Consumo y tranquilidad familiar
El escenario económico ha mejorado en comparación al año pasado, pero conviene tomarse las compras navideñas con más calma. Navidad es una fiesta donde lo más importante es el cariño que puedan prodigarse las familias, por lo que conviene tener prudencia a la hora de realizar las compras.
Si bien la Navidad -y en general las fiestas de fin de año- son las fechas más esperadas por el comercio local durante todo el año, ya que los niveles de ventas de productos se elevan fuertemente a causa de la alta demanda por los tradicionales regalos, reactivando con ello la economía y a la vez generando otros impactos positivos en la dinámica productiva regional, como el aumento en la oferta laboral, es necesario hacer un llamado a la prudencia en el sentido de no caer en un consumo exacerbado durante este periodo.
Esto cobra importancia cuando aún se sienten los efectos de la crisis generada por la pandemia de covid-19, que afectó negativamente la economía en todos los niveles, y especialmente en las familias de menores recursos.
Y si bien en la actualidad el escenario regional es distinto al vivido en la Navidad del año pasado, cuando la pandemia se hallaba en un momento álgido y las medidas restrictivas a la movilidad impedían la reactivación de la economía, lo cierto es que conviene no dejarse tentar por un impulso consumista y planificar las compras, si es que se ha destinado un presupuesto para ello. Especialmente cuando se ha observado una mayor capacidad de compra de las familias, motivado por los retiros de las AFP y las ayudas estatales.
En ese aspecto, según explican los expertos, la mejor opción es comprar los regalos al contado, evitando endeudarse con los pagos en cuotas, ya que esto eleva los costos. Asimismo, es recomendable comparar precios, ya que estos pueden variar entre un comercio y otro por un mismo producto.
Sin embargo, más allá de los montos que cada familia destine para comprar regalos o los métodos de pago que se elija, hay que considerar que la Navidad es una fiesta donde lo más importante es el cariño que puedan prodigarse las familias, por lo que conviene tener prudencia a la hora de adquirir productos que puedan generar deudas e intranquilidad en un escenario económico que aún no logra desprenderse de los efectos de la pandemia.