Desiato de "Your Honor", serie limitada que cuenta a los mandos con Peter Moffat ("The Night Of", 2016).

Adaptación de la israelí "Kvodo", esta nueva propuesta televisiva presenta a un respetado y sensato juez (Cranston) de Nueva Orleans (EE.UU.) cuyo hijo se ve involucrado en un accidente de tráfico mortal.

El juez convence al joven para que se entregue a las autoridades, pero a última hora cambia de opinión cuando ve que el hombre que murió atropellado era el hijo de un mafioso, por lo que entonces emprenderá una espinosa conspiración para salvar a su familia aunque eso suponga ir en contra de la ley.

La pugna entre el bien y el mal, la familia, el lado oscuro de la ley y los dilemas morales eran temas fundamentales de "Breaking Bad", por lo que resulta sencillo establecer paralelismos entre el juez Desiato y el Walter White que le dio a Cranston cuatro Emmy y un Globo de Oro.

No obstante, el actor cuestionó con finura que sean roles exactamente iguales. "Walter White era muy metódico en su viaje, en el plan que había trazado. Michael Desiato en 'Your Honor' es impulsivo. Tiene que tomar una decisión repentina sobre lo que va a salvar la vida su hijo y tiene que sufrir las consecuencias de esa decisión", dijo.

"Así que hay diferencias en eso. Espero que el público las vea y permita que haya juego con esas diferencias, y espero que con suerte el público se olvide de Walter White y vea 'Your Honor' con la mente abierta y se lo pase bien", añadió.

En lo que sí coinciden Desiato y White es en que cambian por completo en un punto determinado de sus vidas hasta convertirse casi en personas totalmente diferentes. "Cuando cualquier persona intenta ser alguien que no es, se enreda la cosa. Es imposible de sostener, porque ese no es el que tú eres de forma natural", opinó.

"Eso se derrumba y es lo interesante de este personaje. Como padre, si me viera obligado a tomar esa decisión, haría lo mismo: haría cualquier cosa para proteger a mi hijo", agregó.

Pandemia en el camino

Aunque ya tenía la producción más que encarada, "Your Honor" se vio afectada por el coronavirus. "Tuvimos seis meses de rodaje. Entonces llegó marzo con la pandemia y cerramos. Siete meses después regresamos al rodaje", detalló Cranston, quien es muy consciente del peligro del coronavirus, ya que dio positivo en marzo y todavía no ha recuperado por completo los sentidos del gusto y del olfato.

Sebastián Silva monta en su última película un fin de semana claustrofóbico

CINE. El realizador chileno radicado en Estados Unidos aborda el tema del racismo de manera "implosiva".
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Amelia Carvallo

El pasado jueves se estrenó en la plataforma digital Centroartealameda.tv "Tyrel", un filme de Sebastián Silva sobre un joven negro llamado Tyler que es invitado por un amigo blanco a pasar el wikén en un apartada cabaña donde le presentará a viejos amigos, todos blancos.

El cineasta chileno, que vive hace muchos años en Nueva York, tiene además en mente dos proyectos de largometrajes y espera retomar para el verano del hemisferio norte la serie de HBO "Los Espookys", pospuesta por la pandemia.

Dinamicas raciales

Por su trama, "Tyrel" parece la receta perfecta para el desastre, y de hecho se desliza en esa tensión de las agresiones raciales disfrazadas de bromas de parte de un grupo, supuestamente de personas no conservadoras, que están conociendo a alguien que no encaja en sus moldes.

Según contó el director, la historia surgió en su cabeza estando en Cuba, donde pudo ver a un grupo de adolescentes blancos bebiendo y bromeando en la playa. Junto a ellos había un muchacho negro que parecía no estar pasándola muy bien y se notaba incómodo.

Presentada en el festival de Sundance de 2018, un enclave donde Silva ha estrenado muchos de sus trabajos, "Tyrel" fue filmada en febrero de 2017, en menos de dos semanas, en el área de Catskills, una zona boscosa en los bordes de Nueva York.

El elenco es casi completamente masculino, liderado por el talentoso Jason Mitchell que en 2015 encarnó al rapero Eazy-E en la biopic "Straight Outta Compton", y que acá es el mencionado Tyler que, no sin cierta malicia, algunos del grupo asumen se llama Tyrel. Paulatinamente asoman algunas de las patologías de la sociedad estadounidense: la alienación, el mutuo miedo entre blancos y negros, la no aceptación del otro y el desamparo de no pertenecer.

Si bien conserva algunos rasgos similares a la recordada "Huye" de Jordan Peele, Silva comentó que se enteró de esta película cuando estaba editando la suya y que su puesta en escena no es explícita y deja mucho en manos del espectador, incluso un final que se diluye susceptiblemente en las diferentes gradaciones del prejuicio racial y social. Al baño de sangre que desencadena Peele, Silva dice que su filme es más bien "implosivo".

Alejándose de la apropiación cultural, Silva cuenta que no pretendió enarbolar una película sobre el odio racial contra los negros. "La verdad es que esta película no tuvo mucho impacto para serte muy franco, en términos como de conversación de temas raciales. Yo creo que es porque yo no soy negro, entonces tampoco se consideró tanto", confiesa.

-¿Qué exploraste?

-Es una película que explora mucho las áreas grises de las dinámicas raciales, entonces se relaciona un tanto indirectamente al "police brutality". No creo que haya un antes y un después del impacto de esta película en Estados Unidos y está todo bien con eso. Creo que vive en su propia cápsula, como de un poco la mirada subjetiva de un chileno que ha presenciado mucho esta alienación de los afroamericanos en los grupos de personas blancas.

-¿Cómo ves el tema del racismo en Chile?

-No he podido atestiguarlo mucho, ya que hace años que vivo fuera, así que me ha tocado ser un poco turista en relación a cómo están los inmigrantes. Pero sí he escuchado desde los propios inmigrantes que hay mucho racismo, mucha violencia, verbal y de actitud. Como una superioridad, quizás por ser los locales, pero creo que no tenemos un racismo sistemático incrustado como en Estados Unidos. Sí tenemos una influencia espantosa del racismo en general y creo que tenemos que ser súper conscientes de eso y tratar de entender que no existen diferencias y que tenemos que ser generosos y receptivos a gente que están llegando a un país en busca de paz y oportunidades.

Sobre el cierre y escaso acceso a las salas de cine por efecto de la pandemia, Silva cree que la situación que está viviendo la industria chilena es similar a la que acontece en muchos lugares: "En Nueva York y en todo Estados Unidos no hay ninguna sala abierta, para nada, y muy poco como proyecciones afuera: está todo detenido. El streaming agarró mucho vuelo y creo que hay que adaptarse a los cambios, ver cómo es posible que los cines que cerraron creen plataformas online donde puedan, por lo menos, mantenerse a flote mientras pasa la crisis y tratar de ponerse creativos con los screenings, inventar actividades, ciclos, cosas así".