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Moteras vieron bajar sus ventas a la mitad durante la pandemia

TRADICIÓN. Locatarias en Chillán atribuyen caída a cambio en la modalidad de atención, que por ahora es solamente "para llevar", y piden el apoyo de su clientela para que las sigan prefiriendo y consumiento el refrescante producto.
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Juan Pablo Peralta

Avenida O'Higgins con Collín es el lugar donde se encuentran los emblemáticos locales de mote con huesillo que generan gran atractivo turístico y son parte de la esencia de Chillán. Sin embargo, este último tiempo la pandemia los ha golpeado y han tenido que adaptarse a las nuevas normas de atención.

Carmen Cifuentes Troncoso, quien es tesorera del Gremio de Moteras de Chillán (conformado por 15 socias) y dueña del local Carmencita, comentó cómo se han adecuado en tiempos de pandemia, los efectos económicos que ha causado, y su proyección para la temporada de verano.

"Estamos vendiendo solamente para llevar, gracias a Dios la gente ha entendido que vamos a trabajar con este método porque mientras no pase la pandemia es más seguro para ellos y para nosotros. Así que utilizamos vasitos y cucharas desechables, todo para llevar", explicó la mujer.

La pandemia ha repercutido negativamente en las ventas del apetecido brebaje criollo, y "entre la temporada pasada y ésta las ventas han bajado entre un 40 a 45%, generando pérdidas considerables en comparación con años anteriores", precisó Carmencita, atribuyendo el desplome a la imposibilidad de atender a la clientela en sus locales.

"No es como cuando teníamos mesas y podíamos atender a la gente como nos gusta atenderlas, que se queden en el puesto. Dicen que tiene otro gusto, será por el ambiente, pero la gente prefiere eso. Esto bajó la venta, y aún así estamos aquí día a día para mantener la tradición y el aporte al turismo de Chillán", enfatizó.

Rosa Troncoso, madre de la señora Carmen, tiene 75 años y 40 de ellos los ha dedicado a trabajar como motera.

"Rosita" es dueña de uno de los locales más antiguos y tradicionales. Comentó que el año pasado las afectó bastante económicamente. "La gente quiere sentarse en los locales pero no podemos por la pandemia y eso nos ha afectado harto a nosotros, ha bajado mucho la venta".

"No entiendo mucho en cuanto a porcentaje, pero el año pasado fue mala la venta y este año vamos por las mismas porque es poca la gente que pasa, a pesar de que estamos empezando la temporada de verano recién y todavía hace frío", comentó esperanzada.

Cómo viene el verano

Las proyecciones para la temporada estival apuntan a una mejora de la situación pandémica. Según comentó Carmen Cifuentes, esperan que lleguen muchos turistas a la capital regional, pero eso depende de que la gente se cuide.

Por su parte, su madre señaló que "tenemos la esperanza de que suba la venta en el verano, Dios quiera que sea así para poder afirmarnos, porque todo es gasto. Nosotros tenemos que pagar permisos, impuestos, estar todo el día al frío, andar con los triciclos para arriba y abajo".

Rosa Troncoso sabe que ha sido complicado, ya que mientras su local no pudo funcionar y dejo de percibir ingresos, su pensión de jubilación fue su sustento.

"Tengo mi pensión pero no me alcanza para todo, la ocupo para pagar mis gastos y quedo mirando otra vez porque no son pensiones altas. Por lo menos doy gracias que la tengo, acá hay personas que no la tienen, y cuando no trabajo ese es mi sustento y tengo que tratar de estirarlo no más".

En este escenario complejo, las locatarias hacen un llamado a su clientela para recibir su apoyo y acudan a consumir el rico mote con huesillo.

"Necesitamos de ellos porque nosotros vivimos de nuestros clientes, de las personas que vienen a servirse un mote. Que nos sigan apoyando para mantener esta tradición que lleva más de 40 años", expresó Carmen.

"Tenemos todo limpio y sanitizado, todo higiénico, sin contagios ni nada y estamos todos vacunados. Yo llevo 40 años trabajando aquí y uno va creando un lazo con la gente y tiene su clientela, así que vengan a comer mote al puesto Rosita", finalizó por su parte Rosa Troncoso.

15 locatarias son las que conforman el Gremio de Moteras de la capital regional de Ñuble.

45% en promedio han caído las ventas desde la llegada de la pandemia, según estimaciones de moteras.