Celulosa
En relación al buen anuncio del crecimiento de la celulosa en lo que va de este año, puesto que la materia prima ha acumulado alzas de 20%, esto no sólo genera optimismo para los grandes actores de nuestro país en esta industria, pues también constituye una tremenda motivación y desafío para desarrollar y proveer tecnologías, automatización y servicios para este mercado, a la altura de las tendencias a nivel mundial, especialmente, considerando todos los aprendizajes en pandemia.
En ese sentido, la transformación digital viene marcando a esta industria, precisamente por el fortalecimiento que impuso la actual contingencia sanitaria mundial y que derivó en la necesidad de que las compañías accedan a soluciones de vanguardia para diferenciarse. Herramientas de automatización, Internet Industrial y servicios innovadores como soporte remoto de alto nivel, permiten optimizar procesos, rentabilizarlos y contribuir a la reactivación.
Entendiendo que cada sector funciona acorde a sus prioridades y necesidades, esta transformación es una aliada que cada vez revoluciona más a la industria de la celulosa y por ello es fundamental apostar por mayor dinámica de aplicaciones, sistemas de control que automaticen procesos, máquinas, imágenes y monitoreos de calidad, entre otras variables, permitiendo a los clientes ahorrar costos y esfuerzos.
Una buena noticia que debe impulsar las herramientas con que hoy contamos para mejorar la capacidad productiva y eficiencia, estabilizar los procesos y optimizar las operaciones, entre otros beneficios para la industria de la celulosa.
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Carl Stal, gerente Técnico y de Operaciones de Valmet
Ley del teletrabajo
Debemos saber que el inicio de la discusión de esta normativa no nació al amparo de la contingencia sanitaria que hoy nos afecta, sino que data de agosto de 2018. En ese entonces, las razones para implementar esta nueva forma de prestación de servicios tenían relación con la modernización de la realidad del mercado laboral; la incorporación de ciudadanos que antes no podían ingresar a la fuerza de trabajo; la necesidad de establecer escenarios flexibles para propiciar la corresponsabilidad parental; la creación de un empleo sustentable; y la protección laboral en el contexto del trabajo a distancia.
En pandemia, se dictó la ley 21.220 que modificó el Código del Trabajo en materia de labores a distancia, conocida como "Ley de Teletrabajo". Esta norma abarcó varios aspectos de la nueva modalidad que se instauraba, comenzando con la irrenunciabilidad de los derechos laborales y reafirmando como límite de los empleadores, las garantías constitucionales inherentes a sus colaboradores. Se estableció el derecho a la desconexión (12 horas continuas); la obligación de la empresa a proveer equipos, herramientas y materiales para las funciones a distancia; y la reversibilidad del pacto de teletrabajo en los casos en que se haya acordado con posterioridad al inicio de la relación laboral; entre otros.
A su vez, la ley ordenó que se dictara un reglamento que permitiera establecer condiciones específicas de seguridad y salud para los trabajadores a distancia, debiendo el empleador gestionar los riesgos laborales presentes en un lugar distinto a la empresa, acordado para la prestación de esos servicios. Para cumplirlo, se da posibilidad al empleador de solicitar al organismo administrador del seguro de accidentes del trabajo que, previa autorización del trabajador, acceda a su domicilio con el fin de evaluar e informar si cumple con los estándares de protección legales. Sin duda alguna, este es uno de los aspectos más difíciles de fiscalizar y, por lo mismo, alarmante, pues las funciones a distancia no pueden significar ningún menoscabo para los trabajadores. En este sentido, es de esperar que el Consejo Superior Laboral, en cumplimiento del artículo 3 de las disposiciones transitorias de la ley 21.220, emita un informe con un diagnóstico y con recomendaciones para mejorar y avanzar en esta nueva forma de trabajar.
Beatriz Llanos, Académica Escuela de Derecho Universidad de Las Américas
Recursos hídricos
La reciente firma por parte del Presidente de la República, Sebastián Piñera, del proyecto de Ley que crea el Ministerio de Obras Públicas y Recursos Hídricos, y la Subsecretaria de Recursos Hídricos, es- sin duda- una excelente noticia que viene a potenciar la institucionalidad en Chile con miras a fomentar el acceso al agua de los ciudadanos.
El anuncio, que se realizó sólo días después de celebrarse el Día Mundial del Agua, también es un paso importante para crear conciencia en el uso responsable de ese recurso tan esencial para la vida y para las diferentes actividades productivas y económicas.
No hay que olvidar que, en las tres últimas décadas, nuestro país ha sido testigo de cómo el cambio climático ha ido disminuyendo la cantidad de precipitaciones, baja que se estima entre un 15% y 25% y que, por ende, está repercutiendo en los caudales de ríos y lagos. Todo esto se ha traducido en sequías que están afectando a la población y a actividades como la agricultura y ganadería.
Carlos Foxley, representante para Chile de IDE Technologies