En un partido parejo, de mucha disputa en el mediocampo, Curicó Unido y Ñublense repartieron unidades en el Estadio La Granja de la Región del Maule. Una igualdad en blanco, donde los Diablos Rojos mostraron actitud y premio a eso sumaron un punto, y casi se llevan los tres.
Jaime García dispuso de una línea de tres defensores, cuatro hombres en la mitad del campo, y tres delanteros, para afrontar el clásico ante los Curicanos. En la primera mitad, el duelo estuvo marcado por la disputa en la mitad del terreno de juego, con muy pocas llegadas claras, y donde tibias aproximaciones marcaron el juego.
Las defensas estuvieron sólidas, y la línea de tres de Ñublense, comandada por Nicolás Vargas, no se vio sobrepasada por la delantera local. Curicó intentó por su responsabilidad como local tomar el protagonismo, pero se encontró con un Ñublense que también mostró sus cartas como visitante.
En la segunda mitad, Curicó Unido intentó adueñarse del protagonismo, pero careció de profundidad para generar situaciones de peligro, principalmente por la correcta actuación de la zaga de los Diablos Rojos, y el apoyo que también tuvo del mediocampo.
Con un Curicó que no inquietaba con peligro, Ñublense comenzó a acercarse al pórtico de Cerda, y una de las novedades del elenco de Jaime García, el volante por izquierda Manuel Rivera, se convirtió en protagonista.
Rivera avisó primero con un zurdazo cruzado que pasó cerca del arco local, como presagio de la jugada más clara del partido que ocurrió en el minuto 70. Rivera aprovechó un rebote para acomodarse a su pierna zurda, ver que Cerda apostó por el tiro cruzado, y sorprendió con un potente disparo al primer palo del meta local. El vertical ahogó el grito de gol de los Diablos Rojos y fue el gran salvador del elenco Tortero, ya que el palo rechazó el tiro de Rivera cuando Cerda estaba batido.
Las jugadas de peligro hicieron que Curicó comenzara a tomar precauciones, y Ñublense se vio más cómodo en el campo en los minutos finales.
Gol anulado
En los 90, vino la jugada que pudo marcar el desenlace del compromiso. En un contragolpe del Rojo, Cerda salió lejos de su arco hasta la mitad de cancha, donde no tuvo éxito en despejar, y el balón le quedó a Nicolás Guerra, quien buscó un globito para anotar, lamentablemente para los Diablos Rojos, Opazo se había quedado en el pórtico y rechazó el balón. En el rebote, Maximiliano Quinteros anotaba de derecha lo que podría haber sido el triunfo de Ñublense, pero el tanto fue anulado debido a una posición de adelanto, recordando que debe haber dos jugadores atrás del hombre que anota, y en este caso, solamente estaba Opazo por delante de Quinteros, debido a que Cerda había quedado en la mitad del campo.
La duda de los asistentes pasó porque Yerson Opazo intentó dominar el balón, y al escaparse éste y quedar servido para Quinteros, se puede interpretar como una nueva jugada. Finalmente, el árbitro Héctor Jona no lo estimó de esa forma, por lo que invalidó el tanto del Rojo.
Con la sensación de que Ñublense pudo haberse quedado con el triunfo en los minutos finales, el clásico entre los Diablos Rojos y Curicó Unido finalizó 0-0, en un compromiso de mucho estudio y fricción, donde la solidez defensiva de ambos elencos terminó por imponerse a las individualidades ofensivas de los dos equipos.
Con este empate, Ñublense alcanza los 30 puntos, quedando en la undécima posición de la tabla de posiciones, a cuatro unidades de Everton, elenco que hoy está quedándose con el último cupo para la Copa Sudamericana. Por otro lado, el Rojo le saca siete puntos de ventaja a Huachipato, cuadro que hoy disputaría la liguilla de promoción, mientras que la distancia con Melipilla, equipo que hoy estaría descendiendo, aumentó a ocho puntos.
30 puntos suma Ñublense en la tabla tras el empate de ayer, y quedó a cuatro puntos del 7° lugar, que da un cupo a la Sudamericana.
21.00 horas del viernes, el Rojo recibe en el Nelson Oyarzún a Unión La Calera, por la fecha 26 del campeonato nacional.