Cambio climático y resiliencia
Es vital desarrollar una gobernanza del agua que considere la diversidad climática, ambiental y cultural del país. El fenómeno de cambio climático actual produce el incremento en la intensidad y frecuencia de eventos meteorológicos extremos.
Los impactos en el ciclo hidrológico del cambio climático son diversos, como ejemplo está el derretimiento de los glaciales, incremento en la frecuencia de eventos meteorológicos extremos que generan aluviones y marejadas, aumento de sequías, disminución de la recarga en acuíferos y caudales de los ríos. Por ello las medidas para adaptarnos y ser más resilientes debe tener una mirada técnica, científica e integrada con las comunidades y actores por cuenca.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático define la resiliencia como la capacidad de un sistema y sus componentes para prever y absorber los efectos de un suceso peligroso, adaptarse a ellos y recuperarse de manera oportuna y eficaz. Bajo este contexto, un aspecto básico para mejorar nuestra capacidad de adaptación y resiliencia es poseer un plan y sistema de gestión integrada de los recursos de agua subterránea y superficial por cuencas que involucren a todos los actores. Por lo tanto, es esencial desarrollar una gobernanza del agua que considere la diversidad climática, ambiental y cultural de nuestro país.
En ese sentido, Marcelo Solari, líder de Innovación Digital de Arcadis Chile, plantea que el fenómeno de cambio climático actual produce el incremento en la intensidad y frecuencia de eventos meteorológicos extremos los cuales producen inundaciones costeras, aluviones y remociones en masa sobre nuestro territorio. Solo el año 2015 (UNISDR, 2016) los aluviones ocurridos en cuatro regiones del Norte de Chile causaron pérdidas económicas del orden de los 3,1 billones de dólares, e importantes pérdidas de vidas humanas y daño al ecosistema.
Considerando su magnitud, daños y frecuencia, los aluviones han dejado de manifiesto la alta vulnerabilidad de nuestro país frente a estos fenómenos y es fundamental una mayor evaluación, zonificación, monitoreo, sistemas de alerta temprana y diseños de medidas de mitigación-adaptación de aluviones y de remociones en masa para mitigar los efectos e impacto en pérdidas de vidas humanas, ecosistema e infraestructura y hacer más resilientes a las personas, comunidades, sociedad en general e instituciones.