Es el cuarto libro publicado por el poeta Elgar Utreras Solano, quien publica solo cuando tiene algo que decir, cuando las palabras zumban en su cabeza y exigen libertad. La poesía es un encuentro y un trasvasije (como todo en el arte, y esta, no es la excepción) La poesía de Elgar no es un mecanismo visceral, es mas bien un cuidadoso proyecto, una criatura viviente que se gesta y filtra en las orillas de los ríos que navega.
Tierra en llamas, es un viaje al origen, construido por una serie de imágenes implementadas que van cerrando un ciclo, a sus visiones en una línea de tiempo que traspasa este mismo, conjugándolo con figuras ancestrales desde un espacio físico hasta la hondura y el temor humano, una compleja mirada de la historia de la humanidad sintetizada en versos "Aquí comienza el mundo/ en la cuenca de los ojos." Dice el poeta, liberando el poemario hacia los cuatro puntos cardinales que definen cada capítulo y que apuntan a una irremediable cadencia de imágenes que caen como una estrella negra en distintos sitios de la tierra.
La imagen del Dragón, domina los elementos, nombres desconocidos interpelan la poesía antigua, y no queda otra que entregarse al fuego que arrasa la tierra desde el inicio hasta ahora, la figura primigenia de la madre, como útero universal, dando paso a los "nacedores" responsables de hacer arder el mundo, tomando en sus manos la espada de la sangre que vuelve a renovarse en las centurias, en la apología de resistir la aniquilación. Todo está escrito, dice Borges, y le creemos cada silaba, sin embargo, en poesía, las directrices cambian, y todo es un círculo revelando las verdades de la historia en esas miradas auténticas y desgarradas que construyen los poetas.
La mitología también se conjuga con la trama, personajes de todas las latitudes acaban por mostrar sus desafiantes ecos que van iluminando el relato, para no ser olvidados, entregando respuestas a las clásicas preguntas humanas, que derivan en desasosiego interior. "El dragón avanza sobre las cabezas/ dando la hostia de la muerte."
Este libro, fue prologado por Elicura Chihuailaf, poeta mapuche Premio Nacional de Literatura 2020 e introducido en una Plegaria de a poeta nacional Margarita Bustos.
Laura Daza Valenzuela Gestora cultural, Editora independiente