Crecimiento Económico y Cambio Climático
Terminó un año duro. El covid-19 ha golpeado fuerte y nos ha permitido ver, en cámara rápida, los efectos de otra crisis global: el cambio climático. Derribar el mito que crecimiento económico y ambición climática se contraponen, ha sido uno de los objetivos del gobierno y clave para impulsar con fuerza la acción climática como política de Estado, base del crecimiento y desarrollo sustentable.
Dadas nuestras características naturales, la acción climática en Chile mejora la calidad de vida de las personas y potencia nuestro crecimiento. Los beneficios económicos netos de la carbono neutralidad en Chile superan los US$ 30.000 millones, como lo demuestra la hoja de ruta construida en el marco de la COP 25 y base de nuestra ley marco de cambio climático. El Banco Mundial lo reafirma: alcanzar la carbono neutralidad al 2050, aumentaría el PIB en un 4,4%. Esto se puede multiplicar por cinco al considerar beneficios sociales y ambientales propios de ciudades más descontaminadas y mejoras en la salud de las personas.
Avanzamos. Por primera vez Chile, bajo el liderazgo del ministerio de Energía, deja de construir centrales a carbón y procede al cierre de todas ellas con una estrategia de transición justa para trabajadores y familias, asegurando el abastecimiento energético nacional. Gran noticia el cierre de las icónicas Ventanas en Puchuncaví y Bocamina en Coronel.
Desarrollamos la "Hoja Nacional de ruta a la Economía Circular", plan de transformación a una economía cero residuos. Este plan se suma a la ley que elimina la bolsa plástica del comercio, elegida mejor política pública del 2018, así como la nueva ley que eliminará los "plásticos de un solo uso", aprobada unánimemente en el Senado y hoy en tramitación final. Adicionalmente, la Estrategia Nacional de residuos orgánicos permitirá establecer reformas para la obligación del compostaje como sustento clave para la restauración regenerativa de los suelos en Chile.
Cierre de centrales a carbón, alta penetración de renovables, eficiencia energética, impulso a la electromovilidad, desarrollo del hidrógeno verde, Plan Nacional de protección de humedales, soluciones basadas en la naturaleza, minería verde, agricultura regenerativa, forestación y protección efectiva de océanos, forman parte de un ambicioso plan de transformación de Chile hacia una economía circular que optimiza el uso de nuestros recursos naturales y es la base de un desarrollo sustentable.
Nos queda mucho por avanzar. Pero el liderazgo de Chile en estas materias está siendo reconocido internacionalmente. El PNUD en su Índice de Desarrollo Humano Ajustado a las Presiones Planetarias, ubicó a Chile en el lugar 29 a nivel mundial; el Ranking de Desarrollo Sostenible 2020 de la Universidad de Cambridge, lo distinguió con el 1er lugar en América Latina y el 28 entre los 193 países evaluados; 1er lugar en el reconocido índice de desempeño ambiental (EPI) de la Universidad de Yale y Columbia para Latinoamérica; y 9no lugar del mundo en el Ranking Global de acción climática por la prestigiosa GermanWatch.
Hoy, frente a la dura realidad impuesta por el COVID19, el mayor desafío es poner de pie al país y mejor que antes. Nuestra nueva NDC con ambiciosas metas 2030, en conjunto con la certificación internacional CBI Green bond iniciative, nos permitirá impulsar una reactivación sustentable, que al igual que la UE, contempla más de un 30% de todos los recursos de inversión pública en acción climática. Enfrentar con convicción la crisis climática es un motor de reactivación y crecimiento para un futuro más sustentable e inclusivo y transformará a Chile en un actor fundamental de la nueva economía global del siglo 21.
*Carolina Schmidt es ministra de Medio Ambiente.