Ocupación laboral femenina
Un preocupante escenario están viviendo las mujeres en relación a su ocupación en el mercado laboral a causa de la pandemia por el Covid-19. El confinamiento prolongado obligó a muchas pequeñas y medianas empresas a cerrar sus puertas, así como a una reducción de personal en grandes conglomerados, sumado a el cierre de salas cunas, jardines y colegios, debiendo ser en su gran mayoría las madres quienes se vieron en la necesidad de quedarse en casa para cuidar de los hijos, agudizaron la brecha laboral entre hombres y mujeres.
Sin dudas que la cara del desempleo por la pandemia es de mujer: vendedoras en locales comerciales, empleadas de restaurantes y hoteles, asesoras del hogar. Por cada hombre que salió de la población ocupada en Chile, salieron dos mujeres. según cifras del Instituto Nacional de Estadística de noviembre de 2020, un 18, 4% fue la caída interanual de ocupación laboral femenina.
Si bien las esperanzas para revertir dicha situación están en el proceso de vacunación primero para cuidar la vida de las personas y, en segundo lugar, porque en la medida en que aumente la cantidad de población vacunada, se va entregando certeza a los actores económicos y eso va a permitir que vaya subiendo el movimiento económico, el consumo, la inversión, el empleo, es tarea de todos y de las grandes empresas de adoptar políticas y medidas continuas desde las áreas de recursos humanos, orientadas a reposicionar a las mujeres en el mercado laboral.
Desde nuestra experiencia, en Kimberly-Clark hemos desarrollado diferentes instancias para beneficiar y apoyar la inserción laboral femenina en el país. En mayo de 2019 capacitamos a un grupo de 20 mujeres, dueñas de casa de Colina, mediante un curso de 40 horas que les entregó conocimientos sobre temas operacionales, logísticos y de mantenimiento de una planta industrial, convencidos que para ellas no existen límites ni áreas de desarrollo propiamente masculinas.
Por otra parte, buscamos permanentemente la incorporación de mujeres a la empresa y, para ello, estamos trabajando en conjunto con Proyecto Moms, una plataforma que conecta mujeres talentosas con empresas de primer nivel. El objetivo es dar empleabilidad a las mujeres que han hecho una pausa en sus carreras para ser madres y ahora quieren volver al mercado laboral.
Es así como hoy, nuestra fuerza laboral llega a un 33% de mujeres, de las cuales un tercio se desempeña en altos cargos ejecutivos. Son mujeres que han sido seleccionadas en base a sus méritos profesionales y académicos, y con quienes Kimberly-Clark Chile ha crecido enormemente.
Si bien el coronavirus agudizó la brecha laboral en desmedro de las mujeres, se presentaron nuevas oportunidades para poder trabajar en acortar esta diferencia. El teletrabajo, se ha vuelto un sistema infalible y apropiado para emplear a mujeres a distancia, solucionando el problema de cuidar de los hijos en casa y evitar contagios en caso de padecer patologías crónicas o ser de grupos etarios de riesgo.
La clave desde nuestra mirada está tanto en los esfuerzos de Gobierno por fomentar la empleabilidad femenina, como de los que somos parte del sistema laboral en trabajar objetivamente por superar estas diferencias.
Fabia Berri, Gerente de Recursos Humanos, Kimberly-Clark Chile
Carreras STEM
Los últimos días ha habido grandes noticias en la prensa: un aumento del 15% al 25% en las mujeres que lideran proyectos de investigación STEM, un importante aumento de la participación femenina en las industrias de tecnologías y en cargos relevantes en gerencias de innovación, primeros puntajes de ingreso femeninos en facultades tradicionalmente altamente masculinizadas. Grandes logros sin duda, pero que podrían ser mejores si lográsemos que las experiencias formativas de las estudiantes en carreras STEM fuesen más exitosas de lo que son hoy.
Un dato significativo es que, si bien la retención de primer año del sistema de educación superior ha mostrado consistentemente una brecha positiva cercana a los 5 puntos porcentuales en la retención de mujeres versus hombres, un estudio reciente desarrollado conjuntamente por la Universidad Federico Santamaría y la Universidad de Talca, muestra que la tasa de retención del primer año de mujeres que ingresaron a carreras de ingeniería el año 2018 en cuatro universidades nacionales, es menor que la de los hombres, entre medio punto porcentual hasta 10 puntos porcentuales. Esta brecha da cuenta de que las mujeres que acceden a carreras altamente masculinizadas deben enfrentar -todavía, y a pesar de esfuerzos de muchas instituciones- concepciones de roles de género y estereotipos fuertemente arraigados en el cuerpo académico y, por cierto, en el mercado laboral.
De muestra un botón: en una charla que tuve la oportunidad de realizar hace un par de años a alumnos de ingeniería mecánica, se me acercó una estudiante para decirme que a ella le habían contado que había muchas mujeres ingenieras mecánicas, pero que era primera vez que podía hablar con una porque todos sus profesores de especialidad eran hombres. Y es que la composición de los cuerpos académicos de las facultades de ingeniería tampoco colabora a que las estudiantes visualicen un campo laboral auspicioso, ni tengan la oportunidad de contar con modelos de roles que las ayuden a perfilar su futuro..
María Loreto Ferrari, Prorrectora Universidad de Las Américas