El cuello de botella en el mundo laboral
La situación mundial en época de pandemia no hizo más que acentuar los obstáculos del mundo laboral para lograr el estado de "pleno empleo", y los números están a la vista. Ya no solo hablamos de la escasez de talento más aguda de los últimos 15 años, y las cifras que hemos podido recopilar lo avalan. Actualmente, el 51% de las oportunidades laborales en el mundo requieren más de 8 años de experiencia, pero en contraste, solo el 35% de la fuerza laboral califica como "senior".
Esta disparidad entre la demanda y la oferta es todavía más pronunciada en una de las industrias sensibles del siglo XXI. Según nuestros reportes, el 88% de las oportunidades de empleo del sector tecnológico exigen un título técnico o universitario, condición que solo cumple un 34% de los trabajadores de ese sector.
Otro efecto que hemos podido apreciar es la volatilidad del empleo.
Desde 2016 a 2020, los puestos de trabajo transitorios han aumentado en un 16%, mientras que los puestos permanentes disminuyeron en igual proporción.
Estos números nos dejan una gran conclusión: La tarea pendiente tanto para candidatos y candidatas, como para empresas es una sola: capacitación y formación continua.
Jorge Gamero
Colegiatura obligatoria
El proceso comercial considera tres etapas fundamentales: la atención del cliente, en la cual debemos comunicar el producto; la decisión del cliente, donde podemos llevarlo al proceso de venta; y la materialización de la compra, cuando se hace el pago y se adquiere el producto o servicio.
Las estadísticas indican que de cada 100 clientes que conocen el producto, solo uno terminará comprando, proceso en el cual las redes sociales aportan principalmente en la primera etapa, aunque también pueden hacerlo en las demás, siendo fundamental distinguir si nuestros clientes efectivamente pertenecen a ese porcentaje que descubre o investiga productos en estas plataformas.
Consecuente con esto, se desprende que las redes sociales no son la panacea, por lo cual debemos analizar profundamente qué tan efectivo es utilizarlas para mostrar nuestro producto, y sobre todo, si nuestro segmento efectivamente las usa para decidir la compra. No obstante, para fines de posicionamiento, que es una estrategia de largo plazo, el porcentaje de uso de las redes sociales demuestra que son una herramienta que debemos utilizar para estar presentes.
Óscar Gutiérrez
La última milla
De acuerdo a una investigación realizada por la CPC en conjunto con Mujeres Empresarias durante el año 2021, se analizó los factores que determinan el acceso de mujeres a la alta dirección, así como el perfil de quiénes ocupan hoy estos altos cargos.
El foco fue responder la pregunta: ¿Qué caracteriza la última milla en el acceso de mujeres a cargos de primera línea?
El estudio, que contó con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y, a través del trabajo de la Dirección de Estudios Sociales (DESUC) de la Pontificia Universidad Católica de Chile arrojó varias conclusiones.
Primero considerar que sí existen mujeres para cargos de primera línea empresarial, pero a diferencia de los hombres, que comienzan su carrera profesional por "autopistas" y con ciertos requisitos básicos y a medida que van teniendo experiencia se van acercando a cargos de primera línea, las mujeres comienzan su carrera primero por la "caletera" y luego por algún problema de la misma autopista salen a la caletera.
En ese sentido, tienen las competencias, tienen los estudios, y tienen horas de rodaje, pero no en la misma medida que quienes siempre han andado por autopistas.
Segundo, las mujeres que se mantienen en la autopista son quienes se desempeñan en compañías que se caracterizan por políticas pro género, como por ejemplo programas de retención y posibilidades de potenciar el talento femenino, conciliación de su vida personal con su vida laboral, flexibilidad laboral, respeto a la diversidad y políticas de cuotas de género en la búsqueda y selección.
Tercero, el mentoring y los liderazgos positivos son factores claves en el acceso y permanencia de las mujeres a la última milla.
Y por último los cambios culturales son el trasfondo de los avances y es necesario seguir empujándolos para que sucedan. Sin esto, no se logrará el objetivo de tener mujeres que crezcan, se multipliquen y sean un aporte para la economía y productividad del país.
Francisca Valdés, directora de Mujeres Empresarias