Familia pide ayuda para desalojar a extranjeros de su casa
DRAMA. Un grupo de venezolanos habrían aprovechado que la dueña, una anciana de 83 años, viajó a Santiago para confinarse junto a su familia.
Desesperada se encuentra una familia chillaneja por la toma ilegal de su casa, ubicada en José Joaquín Prieto 240, que realizó un grupo de personas con nacionalidad venezolana en Chillán, según relató uno de los afectados.
Nicolás Barrientos, nieto de la dueña del inmueble, una anciana de 83 años, señaló que "estamos desesperados por lo que nos está sucediendo, esto es una pesadilla. Mi abuela ha vivido toda su vida ahí, desde que prácticamente se fundó el barrio. Por el tema de pandemia, como familia decidimos que pasara el confinamiento junto a nosotros en Santiago, por lo que ella dejó la casa y se fue con nosotros para estar mejor, pero nunca abandonó su hogar porque esto era sólo momentáneo".
"Mi abuela para asegurarse contrató a dos personas para que cuidaran la casa mientras ella no estaba, los que mantenían limpio el frontis, iban a regar, a mantener las plantas, etc. La idea era que nunca se viera que estaba sola. El último día que ellos estuvieron ahí fue el 29 de diciembre, y el 12 de enero, los vecinos les avisaron que había llegado un grupo de venezolanos a la casa, por lo que altiro nos avisaron a nosotros y cuando llegamos era efectivo, había un grupo de personas viviendo ahí", describió.
Nicolás comentó que ha tratado de tener dialogo con las personas que se encuentran habitando la casa de su abuela, pero "ellos dicen que es su casa, que tienen derecho, que vayamos a tribunales de justicia. Todo esto llevó a que mi abuela le diera un schok nervioso y se encuentre con cuidados intensivos. Yo fui a ver por qué se habían tomado la casa, quería llegar a una solución pacífica, explicándoles que están cometiendo un delito y ellos me han dicho que no se van a ir de la casa, así de simple, que no se irán".
Pero, para Nicolás Barrientos, "el problema grande aquí es que hay cuatro menores de edad que no se encuentran en buen estado. Yo ando en busca de algún centro, de algún hogar, en donde reciban a esta familia con los niños y estén en buenas condiciones. Aún así, insisto en que están cometiendo un delito, están en una casa que no les pertenece. Además, nos hemos enterado por personas cercanas al domicilio de mi abuela que esta no sería la única casa que se han tomado, existen más en Chillán", agregó.
Por otra parte, el afectado comentó que ese no ha sido el único problema al que se han enfrentado el último tiempo, sino que, además, "Desde que publique los videos en twitter, para denunciar lo que estábamos pasando, además, he tenido que soportar recibir amenazas por grupos de ultraderecha y de otros venezolanos, en donde me han dicho que me van a "picar", que significa matar, con fotos de pistolas y esas cosas. Yo les respondí, sin miedo, que los iba a demandar. En estos momentos lo único que me importa es que esas personas se vayan, porque estamos sumamente mal con esto que estamos viviendo".