Cambio de hábitos
La pandemia de covid-19 está próxima a cumplir dos años y no hay indicios de que esté en retirada. Antes bien, siguen surgiendo variantes, ya vamos en la Ómicron, y el alfabeto griego al parecer resultará insuficiente para designar todas las mutaciones que seguirán apareciendo.
Si bien la vacunación evidentemente ayuda a contener la propagación de los contagios y la gravedad de la enfermedad, ésta no erradica al virus en el corto plazo. Esto lleva a pensar que habremos de convivir con el bicho por un tiempo prolongado. En esas circunstancias ¿podemos hablar de volver a la vida "normal" de hace dos años? Pareciera que lo prudente es pensar en producir algunos cambios de hábitos que expongan menos a la población. Si esto tiene implicancias económicas el Estado debería subsidiar los cambios que permitan a las empresas adecuarse a la nueva realidad.
Grandes calamidades o catástrofes han traído cambios en la forma de vida de las comunidades en el pasado. Parece llegado el momento en que la autoridad sanitaria asuma un rol más activo en una mirada a futuro sobre la pandemia.
Eugenio Vogel
COP 26
Los ojos del mundo estuvieron puestos en Glasgow mientras duró la comentada cumbre por el cambio climático COP26 y de ella salieron varios puntos fundamentales a la hora de tomar acción para apoyar la descarbonización y las energías renovables en el mundo entero con miras a detener el cambio climático.
En el encuentro se comprometieron 5 puntos en un acuerdo firmado por los casi 200 países involucrados. Sin embargo, las negociaciones no fueron lo suficientemente robustas según muchos de los participantes. A pesar de esto, los puntos fundamentales a trabajar en la agenda global para la próxima década, sí entregan algo de esperanza. Una de las principales conclusiones fue que el carbón es el principal responsable del cambio climático en el mundo y, por ello, hay que reducir al mínimo su uso, por lo que se establecieron compromisos para minimizar este impacto.
De esta manera, se instó a los países a duplicar sus recursos para detener el cambio climático, lo que es un gran avance aunque haya sido solo un acuerdo sin carácter obligatorio. Lo que sí quedó estipulado es una lista de puntos que se suman al compromiso de cada país, en sus políticas internas, y que deben cumplirse. Esta realidad ha dejado de ser un problema de los gobiernos exclusivamente y nos involucra a todos como sociedad de alguna manera u otra.
Mario Velázquez
Electromovilidad
En la COP 26 en Escocia, Chile ratificó su compromiso con la Carbono Neutralidad, meta establecida en la Contribución Nacional Determinada (NDC) de 2020. Para lograr este necesario desafío, la NDC incluye una serie de medidas para reducir las emisiones de carbono. Entre esas medidas, una proporción importante, 17% de la reducción de emisiones, recae en la Electromovilidad.
Esta meta implica el compromiso del Estado a electrificar el 100% del transporte público, buses y taxis colectivos, 58% de los vehículos particulares y comerciales, todo al año 2050. Según proyecciones, estás metas corresponden a incorporar unos 5 millones de vehículos eléctricos en los próximos 30 años.
Actualmente, las ventas de vehículos eléctricos son menores, a octubre de este año, se han comercializado en Chile 2.613 vehículos. Cumplir con la meta de la NDC requiere de un gran esfuerzo país: desarrollo de infraestructura de carga; mayor oferta de vehículos eléctricos y beneficios para el uso de estos, sin olvidar el desarrollo de la capacidad de disponer, reutilizar y reciclar todas las partes del vehículo una vez que cumplió su vida útil.
En estos aspectos hay oportunidades de realizar I+D+i, lo cual es clave para cumplir la meta de Chile. Para afrontar este desafío, la Universidad de Chile, la Universidad de Santiago, la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), la Universidad Austral, la Agencia de Sostenibilidad Energética y el Centro Mario Molina, junto a privados, formaron el "Centro para la Aceleración Sostenible de la Electromovilidad (CASE)". Centro que fue destacado en la Estrategia Nacional de Electromovilidad del Ministerio de Energía.
En este sentido, la UTEM desarrollará los siguientes proyectos: Kit de Electrificación de Vehículos Comerciales; Confiabilidad de Terminales de Carga Eléctrica para Flotas y Programa de Capacitación de Operadores en Vehículos Eléctricos con Realidad Virtual. Con lo anterior, la Universidad busca ser parte de la cadena de valor de electromovilidad, desde el desarrollo de conocimiento en los sistemas motrices eléctricos, sistemas de seguimiento y confiabilidad de las flotas hasta en la capacitación de los futuros conductores de los vehículos eléctricos.
Estos proyectos ratifican el compromiso de la Academia con el desarrollo del país, permitiendo, además, involucrar a los estudiantes en actividades reales con una directa relación con el sector privado.
Sebastián Tolvett, académico de la Facultad de Ingeniería UTEM